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Poesía

El legado de la poetisa feminista Alfonsina Storni en el 125 aniversario de su nacimiento

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Versos complejos, románticos y oscuros, llenos de dramatismo, de desgarro emocional con tintes feministas. Así son los escritos de Alfonsina Storni. La poetisa suizo-argentina tuvo una vida triste y singular, propia de una mujer con fuerte carácter y adelantada a su tiempo. Storni nació hoy hace 125 años, el 29 de mayo de 1892 en Capriasca, Suiza, donde trabajaban sus padres.

A los cuatro años se trasladó a Argentina, país de procedencia de su familia y donde pasaría gran parte de su vida. Su madre recuerda que era una niña curiosa, que preguntaba mucho y, también, que era mentirosa.

El carácter de su padre, triste y huraño, y su muerte temprana debido al alcoholismo, la marcó de por vida, dedicándole algunos poemas. Debido a problemas económicos, Storni abandonó sus estudios y buscó trabajo para ayudar a su familia.

Comenzó a escribir poesía a los 12 años, actividad que la acompañó hasta el día de su muerte. Sus primeros versos tienen un carácter melancólico donde expresa que, mediante golpes, quieren enseñarle "que la vida es dulce". Esto anticiparía lo que sería el resto de su carrera literaria.

Storni quería independizarse, ya que no le gustaba su labor hogareña. Pronto encontró trabajo en una fábrica de gorras y, posteriormente, emprendió una gira por distintas ciudades argentinas con una compañía teatral. En esta época escribió su primera obra de teatro, de la que no queda constancia.

En 1909 se trasladó a Coronda para cursar Magisterio. Compaginó sus estudios con diferentes trabajos temporales buscando cierta estabilidad económica. Pronto destacó por su forma de escribir y por su voz. Varios de sus poemas fueron utilizados en su promoción escolar. Mientras tanto, los fines de semana viajaba para cantar en pequeños locales. 

Se trasladó a Buenos Aires en 1911 y en 1912 dio a luz a su único hijo, Alejandro, de padre desconocido. En aquel tiempo una mujer que viviera sola y que fuera madre soltera era algo muy mal visto por la sociedad de la época.

Empezó a buscar trabajo en distintas revistas y periódicos, aunque muchas veces tenía que insistir simplemente para que la dejaran hacer la entrevista laboral. Pese a ganar menos que un hombre, su situación económica mejoró y se permitió hacer más viajes. Visitaba con frecuencia Montevideo, donde conoció a la poetisa Juana de Ibarbourou y a Horacio Quiroga.

Reconocimiento como escritora 

La inquietud del rosal fue su primer libro de poesías. La inquietud del rosalEn él expresa sus deseos como mujer y su condición de madre soltera. Esta obra tuvo tantos detractores como alagadores. La lanzó a la fama como escritora, codeándose con intelectuales argentinos; sin embargo, varias personas la consideraron inmoral, ente ellas sus jefes y su madre, lo que le terminó costando su puesto de trabajo.

Compaginaba la escritura con diversos trabajos y en 1920 llegó Languidez, con el que obtuvo el primer premio Municipal de Poesía y el segundo premio Nacional de Literatura.Languidez Cinco años después publicó Ocre, una recopilación de poemas con temática feminista y amorosa.

Storni continuó publicando exquisitos poemas muy alabados por la crítica, hasta que estrenó su obra de teatro El amo del mundo, en 1927, que fue un absoluto fracaso. El amo del mundoLa obra solo aguantó tres días en cartelera, lo que le causó un profundo dolor ya que el argumento se basaba en su vida.

La participación de la poetisa en la vida literaria de Argentina siempre fue intensa, extendiéndose a Europa en 1928, tras varios viajes que realizó a España. Colaboró en la creación de la Sociedad Argentina de Escritores. Con Poemas de amor y Mundo de siete pozos se internó en el mundo de la poesía en prosa.

Siempre tuvo una faceta feminista. En sus poemas se entreven numerosas reivindicaciones de igualdad, de manera que supuso una gran alegría que en 1931 fuese nombrada miembro de un jurado, siendo la primera mujer del país en conseguirlo. En 1936 publicó su último libro, Mascarilla y el trébol donde trata de pensar sobre el mundo de una forma diferente.

Las enfermedades de Storni

Alfonsina Storni documenta en sus poemas que, desde pequeña, no parecía tener mucha estabilidad emocional. Muchas veces exageraba la tristeza y la alegría, lo que le provocaba fuertes cambios en su personalidad.

La exposición constante que hizo de su vida y sus sentimientos en sus poemas le suponía una gran presión, por lo que le costaba superar las críticas.

Muchas veces se sentía insegura o pensaba que molestaba a otras personas. Sus versos también dejan entrever que se sentía culpable de no poderle dar un padre a su hijo.

Tras años de neurosis desarrolló paranoia. Estos síntomas se acrecentaron cuando descubrió que padecía cáncer de mama, por el cual se sometió a una masectomía. Storni, cansada de pastillas, desestimó los tratamientos médicos y se recluyó en si misma. Al inscribir su último libro en un concurso de poesía preguntó: "¿y si uno muere, a quién le pagan el premio?"

Aquejada de fuertes dolores, el 18 de octubre de 1938 viajó a Mar del Plata. En la habitación de un hotel tomó la difícil decisión de acabar con su vida, pero antes escribió tres poemas: uno para su hijo, otro para una amiga y el último para La Nación, titulado Voy a dormi'.

La poetisa se tiró al mar desde un acantilado el 25 de octubre de 1938, lo que inspiró la composición Alfonsina y el mar.Alfonsina y el mar Con Storni moría su sensibilidad extrema, que le llevó a escribir grandes obras y a tener numerosos conflictos. Su vida estuvo llena de estragos, de altibajos, pero ella siempre intentó conducirla lo mejor que pudo.

Su fuerte carácter y sus poemas grises marcaron la literatura Iberoamericana para siempre. Gabriela Mistral comentó: "poetas como ella nacen cada 100 años".

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