Club de lectura
Un ejercicio de imaginación política
Los clubes de lectura forman un tejido muy importante en la vida cultural. Les dejamos esta sala para que comenten sus lecturas y nos ayuden a componer nuestra biblioteca. Si formas parte de un club de lectura, puedes escribirnos a losdiablosazules@infolibre.es para contarnos vuestra historia y hacernos llegar vuestras recomendaciones.losdiablosazules@infolibre.es
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¿Cuántas segundas ediciones no nacen instigadas por el deseo de enmendar los errores de las primeras? Estas suelen funcionar como el laboratorio en el que se ensaya una idea, se pone a prueba, se tensan sus límites; aquellas heredan la experiencia anterior y construyen sobre ella, reforzando sus aciertos y corrigiendo sus fallos. No obstante, existen ejemplos que desbaratan este proceder tan común: una segunda edición puede hacerse también para celebrar el éxito de la primera, para trasladar lo que fue satisfactorio a un nuevo ambiente y ver cómo se desenvuelve en él. Este taller de lectura colectiva, que la Associació COS ya había llevado a la práctica entre febrero y mayo de 2016, simplemente quería expandir la colectividad a la que se dirigía. Para ello viajó de Valencia a Madrid, cambió el respaldo institucional del IVAM por el apoyo mucho más íntimo de la librería Contrabandos —una extensión de la Asociación de Editores Independientes de Libro Político que lleva el mismo nombre, y que abrió sus puertas en Lavapiés a comienzos de año— y acogió a más de una docena de nuevos participantes. Respetó, sin embargo, el formato del taller, la selección de obras y las autoras invitadas (Belén Gopegui, Eva Fernández, Marta Sanz y Elvira Navarro), cuatro cabezas de cartel que no dudaron en prestarse de nuevo para repetir la experiencia del primer Lo que (nos) está pasando.
Un taller de lectura colectiva difiere de un curso de literatura al uso. El objetivo no es que un profesor imparta lecciones sobre el tema escogido —en este caso, los imaginarios políticos en la narrativa actual—, sino que sea el propio grupo el que, por medio de la discusión acerca de las obras leídas, de la conversación horizontal y el diálogo, piense sobre esa cuestión de la imaginación política y atisbe, si es posible, algunas conclusiones. Para ello, los coordinadores de cada una de las sesiones tuvieron que asumir un papel muy arriesgado: debían ser capaces de dirigir y estimular la discusión al mismo tiempo que diluían su presencia dentro del colectivo. Hay que reconocer que funcionó a la perfección. Motivados por la anonimia que revestía al resto de participantes —no hubo una presentación previa en la que se exhibieran títulos académicos, saberes expertos ni trayectorias profesionales—, la discusión sobre las lecturas fluía casi espontáneamente, recalando en los temas que estaban presentes desde el inicio del taller y que esta pequeña comunidad de lectores asumíamos también como propios: la militancia, el trabajo, el cuerpo, la enfermedad, el género, las relaciones interpersonales, lo cotidiano, lo político.
El formato, sin duda, facilitaba las cosas. Aparte de la sesión de apertura y la de cierre, el curso estaba estructurado en cuatro partes, cada una de las cuales constaba de dos sesiones: en la primera hablábamos libremente del libro que habíamos leído, lo diseccionábamos, lo vinculábamos con experiencias de lectura y personales, sugeríamos preguntas y proponíamos interpretaciones. En la segunda, la autora se unía a esa conversación ya iniciada para dar respuesta a las dudas que habían surgido dentro del grupo o para plantear nuevas cuestiones. El objetivo era preguntarnos sobre cuál es el imaginario que estructura nuestras formas de pensar y de vivir, y averiguar, mediante ese despliegue de voces y miradas, de qué manera la literatura —cierta literatura, al menos— puede contribuir a ponerlo en jaque. ¿Qué nos dicen El comité de la noche, Inmediatamente después, Somos Coca-Cola en lucha, La lección de anatomía y La trabajadora de nuestra capacidad de imaginar? ¿Qué herramientas nos brindan para pensar y vivir de otra manera?
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Lo que desde luego aprendimos del taller es que podemos leer de otra manera. Que la lectura no ha de ser forzosamente una actividad solitaria, sino que podemos compartirla con otras y otros, sumando sus observaciones sobre la obra leída al conjunto de nuestras impresiones. Que la opinión de quien escribe sobre su propio texto, por más esclarecedora que a veces resulte, no tiene por qué estar más autorizada de la de quien lo lee con atención. Imaginar de otra manera ha de ser, por supuesto, un esfuerzo colectivo, y este también puede encontrarse en un pequeño grupo de personas que, semana tras semana, se sientan en círculo, libro en mano, para conversar sobre lo que han pensado a partir de ese montón de palabras impresas.
La Associació COS anuncia para 2017 un nuevo taller sobre imaginarios políticos en la literatura actual, que orbitará esta vez en torno al concepto de crisis —concretamente, en torno a la denominada “crisis económica” bajo la que vivimos desde hace ya casi diez años— y que propondrá un nuevo corpus de obras y autores: Mercedes Cebrián, Isaac Rosa, Remedios Zafra, María Salgado. Ahora que ya sabemos, por experiencia propia, que las segundas partes no funcionan necesariamente como enmienda y que, además, pueden ser tan exitosas como las primeras, no nos queda otra que esperar este segundo Lo que (nos) está pasando con impaciencia. Allí estaremos para seguir celebrando.