Nacemos mordidos por la muerte
La deuda prometida
Félix Moyano (Accésit del Premio Adonáis 2021)
Rialp (Madrid, 2022)
Cordobés de 1993, Félix Moyano consiguió con este poemario un accésit del prestigioso Premio Adonáis, cuya última edición tuvo lugar en diciembre de 2022 con el anuncio de los nuevos ganadores y accésit de uno de los galardones más longevos en lengua española, que a lo largo de sus más de setenta años de historia ha ido descubriendo a jóvenes voces que con el tiempo se consolidaron y, en muchos casos, siguen siendo referencia para poetas de generaciones posteriores, entre los que podemos mencionar a Ángel González, Antonio Gala, Antonio Colinas o Aurora Luque.
Félix Moyano publicó su primer libro, Insostenible, en 2017, auspiciado también por un premio literario, y demostrando en ese primer acercamiento a la poesía una madurez y un conocimiento de la tradición que concedía a su poesía nada convencional el calificativo por parte del jurado de "espejo de su generación", un espejo en el que siguió mirándose en su segundo poemario, Los amores autómatas, galardonado con el Premio Andaluz de Poesía Villa de Peligros en 2019.
Ahora llega su tercera incursión en la lírica, nuevamente premiada, La deuda prometida, que viene a consolidar una voz realmente auténtica en la joven poesía española y que hace que los lectores no perdamos la fe no solo en lo que se escribe, sino en lo que se premia, cosas ambas que en algunas ocasiones discurren por líneas absolutamente divergentes pero que, en el caso de este poeta, son felizmente paralelas dada la calidad de sus propuestas, que se completan con Cuando llegue la hora (Finalista del Premio Dionisia García) y Toda sutura estalla (Accésit del Premio MálagaCrea 2021).
La deuda prometida contiene poemas escritos durante la asimilación del duelo, y según el autor surge de la idea de jugar con dos claves: "la tierra prometida" y el refrán o proverbio "lo prometido es deuda", en referencia a la que todo ser humano contrae por el hecho mismo de nacer, que no es otra que un final conocido, el de la muerte. "Nacemos mordidos por la muerte", nos dice el poeta. Desde este presupuesto indaga en diferentes temas atravesados siempre por esa deuda: la familia, el amor o la naturaleza. El libro, autónomo en sí mismo como cualquier poemario, es, sin embargo, una continuación de la obra anterior del poeta y, aunque cada entrega es distinta, en todas podemos encontrar la voz cada vez más madura de quien escribe, que concibe sus trabajos como entidades individuales pero tratando de construir un "todo" que de sentido a su poesía y, según sus propias palabras: "cree una obra total que tenga sentido conforme el tiempo avanza".
El jurado del Premio Adonáis destaca en la solapa del libro algunas de las características que llevaron a este poemario a conseguir el mencionado accésit "por fundir la tecnología y los clásicos, la memoria de la infancia y la problemática generacional, sin renunciar a la desmitificación y la ironía".
Con citas de autoras como Amalia Bautista o autores como Claudio Rodríguez o Manuel Altolaguirre, el libro mezcla un lenguaje directo y un ritmo sorprendente, y nos habla de lo más cercano a su generación y al presente. En poemas como Netflix, nos habla del Black Friday, de megabites que sugieren un error en la pantalla como metáfora de la precariedad de una generación que ve en palabras como casa, hipoteca o familia un fallo en el sistema, un agujero negro; y nos habla de kickboxing y huesos devastados, y nos cuenta cómo su padre le enseñó a rezar mientras se pregunta, atravesado por el dolor de la pérdida: "¿Quién puede asegurarnos que Dios / conoce nuestro idioma?".
De los diecinueve poemas que forman la primera parte del libro, De todo lo visible, cabría destacar Explicaciones no pedidas (título tomado de un libro de Piedad Bonnett), o el primer poema, Sintéticos 40º, por citar solo algunos y sin pretensión de quitar valor al resto, pues nada en este poemario está de más. Entre los preferidos de quien esto escribe, Deseo: "Veo la tarde caer sin advertencias / y en el aire afilado que acompaña / la promesa de una nueva mañana / veo belleza".
La segunda parte, Y lo invisible, está igualmente compuesta por otros diecinueve poemas, con ese velado homenaje al Quevedo de "miré los muros de la patria mía, / si un tiempo fuertes ya desomoronado" aquí reconvertidos en "miré los muros blancos de mi casa / –patria con desconchones y humedades–", y una nueva mirada a la naturaleza que nos rodea, a los pájaros, al mar y al fuego. Y termina con el poema The End, donde el poeta se da cuenta de que el mundo y la tierra ya no son lo mismo, nada es igual a lo que era, pero debemos celebrar nuestra existencia: "Espero todavía a que llegue la hora / y, entre tanto, nos digo, nos repito: / nadie podrá quitarnos la ilusión / de que hemos existido".
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A los lectores de Félix Moyano nadie puede quitarnos la ilusión de leerlo y disfrutar de su poesía, esperando una nueva entrega de alguno de los libros en los que el autor afirma estar trabajando, construyendo ese continuum que da sentido a una obra. Y a una vida dedicada a la poesía.
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Javier Bozalongo es poeta y editor. Su último libro publicado es "Nombrar la herida" (Sonámbulos Ediciones, Granada, 2022)