Los libros

Nadie sale ileso de la infancia

Portada de Una historia desconocida, Marie Jelen, de Mercedes de Vega.

Luciana Prodan

Una historia desconocida, Marie Jelen

Mercedes de Vega

Huso

Madrid

2021

Releo Una historia desconocida, Marie Jelen, el ensayo de Mercedes de Vega (este documental casi perfecto, esta biografía novelada, este impecable trabajo de investigación), y siento un nudo en el estómago. El mismo nudo que sentí la primera vez que lo leí, pero en este caso acompañado de una sensación de desamparo intransferible.

De impotencia, de tristeza, de vacío. Como si mi mente se sintiera huérfana de ideas, y solo tuviese espacio para reflejar los ojos de Marie Jelen (que me miran de adentro hacia fuera) exigiendo una respuesta que no encuentro. Que no tengo.

Marie Jelen: una de las tantas niñas a las que la guerra les asesinó la infancia, pero que, sin embargo, invadida por el aquel coraje ¿inútil? que a todos nos abriga y nos justifica la niñez, fue capaz de escribirle siete cartas a su padre en medio del horror, con la única y noble intención de sentirse un poco más cerca de la vida. De salvarse y de salvarlo del olvido (que siempre se parece tanto a la muerte).

Siete cartas que fueron escritas desde la “Francia de Vichy” (o el régimen Vichy), después de que ella y su madre (como tantos otros judíos) fueran capturadas y secuestradas por los nazis.

Siete plegarias que explotan, como si fuesen bombas, en las manos temblorosas de un padre que no sabe qué hacer, sin imaginar que un día (aquellas cartas y sus dos vidas perdidas) terminarían siendo rescatadas por Mercedes.

Por esta escritora que, a través de Huso y sus palabras hilanderas, se animó a recorrer los lugares más siniestros y dolorosos de esta historia (tirando de los hilos invisibles y filosos que sostienen a cualquier destino) con una hidalguía y una prosa admirable. Palpable. Tangible.

Y hablo de hidalguía porque Mercedes está ahí, sentada al lado de Marie, acariciándole las ganas. Ayudándola a escribir. A respirar y resistir. A buscar y encontrar el ¿sentido? El latido.

La voz de Alejandra Pizarnik, se hace presente y se impone: “Yo no sé de la infancia más que un miedo luminoso y una mano que me arrastra a mi otra orilla. Mi infancia y su perfume a pájaro acariciado”, dice. Y se esfuma.

No pensar en nada

No pensar en nada

Me quedo en silencio. Tomo un sorbo de café. Hay historias que tienen alas, pienso. Y hay manos, como las de Mercedes, que las hacen volar. Y valer.

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Luciana Prodan es periodista y escritora. Su último libro es La perfecta casualidad de seguir con vida (Huso, 2020). 

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