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'Rebel Girls!'

Cande Sánchez-Olmos, Tatiana Hidalgo-Marí y Jesús Segarra-Saavedra

Rebel Girls! Desigualdad de género, discursos y activismo en la industria musical, libro coordinado por las investigadoras de la Universidad de Alicante Cande Sánchez-Olmos, Tatiana Hidalgo-Marí y Jesús Segarra-Saavedra, aborda las desigualdades que existen entre hombres y mujeres en la industria musical. El título toma de inspiración la canción Rebel Girl, de Bikini Kill, una de las bandas punk más conocidas del movimiento feminista de los 90, y a partir de ahí explica el impacto de las redes sociales en la desigualdad, los discursos y las representaciones de las artistas y la influencia de movimientos como el #MeToo o el feminismo en la industria.

El libro está editado por la editorial Gedisa y  y se puede conseguir en las librerías desde este martes 30 de mayo:

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Tomando como premisa la canción Rebel Girl de Bikini Kill, la banda de punk del movimiento feminista Riot Grrrl de los noventa, este volumen aborda la desigualdad de género en la música popular. Los ecos de la cuarta ola del feminismo, el impacto del movimiento #MeToo y el resurgir del activismo en Latinoamérica invitan a profundizar desde una perspectiva feminista en los discursos y los procesos creativos que las mujeres están protagonizando en la música en el marco de una cultura heteropatriarcal hegemónica, tanto en España como en Latinoamérica. Una de las razones que justifican esta investigación es el clamor que las mujeres están manifestando en las diferentes expresiones culturales y artísticas. Prueba de ello es el creciente activismo, la generación de informes, estadísticas y datos publicados por estas asociaciones que han demostrado la desigualdad de las mujeres en la industria musical. A todo ello se suma la producción científica en la academia, tanto a nivel nacional como internacional, que se presenta en este volumen, lo que hace vislumbrar cierto optimismo en las investigaciones sobre género y música popular.

El volumen tiene como finalidad, por un lado, ofrecer conocimientos teóricos y empíricos que describan la desigualdad en las industrias culturales, concretamente en la música y en otras asociadas, como la audiovisual (cine y videoclip). En este sentido, se abordará el problema de estudio desde una perspectiva feminista interdisciplinar en el campo de las ciencias sociales y las humanidades. Con este trabajo se pretende ampliar los estudios de género en las industrias culturales en España y Latinoamérica, para conocer si persiste desigualdad y así poder presentar, si las hubiera, pautas para mejorar la industria musical en el contexto latinoamericano. Por otro lado, analizar los discursos, subjetividades y el activismo que las mujeres están protagonizando tanto físicamente en las manifestaciones como digitalmente a través de canciones en YouTube.

El objeto de estudio es la música popular (pop, rock, electrónica, reggaetón, etc.), entendida en la terminología anglosajona como «popular music», y que se diferencia de la música académica, folclórica o tradicional. Esto implica que la música popular alcanza a una mayor audiencia, se produce bajo los procesos creativos y productivos de las industrias culturales, y sus discursos se enmarcan en el contexto de una cultura de masas caracterizada en el siglo XXI por la convergencia mediática, la participación de las audiencias y la cultura transmedia. Por otro lado, es necesario distinguir entre la industria de la música popular y los discursos que se generan en el seno de este sector cultural. En este sentido, es esencial evaluar la música popular porque debido a que se produce bajo los procesos de la industria cultural y la cultura de masas ha sido trivializada o minusvalorada con respecto a otras artes. Sin embargo, la música popular conecta intensa y emocionalmente con la identidad de la persona, es la base de la experiencia colectiva y articula subjetividades que guían el camino de generaciones presentes y futuras de mujeres.

Consecuentemente, el contexto de este volumen está determinado por la cultura de la música popular, que implica los modos en los que se produce, distribuye y consume la música. También son relevantes los medios, las plataformas y las redes sociales por donde circula no solo la música, sino también las opiniones de las audiencias que reclaman su derecho de participar en el seno de una cultura transmedia. Finalmente, se presta atención a las prácticas tecnológicas y económicas que se asocian a estos procesos, así como las canciones, los videoclips y los discursos (ideas, debates y textos) que han sido creados por mujeres y disidencias.

En cuanto al marco temporal, la mayoría de los capítulos están enmarcados en la segunda década del siglo XXI, que ha sido testigo tanto del resurgir del movimiento feminista como de una pandemia que paralizó el mundo y que afectó especialmente a la música en directo. El movimiento #MeToo se expandió internacionalmente gracias a los nuevos medios interactivos y las redes sociales, que funcionaron como plataformas de comunicación que difundieron las vindicaciones de las mujeres a nivel global. Por tanto, el grueso de los capítulos se enmarca en el contexto de la cuarta ola del feminismo, que no solo ha destacado por demostrar el crecimiento de la conciencia y de la fortaleza de las ideas feministas a un nivel transnacional y de masas, sino que además ha aprovechado las ventajas de los medios digitales interactivos para su difusión internacional. En el caso de América Latina los movimientos #NiUnaMenos o #NiUnaMas destacan por la denuncia del feminicidio. A ambos lados del Atlántico crecieron las muestras de solidaridad entre mujeres, un movimiento de sororidad y apoyo contra la violencia sexual (#YoSíTeCreo, #NoesNo, #JusticiaPatriarcal, #EstaEsNuestraManada, #NoEsAbusoEsViolación o #NoEstasSola) que se ha visto reflejado en los discursos y las prácticas musicales. Pero también se presentan desde capítulos con perspectiva histórica que dan cuenta de la presencia (o invisibilidad) de las mujeres en los videoclips o la música de cine, hasta la controversia más actual: la canción de Shakira y Bizarrap.

El libro, que recoge trabajos académicos de enfoque cualitativo pero también pinceladas de datos cuantitativos, se ha estructurado en dos bloques. El primero de ellos está focalizado en aspectos relacionados con la industria musical, así como otras relacionadas como la audiovisual (música en directo, cine y videoclip). El segundo bloque analiza los discursos, las representaciones y el activismo de las mujeres que se han producido en la cultura de la música popular.

El primer bloque: Desigualdad de género en la industria musical, arranca con un capítulo firmado por quienes coordinamos este volumen, funciona de introducción y presenta un estado de la cuestión sobre la producción científica existente alrededor de las palabras clave gender, popular music y music industry en la base de datos de Scopus. Además, se completa este análisis cuantitativo con una revisión de la literatura académica existente en español. Se trata de un capítulo que aporta una radiografía del interés académico por las cuestiones que vertebran la presente monografía y pretende ser un punto de partida para las personas que estén interesadas en investigar la música desde una perspectiva de género en un futuro.

En el segundo capítulo Teresa Fraile, académica experta en música de cine, realiza un recorrido histórico del papel de las mujeres compositoras de bandas sonoras, una de las figuras más invisibilizadas en la industria musical y cinematográfica. Además, sin perder el pulso de la actualidad, el capítulo analiza la huella que compositoras e intérpre- tes como Silvia Pérez Cruz están dejando en el audiovisual español. Se trata de un capítulo de gran valor documental que desvela la necesidad de profundizar en el rol que tienen las mujeres en la música que se compone para el cine.

El tercer capítulo aborda el rol de las mujeres en la música en directo. Para ello Ana Gómez-de-Castro, académica, activista de la asociación SheShaidSo y responsable de New Business, PR & Education en Live Nation, analiza el sector de la música en directo en el contexto de la pandemia y realiza una aproximación a la presencia femenina en la música en directo analizando, a través de una encuesta a las protagonistas, las controversias en los distintos roles asumidos por las mujeres en España.

A continuación, Anabel Jiménez-López, Cande Sánchez-Olmos y Tatiana Hidalgo-Marí presentan en el capítulo cuatro un mapeo de las redes y asociaciones de mujeres alrededor de la industria musical a nivel global. El mapeo da cuenta de la situación geográfica, las características que tienen estas asociaciones y los servicios que ofrecen. Este capítulo se puede leer de forma interactiva a través del Sorority Music Map (https://sororitylab.org/map/), la primera propuesta de SOLA, un mapa interactivo que visibiliza las asociaciones que luchan por la equidad de género en la industria musical.

La desigualdad de género en las listas de ventas de discos en España es el objeto de análisis del capítulo cinco. Cande Sánchez-Olmos y Nihal El Qabbabi realizan una investigación mixta (cuantitativa y cualitativa) que indaga en la desigualdad presente en las listas de ventas de álbumes desde 2015 a 2020. Los resultados indican que las artistas no solo están infrarrepresentadas en las listas de éxitos, sino que también están lejos de alcanzar el éxito de sus pares masculinos. Además, se observa que España no es país para bandas femeninas y que la desigualdad es mayor en las listas españolas que en las internacionales.

El capítulo seis analiza la controversia feminista y el impacto que generó el lanzamiento de la canción de Shakira y Bizarrap, y que puso de manifiesto la capacidad de la música para sacudir la conciencia de la audiencia, un fenómeno de masas que sigue de actualidad en el momento en el que se escriben estas líneas. En este apartado, Cande Sánchez-Olmos incide en las premisas que explican las reacciones feministas a esta canción analizando a Shakira como icono de la música popular latina, las connotaciones de la canción y el contexto mediático en que se ha producido este fenómeno.

El primer bloque se cierra con una revisión histórica del rol de las mujeres en la industria del videoclip. Eduardo Viñuela, académico experto en el análisis de videoclips y con experiencia en estudios de género, analiza la escasa existencia de mujeres detrás de las cámaras sin descuidar las narrativas. Tomando como punto de referencia las edades del videoclip, Viñuela realiza una aproximación histórica de la participación de las mujeres en la industria del videoclip. Se trata de un capítulo que también muestra que en este campo queda mucho por investigar. El segundo bloque, Discursos, representación y activismo en la industria musical, si bien trata este aspecto de la industria musical, está focalizado en los discursos y prácticas musicales.

Marina Arias-Salvado realiza en el capítulo octavo una etnografía en Instagram de las fiestas de reggaetón inclusivas en España mostrando cómo el perreo y su sexualidad explícita han sido re-apropiados por mujeres que han convertido esta práctica en un signo de empoderamiento. La autora observa que la música está completamente imbricada en diferentes escenas —desde la electrónica de club a la escena urbana o las músicas latinas— en donde se observa un juego de reapropiaciones en el que las fiestas de perreo desmontan las lecturas del reggaetón en términos estrictamente binarios.

El capítulo nueve recoge un análisis de discursos feministas en videoclips en el contexto latinoamericano. Bibiana Delgado-Ordóñez analiza el activismo digital de canciones como La cumbia feminazi de Re- nee Goust o Canción sin miedo de Vivir Quintana, así como sus consecuencias políticas a través de las prácticas musicales femeninas en YouTube. La autora muestra cómo las cantautoras se reapropian de la injuria para devolverla a la sociedad, pero también cómo la rabia que sienten las mujeres por la violencia que sufren se integra en la narrativa y en la iconografía de estas piezas audiovisuales para agenciar un dispositivo de enunciación política femenina que roza en algunos casos la ironía.

Desde Argentina, pero con impacto en España y Latinoamérica, el semiótico Claudio Fernando Díaz y la musicóloga Silvina Graciela Argüello proponen un análisis exhaustivo de las canciones de pelea del dúo Pimpinela. El capítulo no solo describe el contexto histórico del dúo Pimpinela en Argentina, también analiza las estructuras de las canciones para demostrar hasta qué punto estas expresan, en sus estallidos de ira, el empoderamiento de unas mujeres que no están dispuestas a seguir tolerando el imperativo machista.

Este volumen ofrece también espacio para la música electrónica y las disidencias. En este sentido, la académica experta en música electrónica en el contexto queer, Teresa López-Castilla, explica en el capítulo once de qué manera el relato histórico en la música electrónica, dominado ampliamente por la masculinidad hegemónica, ha excluido y discapacitado a las creadoras, dejándolas fuera de la continuidad genealógica oficial. Para ello, la autora analiza el binomio mujeres/ tecnología tanto en las prácticas musicales como en la educación.

El pulso social y el activismo feminista en Argentina está recogido por la académica experta en música popular y género Mercedes Liska en el capítulo duodécimo. La autora aborda las reivindicaciones que han ocurrido recientemente en varios países de Latinoamérica de manera simultánea con relación a las leyes para actuar contra la brecha de género en eventos musicales en vivo, la valoración simbólica del reconocimiento artístico de las artistas, y la apropiación por parte de mujeres de las prácticas musicales populares identificadas con las resistencias sociales en América Latina.

Seguidamente, Ruth Piquer, que cuenta con experiencia en el análisis de la iconografía musical desde una perspectiva feminista, analiza en el capítulo trece las representaciones de la mujer en la iconografía musical a través de las portadas discográficas del heavy metal de bandas españolas, comparando estas representaciones con portadas de discos internacionales. La autora observa cómo distintos estereotipos iconográficos que atraviesan la historia del rock muestran una imagen de la mujer sexualizada, fragmentada, y representada conforme a clichés.

'Yo fui santa'

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Este monográfico se cierra con un capítulo sobre la sororidad, un concepto que progresivamente está generando interés en los estudios de género escritos en español. Cande Sánchez-Olmos y Patricia Palomares-Sánchez contextualizan la genealogía de la sororidad y posteriormente analizan este concepto en el contexto de la música pop tanto a nivel internacional como nacional. A través de momentos televisivos clave, discursos de aceptación de premios, canciones o las muestras de sororidad en redes sociales, las autoras visibilizan la solidaridad y admiración que existe con el fin de desmitificar el enfrentamiento que históricamente ha mantenido a las mujeres separadas.

En definitiva, se presenta un volumen interdisciplinar con la finalidad de ofrecer una primera aproximación de la actual desigualdad de las mujeres en la música popular abordando tanto el contexto español como el latinoamericano, sin descuidar la importancia de los discursos, las disidencias, el activismo y las claves para el cambio social. Somos conscientes de las limitaciones que tiene este volumen al presentar metodologías de investigación y campos de conocimientos diversos. La intención ha sido fundamentalmente abrir el campo de estudio y permitir a las autoras una reflexión libre sobre temas que ya dominan y que demuestran el largo camino que todavía nos queda por recorrer en el análisis de la música popular desde una perspectiva de género.

Este volumen es fruto de un proyecto de investigación emergente financiado por la Generalitat Valenciana que ha dado como resultado el nacimiento del Sorority Lab (SOLA), un observatorio sobre la desigualdad de género en la industria musical que surge en el grupo de investigación sobre Industrias Culturales de la Universidad de Alicante. Si bien es cierto que la cuarta ola del feminismo y el movimiento #MeToo han reactivado la concienciación sobre la participación y representación de las mujeres en las industrias culturales, no es menos cierto que las aulas en comunicación e industrias creativas siguen estando ocupadas mayoritariamente por mujeres que, al llegar al mundo laboral, se encuentran con grandes dificultades y un techo de cristal infranqueable. Como docentes de un máster oficial en Comunicación e Industrias Creativas (Comincrea), estamos especialmente afectadas y concienciadas con la desigualdad de género en las industrias creativas y esperamos que este volumen sirva para inspirar a aquellas alumnas, emprendedoras y artistas que se quieran dedicar a la música, a la comunicación y a la creatividad.

Rebel Girls! Desigualdad de género, discursos y activismo en la industria musical, libro coordinado por las investigadoras de la Universidad de Alicante Cande Sánchez-Olmos, Tatiana Hidalgo-Marí y Jesús Segarra-Saavedra, aborda las desigualdades que existen entre hombres y mujeres en la industria musical. El título toma de inspiración la canción Rebel Girl, de Bikini Kill, una de las bandas punk más conocidas del movimiento feminista de los 90, y a partir de ahí explica el impacto de las redes sociales en la desigualdad, los discursos y las representaciones de las artistas y la influencia de movimientos como el #MeToo o el feminismo en la industria.

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