Taylor Swift, la 'woke' de EEUU: "Si se le pasara por la cabeza ser presidenta muchos deberían temerla"
Anda el universo pop revolucionadísimo ante la inminente llegada este viernes del nuevo disco de Taylor Swift, The Tortured Poets Department. Un nuevo hito en la carrera de la Persona del año 2023 según la revista Time, que el pasado febrero se convirtió en la primera artista, mujer además superando a un trío de hombres –Stevie Wonder, Frank Sinatra y Paul Simon–, en ganar en cuatro ediciones el prestigioso Grammy a Disco del Año con Midnights (2023), después de haberlo hecho con Fearless (2009), 1989 (2015) y Folklore (2020). Su actual The Eras Tour es ya, aun estando todavía en curso y con dos paradas en el Santiago Bernabéu de Madrid en mayo, la gira más taquillera de la historia.
La enumeración es prácticamente interminable pues Taylor Alison Swift (West Reading, Pensilvania, 1989) encadena logros de una manera tan deslumbrante para sus swifties como irritante para los que contemplan su carrera desde la acera del otro lado de la carretera. Es, en definitiva, la estrella perfecta del pop del siglo XXI, aunando de manera impecable el reconocimiento de la crítica con unos números inalcanzables para el resto de los mortales. Sus letras incluso se estudian en universidades tan prestigiosas como Harvard, Stanford, Gante o Melbourne.
Por si fuera poco, el pasado año, gracias a su multitudinaria gira y a la regrabación de sus primeros discos para recuperar los derechos sobre todo lo que publicó antes de 2018 y que pertenece al magnate Scooter Braun, destronó también finalmente a Bad Bunny como artista más escuchada del mundo en Spotify, después de tres años con el puertorriqueño bien aferrado al número 1 mundial. A todo esto hay que añadir sus 283 millones de seguidores solo en Instagram (aquí no lidera, pues está en el puesto decimoquinto) y una conexión tan férrea con sus fans que la convierten en una de las personas más influyentes del momento en esta nuestra Vía Láctea.
Es tan potente que no nos podemos llegar a imaginar la fuerza del movimiento que ella puede generar
Cualquier cosa que haga o diga puede alterar el curso de los acontecimientos, como ya quedó meridianamente claro cuando manifestó su apoyo a Joe Biden en las últimas elecciones estadounidenses de 2020, un posicionamiento que animó a decenas de miles de personas a registrarse para votar por el Partido Demócrata. Convertida en la princesa de América, los rivales de Donald Trump –que simpatías no la tiene, precisamente– esperan como agua de mayo un movimiento similar de cara a los próximos comicios, pues un empujoncito de este tipo vale su precio en oro. Pero, ¿y si en un inesperado giro de los acontecimientos, se presentara ella misma a presidenta?
No deja de ser una fantasía más bien improbable, pero no inverosímil en un país donde ya vivieron carreras políticas de primer nivel actores como Ronald Reagan o Arnold Schwarzenegger. "Si hace diez años planteas esta idea la gente se hubiera llevado las manos a la cabeza, pero ahora mismo más de uno se frotaría las manos. Es tan potente que no nos podemos llegar a imaginar la fuerza del movimiento que ella puede llegar a generar", plantea a infoLibre el periodista y escritor Yeray S. Iborra, autor de Fenómeno Taylor Swift (Sílex Ediciones, 2024).
"Cuidado, porque si hay una campaña por Taylor Swift no le hace falta contratar a Will.I.Am, como hizo Obama, ella ya con un tema suyo lo tendría", continúa el autor, quien concede que hay "mucha miga más allá de la broma" pues, a su juicio, "es muy interesante ver hacia dónde irá el fenómeno, porque de esta magnitud, con las redes sociales de por medio, no lo habíamos vivido nunca". "Ha habido estrellas enormes de la música, pero a ella hay que sumarle todo este altavoz y de esta manera no hemos visto nada parecido. Cosas más locas e impredecibles han pasado con un hashtag", destaca.
En la misma línea apunta también a infoLibre el violinista y compositor Necko Vidal, que cuenta con un millón de seguidores en TikTok y acaba de publicar el libro ilustrado The Eras Book: Un recorrido por la música de Taylor Swift (Cross Books, 2024): "Siempre he dicho que si a Taylor se le pasara por la cabeza ser presidenta de los Estados Unidos muchos deberían temerla, porque tiene una influencia gigantesca sobre un montón de gente. Es una persona que mueve masas, que tiene una imagen muy concreta y una lealtad muy grande por parte de todos sus fans. Tiene una influencia social tremenda y no sé hasta qué punto puede llegar a ser peligrosa, porque más allá de ser una celebridad es una persona que puede como cualquiera equivocarse".
"Tiene un filón que es muy poderoso que esperemos use bien", señala el músico, quien como experto en todo el universo swiftie opina que la artista está "muy centrada ahora mismo en recuperar su música, seguir creciendo como artista y ganando el montón de dinero que está ganando". Pero, en cualquier caso, apostilla que si de repente le interesase, podría tener aspiraciones serias, pues ya hemos visto que cuando dice cualquier cosa de política "puede conseguir cambios en algo tan grande como son las elecciones de un país" del tamaño y la relevancia de Estados Unidos.
Ambos autores repasan en sus libros, cada cual a su manera, la vida y milagros de esta estrella de la música que no alzó su voz política hasta que tuvo bien desarrollada su carrera, apoyando en 2018 a dos candidatos demócratas de Tennessee o en 2019 el derecho al aborto. Así es como ha ido convirtiéndose en abanderada del feminismo, del movimiento LGTBI y de todas las causas de los más vulnerables, convirtiéndose con naturalidad en una figura pública que libremente expresa su opinión sobre lo que estima oportuno. Y poniéndose incluso ella misma como ejemplo en su lucha personal contra la industria musical regrabando sus canciones para recuperar los derechos de sus seis primeros discos, propiedad de un fondo de inversión al que fueron vendidos sin su conocimiento.
"Está en un momento muy interesante de tener realmente conciencia colectiva, que es una cosa que le pedimos poco a los artistas tan del sistema y tan pop. Y digo conciencia colectiva en el sentido de que ella no tiene ninguna necesidad de posicionarse a favor de nadie. De hecho, todo el mundo que esté en primera línea, ahí están los futbolistas los primeros, dicen que posicionarse sale caro. Ella no tiene por qué hacerlo, así que si lo hace es porque realmente cree en esas cosas. Durante mucho tiempo ha guardado silencio en algunos de esos temas y se la ha tachado de poco comprometida, pero ahora es al contrario, ahora es la woke de América, la progre de América, y lo veremos en las próximas elecciones, porque a poco que quiera tendrá un papel relevante", explica Iborra.
Plantea, asimismo, que Taylor Swift se ha hecho hueco entre los fans a base de "aceptar la imperfección", esto es, "no mostrarse como la más guapa, la más lista o la que mejor baila". A su juicio, nunca fue la más "popular" o "destacada de la clase y, ahora, un poco más mayor, "se ha posicionado no ya tanto por perfecta o imperfecta como por incómoda" al hablar de muchos temas en los que una estrella del pop al uso "no tiene por qué posicionarse para seguir su camino hacia el estrellato". "Siendo una artista que juega perfectamente en el sistema, ha ido sumando capas y capas, y esa es un poco la clave de por qué hoy en día tiene la gira más popular. Los de generaciones anteriores hemos visto estrellas del pop más perfectas, aunque también hemos visto otras caer", argumenta.
Es como esa amiga que cada dos años te pone al día de toda su vida y como tú estás al tanto de todo, te interesa saberlo. Para bien o para mal, ella hace que vivamos absolutamente todas sus historias con muchísima intensidad
Para Vidal, lo que ha pasado con Taylor Swift es, básicamente, que se ha "construido una narrativa muy bien pensada alrededor de toda su música". Que la artista haya convertido su discografía en un diario personal ha resultado ser el sólido pegamento para que el público se identificara con la sinceridad de unas historias universales de tan personales: "Es como esa amiga que cada dos años te pone al día de toda su vida y como tú estás al tanto de todo, te interesa saberlo. Para bien o para mal, ella hace que vivamos absolutamente todas sus historias con muchísima intensidad. Nos ha dado pinceladas de que en el álbum que viene este viernes va a hablar de su última ruptura con Joe Alwyn. Nos va a contar punto por punto y coma por coma cada sentimiento, lo cual hace a los swifties empatizar mucho con ella. Cada cosa buena que le pase es estupenda, pero cada cosa mala los seguidores lo viven también intensamente porque se encarga de que así sea".
"No se entiende Taylor Swift sin esta forma de narrar y componer que a los swifties tanto les gusta, porque terminan montando el puzle y haciendo sus deducciones", tercia Iborra, que cree que es "banalizar" reducirla a música para adolescentes, pues con los años "ha ido añadiendo otras muchas capas". "Ella está un paso más allá y a partir de todo lo que se ha montado con su actual gira ha pasado a ser ya un poco un Leo Messi de la música, con el que pasa que te guste o no el fútbol sabes que existe. Y eso ya es un paso hacia ser prácticamente omnisciente, algo que tiene muy poca gente", defiende, todavía puntualizando que "Beyoncé es muy grande, como Rihanna o Dua Lipa, pero el momento cumbre en el que está Taylor Swift de estrellato está un peldaño por encima".
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Esto ha llevado a la estadounidense incluso a difuminar las fronteras entre lo que siempre se ha considerado cultura ilustrada y el mero entretenimiento. Por eso ha acabado introduciéndose en el mundo universitario, tradicionalmente reacio a los productos más populares y comerciales. "Las universidades no están aprovechando su tirón para conseguir alumnos, sino que están yendo hacia donde va la cultura, hacia ese no vivir en un pedestal, que es como muchas veces se ha vivido la cultura en el siglo XX, con esa separación clara entre lo que debemos y no debemos leer y escuchar. A Taylor Swift la escuchan millones de personas y nuestro trabajo es intentar explicar por qué", reflexiona Iborra.
Hay mucha incredulidad en la industria musical hacia la creación de cosas inteligentes y válidas por parte de una mujer
Preciosamente eso hace Vidal, quien explica que lo suyo "no es una revolución musical como ha podido ser Rosalía", sino que hace "música fácil de escuchar que puede apreciar cualquiera porque es asequible al oído" no necesariamente entrenado. "Pero el nivel de composición, las cosas que dice, cómo enlaza las palabras y relaciona frases es muy inteligente e interesante", continúa el músico, que entiende que la quieran analizar en las universidades "como analizan a cualquier escritor del siglo pasado, porque es que es una creadora a la que se puede analizar y de la que se pueden aprender muchos recursos literarios".
También se puede aprender de ella una lección de resistencia, pues según Vidal es "una mujer a la que han querido derribar un montón de veces" con todo tipo de refriegas "pero no se ha dejado, sino que ha conseguido sacar partido de todo aquello por lo que la criticaban". Por eso, ambos autores coinciden en calificarla como artista, empresaria y superviviente, si bien Iborra aporta un último matiz, "el de imperfecta en el mejor de los sentidos". "Porque mostrar la imperfección como una fortaleza tiene que ver con ser superviviente", remarca, antes de que sea Vidal quien remate recordando una realidad que ella misma ha vivido y que también la ha convertido en referente de luchadora: "Hay mucha incredulidad en la industria musical hacia la creación de cosas inteligentes y válidas por parte de una mujer".