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Industria cine

Las ‘majors’ hacen turismo cinematográfico en Colombia

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El desembarco de Netflix en Colombia con la serie Narcos, estrenada el pasado 28 de agosto, y en la que se narra el auge y caída del célebre capo de la droga Pablo Escobar, ha puesto de relieve el trabajo que está llevando a cabo el Estado colombiano para estimular la industria cinematográfica en el país sudamericano. Desde que en 2012 se aprobara la Ley 1556, también conocida como Ley de filmación Colombia, se han aprobado 15 proyectos audiovisuales de empresas extranjeras, principalmente estadounidenses y argentinas, para rodar en el país en coproducción con equipos técnicos y artísticos colombianos. Según datos de Proimágenes Colombia, la institución que gestiona el fondo de ayudas al cine, en estos tres años las películas extranjeras han dejado en el país un beneficio de 83.000 millones de pesos (24 millones de euros) en servicios cinematográficos y logísticos, de los cuáles algo más de tres millones de euros se han pagado en estímulos para la producción de películas.

Pero las ayudas públicas no sólo parecen repercutir de manera positiva en las arcas y la imagen del Estado colombiano, sino que también influyen para que cada vez más productoras internacionales se decanten por las localizaciones que ofrecen para desarrollar sus proyectos. Según declaró Toni Novella, uno de los productores de la película española Palmeras en la nieve, “el incentivo marca la diferencia. En caso de la más mínima duda, sobre la localización a escoger, Colombia se convierte en la opción preferente gracias a este estímulo y eso es una ventaja para país. En nuestro caso ha sido muy favorecedor porque ya encontrábamos aquí todo lo que necesitábamos y esto fue un valor añadido”, dijo en declaraciones recogidas por el organismo Proimágenes.

Desde que la ley entró en vigor ya se han rodado 13 de esos 15 proyectos con subvenciones a cargo a los presupuestos generales del Estado, entre ellas varias películas españolas como la anteriormente mencionada Palmeras en la nieve. Como contrapartida a las ayudas, con las que las empresas extranjeras se ahorran un amplio porcentaje del costo total del filme, están obligadas a contar entre su equipo con profesionales colombianos, además de rodar la película total o parcialmente en el país. Las ayudan operan a través de la devolución de un porcentaje del presupuesto que las productoras inviertan. Así, el Estado colombiano se hace cargo del 40% de los gastos en preproducción, producción y postproducción, servicios artísticos y técnicos; y del 20% de los gastos generados por cuestiones logísticas como el alojamiento, la alimentación y el transporte de los miembros del equipo.

Estímulo para la industria nacional

La llegada a Colombia de proyectos de la talla de Narcos, que se puede ver a través de la plataforma de vídeo bajo demanda Netflix (que estará disponible en España a partir de este otoño), ha sido un relumbrón para una incipiente industria cinematográfica nacional. David Pombo, director y guionista colombiano, empezó a trabajar en proyectos apoyados por el Fondo Fílmico Colombia con Desde la oscuridad, dirigida por el catalán Lluís Quílez. Desde entonces, ha pasado por el equipo de Los 33, con Antonio Banderas; Narcos -dirigida por José Padilha (Tropa de Élite)-; y Mena (protagonizada por Tom Cruise y actualmente en fase de producción). “Para mí ha sido muy positivo, aunque no para la industria en Colombia, porque no tenemos, pero sí es un comienzo para que la gente empiece a formarse en maquillaje, montaje, efectos especiales…”, explica a través de Skype desde la ciudad de Santa Marta donde acaba de llegar para grabar algunas escenas de Mena, dirigida por Doug Liman (Sr. y Sra. Smith, Al filo de la mañana, El caso Bourne). Pombo valora la experiencia de trabajar al lado de profesionales como los ganadores de un Oscar por los efectos especiales de Avatar, una de las diseñadoras de vestuario de Pedro Almodóvar, el director de fotografía de Ciudad de Dios o miembros del equipo de Misión Imposible IV.

Las producciones españolas también llegan a Colombia

Son varias las producciones de nuestro país que también se han beneficiado de las ayudas colombianas a la industria. La anteriormente mencionada Palmeras en la nieve, basada en el best seller homónimo escrito por Luz Gabás, está dirigida por Fernando González Molina (Tengo ganas de tí, Tres metros sobre el cielo) y producida por AtresMedia Cine, Warner Bros y con la colaboración de la colombiana Dynamo. La película, que se estrenará el próximo 25 de diciembre y está protagonizada por Adriana Ugarte, Mario Casas, Alain Hernández y Berta Vásquez, narra la historia de dos hermanos españoles que viajan al exótico país donde vive su padre. De hecho, la orografía colombiana fue utilizada para recrear la Guinea española, ya que, según declaró el equipo, rodar en África resultaba bastante complicado. 

Anteriormente, las películas Crimen con vistas al mar, con actores como Carmelo Gómez y Úrsula Corberó; y La cara oculta, con Quim Gutiérrez y Clara Lago, también escogieron Colombia para grabar. Los 33, aunque de nacionalidad estadounidense y chilena, cuenta con actores españoles tan reconocidos como Antonio Banderas y, de nuevo, el solicitado Mario Casas. La cinta narra el rescate de los 33 mineros chilenos que quedaron atrapados durante dos meses en 2010 tras un derrumbe de una mina al norte del país. La película, en la que también actúan Juliette Binoche y Federico Luppi, llegará a los cines españoles el 22 de enero del próximo año.

Ya en la anterior edición de los Goya, el expresidente de la Academia de Cine, Enrique González Macho, alabó en su discurso el buen rumbo que había tomado la industria cinematográfica colombiana. Lo hacía tras haber participado como jurado del Fondo de Desarrollo Cinematográfico Proimágenes, otra de las medidas de implementación al cine, en este caso, del nacional. El organismo surgido en 1997 obliga a todas las películas extranjeras que se exhiben en Colombia a ceder un porcentaje de la recaudación en taquilla, tras lo cual, el dinero revierte a través de ayudas en proyectos locales evaluados por un jurado compuesto por tres miembros, dos extranjeros y uno colombiano para evitar, como señaló a infoLibre el director de cine colombiano Luis Ospina, que las ayudas “se concedan por amiguismo”. Ospina calificó entonces el fondo como uno de “los mejores estímulos para la producción de cine nacional”.

Más económico para las empresas extranjeras

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Desde que se pusiera en marcha la ley filmación Colombia, se han generado alrededor de 5.000 puestos de trabajo, entre técnicos, actores y extras. Y es ahí donde reside también una de las claves para que las majors del cine opten por rodar en el país andino, ya que los bajos salarios de los colombianos ayudan a aligerar el presupuesto. Aunque la ley impone que las productoras extranjeras inviertan al menos 1.800 salarios mínimos (232 euros al mes) esta condición supone una nimiedad para películas que, como Los 33, cuentan con un presupuesto de 25 millones de dólares. “Hemos tenido que aceptar sueldos bajos para tener la experiencia”, critica Pombo, que ha logrado duplicar su caché tras haber formado parte de varias producciones. De todas formas, sí que incide en la desprotección laboral de los trabajadores nacionales y el impago de las horas extras, por lo que están empezando a formar asociaciones sindicales para aunar esfuerzos y satisfacer sus demandas.

Mientras tanto, en España...

El modelo español se basa en incentivos fiscales, pero a diferencia de las 22 semanas que tarda la devolución 40%-20% en Colombia, España puede demorarse hasta dos años. Las desgravaciones en los costes de rodaje son efectivas en España desde principios de 2015 y, en concreto, se establece la deducción de un 15% del monto de rodaje extranjero en territorio español, sin superar nunca los 2,5 millones de euros por cada producción (en Francia asciende a 20 millones) ni el 50% del presupuesto total de la película. Un dato que contrasta con el 35% que ofrecen las islas Canarias (Palmeras en la nieve se rodó también en Gran Canaria) y donde, al igual que en Colombia, obligan a la empresa extranjera a contratar una productora ejecutiva española. De manera que, aunque se anuncie a bombo y platillo los rodajes en España de películas como Tomorrowland (rodada en parte en Valencia) o la serie Juego de Tronos, parece que en materia audiovisual otros países ya han pisado el acelerador para atraer a los grandes de la industria del cine.

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