A la gente le encanta el olor a Eurovisión por la mañana. Pero ocurre que, de un tiempo a esta parte y más allá de los entregadísimos eurofans, el público en general había desconectado de un formato que mantenía el interés más por su vertiente geopolítica que por la música en sí.
Esta peligrosa deriva encuentra ahora su puerto en la Costa Blanca, pues este año el representante de España en su sexagésima sexta edición, que se celebrará en Turín en mayo, saldrá del ganador del Benidorm Fest, el certamen musical organizado por RTVE con catorce aspirantes finales de un número inicial de 886.
La contienda en el Benidorm Fest tendrá lugar los días 26 y 27 de enero (semifinales) y el 29 de enero (final), y la decisión resultará de la suma de los votos de un jurado profesional nacional (30%) e internacional (20%), el panel demoscópico (25%) y el televoto (25%), Un nuevo formato que ha despertado el interés del público y también de los artistas.
El cambio de formato ha servido de llamada para aspirantes de lo más variopinto como el rapero Rayden, Tanxugueiras cantando una muñeira en gallego, el descaro pop de Varry Brava, el feminismo de Rigoberta Bandini, la electrónica de Javiera Mena o unas Azúcar Moreno de lo más contemporáneas.
Junto a ellos, propuestas más jóvenes como la intensidad melódica de Blanca Paloma, Chanel y su latinazo bailable, el baladón al piano de Gonzalo Hermida, el pop guitarrero de Luna Ki, Sara Deop derrochando R&B, la boy band Unique, el pop de intensidad ochentera de Marta Sango y el synthpop de Xeinn.
"El interés que se ha despertado habla muy bien de la calidad de las propuestas", apunta a infoLibre el rapero Rayden, quien añade: "He leído a mucha gente decir que en quince años no había estado tan orgullosa de lo que pueda salir. Eso es muy bonito. Es bonito formar parte de ese orgullo. Creo que se está contagiando el entusiasmo".
Por parte del trío gallego Tanxugueiras, Sabela Maneiro plantea que el Benidorm Fest es una "propuesta muy acertada porque cualquiera se puede sentir representado en los diferentes estilos musicales de los aspirantes". "Es normal el interés generado, porque en el momento que haces partícipe a la gente, ésta lo coge con muchísimo cariño", destaca.
En la misma línea apunta Aarón Sáez, de Varry Brava, quien resalta a infoLibre que hay interés porque el trabajo de RTVE ha sido "muy bueno". Y prosigue: "Han querido hacer una muestra de la música española en este momento y creo que han acertado con los seleccionados y con el cambio de formato, para así intentar también que los eurofans y el público en general estén más implicados en el proceso de alguna manera".
Este cambio de formato ha propiciado también que se hayan acercado al mundo eurovisivo artistas que antes habitaban en otros exoplanetas. En la simple enumeración de los nombre está la muestra. "Nosotras no estábamos muy enteradas, más allá de saber que Eurovisión tiene mucho seguimiento, pero esto es divertidísimo. Y los y las eurofans son magníficos y magníficas", reconoce Maneiro.
Benidorm Fest nace fijándose en el ejemplo del Festival de San Remo, no solo, por tanto, para escoger al candidato para Eurovisión, sino para ser un escaparate de la música que se hace en este momento preciso en nuestro país. Tratando de abarcar toda su amplia diversidad, aunque sea esa una empresa ciertamente imposible.
Así lo explica el cronista musical de la Agencia EFE y experto en Eurovisión Javier Herrero: "Siempre me ha sorprendido que ni la música española se haya tomado nunca muy en serio una plataforma promocional a priori tan apetitosa como Eurovisión, con una audiencia potencial de 200 millones de televidentes y un caudal de reproducciones de por vida en streaming, ni que RTVE hiciese un esfuerzo mayor por hacer Marca España y mostrar canciones que reflejen más fielmente lo que se escucha y triunfa aquí".
Esa tendencia de los últimos años parece haber cambiado con este nuevo formato, que bebe del concepto del Festival de San Remo. "Tengo mucha confianza en este proceso y no porque necesitemos ganar Eurovisión, sino para mostrar fielmente que somos una potencia musical. Somos un país de 47 millones de personas, con un flujo musical interno envidiable, pero en Eurovisión ni lo mostrábamos ni nos hacíamos respetar", sentencia Herrero.
Incide en esta idea el vocalista de Varry Brava, Óscar Ferrer, para quien lo más "interesante" del Benidorm Fest es la "variada representación de las cosas que se están haciendo ahora en España". Del mismo modo, Rayden afirma que "este festival aspira a ser un reflejo de lo que se hace en España, del buen hacer que tenemos aquí", por lo que plantea que, aunque la finalidad sea ir a Eurovisión, "puede ser que haya gente a la que solo le interese el Benidorm Fest".
"Nosotras no lo vemos como una competición", asegura Maneiro, quien explica que, al final, cada uno "expone lo que hace lo mejor que puede y ahí está el jurado para elegir". "Ojalá pudiéramos ir todos. Pero yo creo que todos los artistas que estamos no lo vemos como una competición, sino como un festival de música", agrega, mientras Rayden remacha: "Este cartel te lo ponen en el Sonorama y las entradas se acaban en un mes".
El propio Rayden resalta, asimismo, que otro "cambio importante" es que "detrás de cada canción hay una historia". La suya, Calle de la llorería, habla sobre la vulnerabilidad "como punto fuerte, no como debilidad". "Es un reflejo de cómo somos víctimas y supervivientes de la pandemia", explica, para después denunciar que "de poco o nada sirve que estemos abogando por quitar tabúes y apoyar la salud mental cuando la salud mental gratuita tiene tan tantas trabas".
Terra, de Tanxugueiras, un "canto a la libertad" en forma de muñeira, parte aparentemente como favorita y tiene la gran peculiaridad de la letra en gallego, tal y como explica Sabela Maneiro: "Creemos que lo estamos normalizando como tiene que ser, porque tenemos la suerte enorme de vivir en un país con gran riqueza cultural. Estas cosas hay que normalizarlas, entender que suman y no restan. El vehículo de la música, al final, hace que todo sea un poquito más armonioso y parezca que ataques menos. Nosotras estamos encantadas de que el gallego sea por primera vez lengua candidata a representar a España en Eurovisión".
Pone también en valor el trío gallego la importancia de la música tradicional en todo el mundo en general y en España en particular. Porque, a su juicio, "cuando uno pasa por momentos difíciles, como hemos pasado todos en la pandemia, buscas tus raíces, tu tierra, saber de donde vienes y lo que te llena". "La gente está buscando ese sitio, el orgullo de pueblo", señala Maneiro, quien además enfatiza que "las músicas de raíz tradicionales que hay por toda España tienen muchísimo que decir y muchísimo por explorar".
Tan divertidos y festivos como siempre, Varry Brava apuestan por Raffaela. Una composición pop en homenaje a, claro, Raffaella Carrà, que presentarán en concierto La Riviera madrileña el 22 de enero, justo antes de partir rumbo a Benidorm a defender que "lo hortera es ser libres, desprejuiciados, ponerte la ropa que te apetece y hacer la canción que quieres". "Nosotros vamos a Eurovisión a poner lo hortera como nueva bandera de la libertad guiando al pueblo", concluye Aarón Sáez.
A la gente le encanta el olor a Eurovisión por la mañana. Pero ocurre que, de un tiempo a esta parte y más allá de los entregadísimos eurofans, el público en general había desconectado de un formato que mantenía el interés más por su vertiente geopolítica que por la música en sí.