El feminismo gana en Benidorm Fest: "No quiero estar empoderada, lo que quiero es no verte la cara"

"Me quiero, aunque a veces me fallen. Yo solita me curo de to'ítos mis males. Me quiero, aunque me fallen. Confío en mí, no me cambio por nadie. Salud pa' mi gente, gloria pa' los míos. Solo me importó quién quedó, no quién vino". Así de potente es el mensaje de Lachispa, una de las grandes favoritas para imponerse en el Benidorm Fest con su Hartita de llorar.
Una canción rotunda que fusiona flamenco, trap y folclore con un mensaje que, entre 'quejíos' y sobre una base electrónica, resulta tajante: "No puedo hacer nada más que tirarme a mirar series en el sofá. Un moño y sin maquillar. Tengo miles de WhatsApps y me siento sola. Estoy hartita de llorar. Se nubló mi mirar. No quedan lágrimas, ah. Ahora no sé donde buscar. Juro me voy a encontrar".
Una situación cotidiana en la que ella, Claudia Gómez Galindo, ergo, Lachispa, se planta en su Chiclana. No es casualidad, pues el algoritmo algo sabe de todo esto, que justo después del vídeo de Hartita de llorar salte en YouTube siempre Rosalía cantando Se nos rompió el amor, clásico atemporal escrito por Manuel Alejandro y popularizado, de qué manera, por Rocío Jurado. Y no es casualidad porque ella, 'la más grande', algo aprendió en su Chipiona a su vez de todo esto del empoderamiento. Lachispa, por cierto, corista de Rosalía durante la gira de El mal querer en 2019.
Daniela Blasco sale con (casi) la fanfarria de Crazy in love pisando (casi) igual de fuerte que Beyoncé. Eso transmite Uh Nana, una suerte de Chanelazo 2.0 que busca repetir semejante y nada despreciable hazaña eurovisiva. "Llegaron las killas, esto se prendió. Me da igual el BPM no me quedo block. Ando con los míos, con las mías. Siempre de subida porquе no hay stop", canta con la firmeza de quien domina una noche de fiesta: "El brillo de la disco me combina. Me ven entrando todos se activan. Todo el mundo da palmas pa' que siga". Otra forma de ser y estar, de controlar y domar que parece, por qué no, la segunda parte de Hartita de llorar.
"El tema representa la capacidad de empoderarse a pesar de las dificultades", explicaba la canaria Mel Ömana al presentar una canción que, aún con su título en inglés, va a las claras: I'm a Queen. La propia composición desarrolla una estructura musical que tiene bolero, tango, rap, funk y electrónica como una combinación de diferentes estados de ánimo. Una tormenta emocional que transmite un mensaje de superación personal de los que terminan llegando a todo el universo.
Aquí estoy porque lo valgo y porque, caramba, deseo: "Yo quiero más. Si te metes en mi camino, recuerda: yo soy la Queen. Soy la diosa más odiosa. Que la rompe en este beat. Soy veneno para ti y cuando ya no estoy aquí, todavía huele a mí". Aquí sigo mi vereda porque así lo decido y porque, caracho, no hay quien me pare: "Camino camino camino pa'lante. Camino de flores. Camino de diamantes. Camino difícil. No hay na' que me aparte. El foco es la cima, el foco es mi amante lamiendo del suelo". Hasta aquí llegarás porque me apetece y porque, diantres, me da la gana y te aviso: "Si me pisas los pies, fíjate bien, voy por delante".
La actuación en la segunda semifinal de Melody, rumbera que se canta a sí misma en tercera persona en Esa diva, es en sí misma, más allá de la canción y la letra, un manifiesto monolítico. Duro, compacto. Pura roca la sevillana, ocultamente desconcertada por un par de fallos de sonido que la impidieron escucharse a sí misma y la sacaron de su sitio hasta el punto de cambiar lo que tenía que ser un deslumbrante sostenido por algo así como un alarido de pánico.
Porque, como una premonición, su composición dice así: "Una diva es sencilla, como un simple mortal. Una diva no pisa a nadie para brillar. Su voz le hace grande. ¿Qué más da si ella es libre cantando como un pez en el mar? Una diva es valiente, glamurosa. Presume de humildad y de no ser vanidosa. Resurge bailando con más fuerza que un huracán. Ya verán, esa diva soy yo". Casi una amenaza, diríase, de cara a la definitiva e incierta final del Benidorm Fest este sábado, donde volverá a entonar estas rimas: "Es la madre que madruga. Es la artista sin cartel. Con dinero o sin fortuna, ellas son divas también".
Mucho poderío, en definitiva, pues incluso Maryan Frutos (Kuve), quien repite incesantemente "loca por ti" en su canción, ha decidido ella misma estar, efectivamente, Loca XTI. Esa perspectiva le lleva a entregarse sin ambages, porque sí, porque algún tipo de demencia buena tiene que haber y, de hecho, la hay cuando la contrala quien la padece y no es la enfermedad la que toma el mando. No hay sometimiento en la murciana, nunca se le ocurriría y ha resultado ser, seguramente por eso, la 'tapada' de esta edición del certamen previo a Eurovisión.
Lachispa, Daniela Blasco, Mel Ömana, Melody y Kuve aspiran al triunfo en Benidorm Fest junto a J KBello, Mawot y Lucas Bun. Ellos son los ocho aspirantes, si bien, como suele decirse y en este caso es de veras literal, solo puede quedar uno. Por el camino se quedaron propuestas como la Mala feminista de Chica Sobresalto, que se empodera sin querer empoderarse con sentencias llenas de poder refulgente: "No quiero estar empoderada, yo lo que quiero es no verte la cara más. Nunca más".
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Y es que con Maialen Gurbindo (su nombre real), ha perdido el Benidorm Fest la posibilidad que tenía en la mano de encumbrar una canción con una letra con enjundia. Seleccionamos: "No me alegro por ti, ni por esa nueva novia tuya. Me arriesgo a perder el carnet de buena feminista (...) A veces quisiera ser más como ellas, estirarme los ojos, pincharme el culo y las tetas, a veces quisiera ser más como ellas, un poco menos yo y más como cualquiera" (...) Pienso que a mí me falta talеnto para poder permitirme еngordar. Que nadie vuelva a decirme que soy un puto ser de luz o voy a estallar. Ya no siento culpa por ser tóxica a rabiar".
Tampoco llega a la final Celine Van Heel, pero se va dando un sonoro portazo al abandonar La casa (la copla así se llama) porque sí, porque ya está bien, ya basta: "Si ya sabes que no voy a volver. Si ya sabes que no quiero tener. Una casa bonita que me angustia por dentro, que yo me voy de aquí pa' no volver (...) Tú sí que vives en otra realidad. Ya no te escucho, vete por allá. Me despido de un pasado tan oscuro. Te deseo todo lo peor, lo juro".
¿Qué saldrá este año del Benidorm Fest? Es innegable que RTVE está consiguiendo que el concurso se convierta en una especie de tradición para empezar el año debatiendo si esto o aquello, si alguna vez volverá España a ganar Eurovisión o si todo nos da a estas alturas ya absolutamente igual. No deja de ser un espectáculo televisivo y como tal hay que tomárselo, siempre con la incertidumbre de qué demonios saldrá en esta ocasión de la Costa Blanca con rumbo al festival europeo de la canción. Ojalá, vaya eso por delante, un mensaje empoderante.