La victoria de ‘Spotlight’ amarga la noche a Iñárritu

La 88ª gala de los Oscar se presentaba como otra larga y precedible celebración del cine comercial estadounidense. Los tres primeros premios entregados en la madrugada del domingo —guion original para Spotlight, guion adaptado para La gran apuesta, Alicia Vikander como mejor actriz de reparto por La chica danesa— eran las opciones preferidas en las porras. Pero la noche acabó encumbrando a Spotlight como mejor películaSpotlight , glorificando extrañamente a Mad Max en casi todas las categorías técnicas y minimizando los logros de El renacidoEl renacido, que se hizo con las estatuillas a mejor director (Alejandro G. Iñárritu)y, al fin, a la sexta nominación, a mejor actor para Leonardo DiCaprio. Tres victorias a medias en una gala que abría con los premios aparentemente repartidos de antemano y que reservaba más de una sorpresa.

Había, sin embargo, otro elemento en la gala que, no por previsible, carecía de importancia. La Academia había sido acusada de racista porque entre sus nominados no había ni una persona negra. El movimiento #OscarsSoWhite (Unos Oscar tan blancos) había ganado fuerza en los medios y las redes, estrellas como Will Smith habían anunciado un boicot a la gala por este motivo, y la gala —más llevadera y animada que en los últimos años— estaba presentada por el cómico afroamericano Chris Rock. ¿Qué se podía esperar sino acidez y críticas contra la falta de diversidad de los premios de Hollywood?

La agudez y la perseverancia de Rock fueron más allá de lo previsto. Después de un vídeo de presentación con las mejores películas del año, no solo las nominadas, el presentador se lanzó directo al tema en el monólogo de apertura: "He visto por lo menos 15 personas negras", dijo, bromeando sobre la pieza de vídeo. "¡Bienvenidos a los Oscar, conocidos como los Premios de los Blancos!", añadió. Pero, a lo largo de la gala se sucedieron vídeos comparando la presencia de personajes blancos versus negros, la opinión de espectadores afroamericanos sobre los filmes nominados y bromas tan directas como: "Este año, en el in memoriam, solo va a haber gente negra que fue disparada cuando estaban yendo al cine". Con esta, el público no estalló en risas o aplausos, sino que mantuvo un incómodo y culpable silencio. 

Eso no le impidió lanzar alguna que otra pulla a Jada Pinkett-Smith, productora y pareja de Will Smith, quienes promovieron en un primer momento el boicot a los premios. Rock, quizás con algo de escozor por la situación en la que le habían puesto, animándole a renunciar a la gala, comenzó cebándose con ella: "¿Jada ha boicoteado los Oscar? Es como si yo boicoteara las bragas de Rihanna: da igual, no me han invitado". Un par de menciones solapadas a Smith servían para reafirmar su opinión, algo criticada en redes sociales por crear una cierta fisura dentro de la lucha por la igualdad: "No se trata de boicotear los Oscar, sino de tener más oportunidades".

Cuando los espectadores de este lado del charco empezaban a bostezar, se produjo la primera noticia de la noche: Mad Max se hizo con el galardón a la mejor dirección de producción, adelantando por la derecha a El renacido. Y el siguiente, vestuario, fue también para Mad Max —dejando sin estatuilla, por cierto, al único español nominado: Paco Delgado, diseñador de La chica danesa—. Y el siguiente, de maquillaje y peluquería. Así, hasta seis galardones (incluyendo montaje y montaje y mezcla de sonido) que ponían en cuestión la grandeza técnica del filme de Iñárritu y minimizaba su victoria, si llegaba. La cara de enfado de Iñárritu cuando la diseñadora Jenny Beavan acudía al escenario ha sido una de las imágenes de la noche. 

Después de este reconocimiento a una película de acción que ha cosechado legiones de fans y que ha conseguido mirar cara a cara a filmes más tradicionalmente apreciados por la Academia, llegó el turno el El renacido. Después de haber perdido el bloque técnico, que componía gran parte de sus nominaciones, al cineasta mexicano le quedaba ser reconocido en las categorías de mejor película y dirección, además de la de mejor actor, que premiaba más la carrera de DiCaprio que su participación en este filme en concreto. 

En el discurso de aceptación de su segundo Oscar como director, Iñárritu recordaba una de las líneas de su filme: "No te escuchan, solo ven el color de tu piel". Retomando la batalla contra la hegemonía de los hombres blancos en Hollywood, el cineasta insistía: "Qué buena oportunidad para nuestra generación de hacer que el color de nuestra piel sea tan irrelevante como la longitud de nuestro pelo". Lo dice, además, cuando Donald Trump, que ha criticado descaradamente la inmigración mexicana, está cada vez más cerca de la presidencia del país. DiCaprio ha agitado otra bandera en su discurso: la del ecologismo. "Rodar El renacido tenía mucho que ver con la relación entre el hombre y la naturaleza. No demos el planeta por sentado. Yo no saba este premio por sentado", afirmaba, en medio de una estruendosa ovación.  

Tras estos dos galardones —el de mejor actor protagonista se retrasó un par de puestos más de lo acostumbrado en pro del suspense—, el de mejor película parecía seguir sobrevolando las cabezas de la pareja que ha dado vida a esa historia real de supervivencia en la naturaleza. Sin embargo, fue el equipo de Spotlight el que saltó de la sillaSpotlight . El filme basado en la investigación sobre abusos a menores en la Iglesia realizada por el periódico Boston Globe en 2010 se hizo con el máximo galardón de la Academia, cuando parecía que nadie podía aguar la fiesta al director mexicano. Sus discursos —muy breves, para agilizar la gala los relizadores cortaban los discursos después del primer minuto— estuvieron dedicados a recordar a las víctimas de abusos y la responsabilidad de las instituciones que los permitieron. 

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Otras estatuillas hicieron un recorrido mucho más seguro hasta las manos que debían sostenerlas, según todos los pronósticos. Brie Larson ganó el premio a mejor actriz por La habitación después de hacerse con el mismo reconocimiento en los Globos de Oro y los Bafta. Alicia Vikander fue señalada como mejor actriz de reparto por La chica danesa, categoría en la que era favorita. Emmanuel Lubezki, también mexicano, se hizo con el premio a mejor fotografía por tercera vez consecutiva, tras Gravity y Birdman. El maestro Ennio Morricone se llevó por fin el Oscar por su música para Los odiosos ocho, de Tarantino; Del revés se hizo con el premio a mejor película de animación; Amy fue el mejor documental. Ex Machina, sí se burló de las apuestas, convirtiéndose en la película más barata en ganar en la categoría de efectos especiales desde el estreno de Alien. 

Hollywood eligió encumbrar a una película que parece reforzar su conexión con la sociedad, mientras revelaba la distancia con ella a través de su "racismo" —así de claro lo denunció Chris Rock—. Esto, unido al discurso de la presidenta de la Academia, que abogaba por una renovación de la institución —"Tenemos que mandar un mensaje: que la inclusión es importante. No basta con escuchar y decir que se está de acuerdo, hay que tomar medidas"—, pone de relieve la tensión en una institución que es más conservadora aún que la industria que representa. "La inclusión es importante", decía Cheryl Boone Isaacs. Porque Hollywood es el mayor productor de imaginario del planeta. Pete Docter, director de Del revés, aconsejaba a los jóvenes en su discurso de aceptación: "Haced películas. Dibujad. Escribid. Cambiarán las cosas". Si la Academia quiere. 

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