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Festivales

Vuelve Sonorama, la pasarela del ‘indie’ patrio

Uno de los conciertos de Sonorama.

De juntarse casi un grupete de amigos –300 personas–, a ser galardonado el año pasado con el Premio al Mejor Festival de España. El viaje del Sonorama, nacido en 1998, ha sido intenso y prolijo. Rociado con vino, acompañado de morcilla y cubierto de música y más música, el más nacional de los certámenes nacionales, que se celebra en la localidad burgalesa de Aranda de Duero, vuelve esta semana, del 15 al 17 de agosto, con idéntico empeño que en sus muy humildes orígenes: apoyar lo más sobresaliente y novedoso del indie patrioindie

Con el orgullo acumulado de haber catapultado a la fama a bandas como Vetusta Morla o Supersubmarina, el Sonorama ha puesto este año sus esperanzas en talentos nacientes como León Benavente o Pasajero. Aunque no se olvidan de los grandes reclamos. A saber, The Corner, Travis o Belle and Sebastian. Antes que ellos, otros grupos internacionales –OK GO, Yeah Yeah Yeahs, Mogwai, Ocean Color Scene…– plantaron sus banderas en Aranda desde allende las fronteras. Entrevistamos a su director, Javier Ajenjo, y aprovechamos para recordar algunos de los momentazos vividos a largo de 16 años. Escenas de intimidad, de sonoridad, de comunión y también algún que otro nacimiento de fulgurantes estrellas.

Vetusta Morla durante su actuación en la Plaza del Trigo de Aranda en 2008

Buscando un mejor uso a la plaza de toros de la ciudad, la primera edición del Sonorama presentó solamente a tres bandas: Chucho, Doctor Explosión y Mercromina. Estos últimos, nacidos de una muerte, la de los Surfin' Bichos, se despidieron para siempre del público siete años después en el mismo festival, que el año pasado fue ensalzado como lo más en la gala de los premios de la Música Independiente de 2012. Un galardón, dice Ajenjo, “humildemente merecido”. “Después de 16 años nos tocaba: lo tomamos como un reconocimiento de la industria y como un honor”.

Escaparate fundamental del indie español, el Sonorama ha tanteado en alguna que otra ocasión caminos alejados de esa denominación de origen. En 2007, por ejemplo, hizo de lanzadera del regreso de Nacha Pop, y en 2011, se reveló como imán de masas con la participación de los aragoneses Amaral. “Para nosotros es vital potenciar las bandas pequeñas”, asegura el director, que encabeza la asociación cultural sin ánimo de lucro Art de Troya, que organiza el Sonorama con la colaboración de unos cien socios a lo largo del año, entre 300 y 400 según se acercan las fechas. No ganarán dinero, dice Ajenjo, que explica que para este año cuentan con un presupuesto de 1,5 millones de euros, “pero recompensa ver el pueblo lleno, dar a conocer todo lo que tenemos bueno, así que obtenemos mucho. Es un pequeño milagro después de 16 años”.

Nacha Pop volvieron a escena en el Sonorama de 2007

Con un tamaño siempre creciente, en número de bandas, de visitantes, de días de festival, los organizadores del Sonorama ya acusaban el cansancio. Este año, en consecuencia, han eliminado la cita del domingo. No es por la crisis, asegura Ajenjo, aunque sí que era algo que “lastraba económicamente”. “Cuando empiezas con un día, dos, tres, cuatro… se hace complicado. Pero no hemos notado mucho la crisis, más que nada porque llevamos en crisis desde que nacimos. Por suerte contamos con el compromiso del público, que ha ido comprando muchos abonos”.

Lori Meyers contra las canciones del verano

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Testigos de la eclosión de la cultura low cost, que ha empañado todos los estamentos, ellos reivindican su carácter de pioneros en la materia. Ahora mismo, los abonos para todo el festival están a menos de 70 euros, pero cuando salieron a la venta, rondaban los 40. “Nuestra labor es la de ser un festival potente con un precio asequible en todos los servicios, incluido el de acampada, el almuerzo que damos gratuito…”. Para acomodar mejor al personal, este año, se jacta Ajenjo, han mejorado notablemente el acondicionamiento del camping. Y a los eventos no musicales, entre los que destaca el festival de cortos, han sumado una fiesta de disfraces.

OK GO llevaron sus bailecitos al Sonorama en 2006

Tierra de trigo y cepas, Aranda no podía dejar de premiar a sus visitantes con una buena dosis de bodegueo. La denominación de origen Ribera del Duero es, de hecho, el mayor patrocinador del festival, una instancia que supone para sus organizadores, “todo un orgullo”. “Vamos con la cabeza bien alta”, dice Ajenjo, dueño él mismo de una bodega que es a la vez estudio de grabación, Neo. “La cultura del vino cada vez se intensifica más, y para nosotros es vital, un gran compañero de camino”.

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