Vivienda

Fomento continúa sin dar solución a las 172 familias de Madrid que han comprado una vivienda cuya construcción sigue en el aire

Imagen de la parcela de Vitra en Villaverde.

"Nos hemos ido un poco desilusionados porque esperábamos que se hubiera avanzado más en la situación". Ese es el balance que hacen los vecinos de la Ciudad de los Ángeles (un barrio situado en el distrito madrileño de Villaverde) que este martes se reunieron con la Entidad Pública Empresarial de Suelo (SEPES), dependiente del Ministerio de Fomento, para averiguar cuál es el futuro de las viviendas protegidas de precio básico (VPPB) que compraron hace un año pero cuya construcción, todavía, ni siquiera ha comenzado

El encuentro tan esperado por las 172 familias no ha servido de mucho. Al menos por el momento. Según cuenta Luis Grigelmo, uno de los afectados, lo único positivo que se puede sacar de la reunión es la voluntad que mostró el SEPES de solucionar el problema. "No se ha avanzado mucho, pero hemos conseguido tener el compromiso oficial por parte de Alejandro Soler, director del SEPES, de que en la primera semana de noviembre, como máximo, nos citará de nuevo con el informe de la Abogacía del Estado en el que nos van a dar una solución de si esto sale adelante o no", explica. 

El SEPES, por su parte, informa a infoLibre de que, efectivamente, por parte del organismo "existe una voluntad por las dos partes" de llegar a un acuerdo pero que este, por el momento, tendrá que esperar. 

La historia comenzó en el año 2011. Cuando se derribó el muro del antiguo cuartel de ingenieros de Villaverde, el SEPES vendió mediante concurso público a la cooperativa Vitra –impulsada por CCOO– una de las parcelas. El resto, más de seis millones de euros, debía pagarse en dos plazos antes de finalizar el año 2013, pero el derrumbe de Bankia, entidad con la que tenían convenido el préstamo, hizo que la financiación desapareciera y no pudieran hacerlo. Ante esta situación, Vitra propuso otras formas de pago, como la ampliación del plazo. El SEPES no aceptó ninguna. "Durante este tiempo ha habido una especie de limbo en el que en el registro de la propiedad consta inscrita a favor de Vitra, pero se adeuda el pago de lo restante", explicó el presidente de la cooperativa, Francisco Naranjo.

Hasta 2017. En ese momento, los cooperativistas consiguieron de nuevo financiación para la construcción de las VPPB. Esta vez, por parte de Caixabank. "Lo comunicamos al SEPES y nos informaron de que mientras se pagara lo restante podíamos relanzar el proyecto", cuenta Grigelmo. En ese momento, vendieron la primera fase de la promoción, de 86 viviendas, y la segunda, de otras tantas casas, casi en su totalidad. "Ya se iba a poder pagar lo que nos demandaban, pero el SEPES interpuso una demanda judicial para la titularidad del suelo", recuerda Grigelmo. "Ahí comenzó el pánico entre las familias".

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Pánico que, de momento, continúa. "Viendo cómo se actúa con otras entidades esto pinta muy muy mal", lamenta Grigelmo. El motivo, la posible indemnización que tendrán que pagar a la institución por el retraso en el pago de esos seis millones. Como recuerda Grigelmo, hay otras nueve parcelas, "prácticamente construidas", que se quedó un fondo privado adscrito a Cerberus con condiciones mucho más ventajosas. Otra es de la cooperativa Casalar, con la que el SEPES llegó a un acuerdo y reclamó una indemnización de 150.000 euros, "algo totalmente asumible". El problema es que esa cantidad podría ascender hasta el millón de euros en el caso de Vitra. "Se nos está exigiendo un esfuerzo económico tremendísimo", critica. 

Desde la cooperativa ya apuntaron a que cabría pensar que Fomento quiere recuperar el terreno para sacar plusvalías en un momento de subida de precios de los terrenos edificables en Madrid, pero hicieron hincapié en que, al ser terrenos para vivienda protegida, "una nueva venta debería tener un precio similar, puesto que el precio del módulo no ha tenido variación y no debería haber más plusvalía".

Los vecinos iniciaron una recogida de firmas a través de la plataforma Change.org en la que ya cosecharon más de 3.000 apoyos. "No queremos que nos regalen nada, queremos que nos den una respuesta. El tiempo pasa y los precios no dejan de subir", sentencia Grigelmo.

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