Crisis en la eurozona
Grecia pone a prueba la recuperación cosmética de la economía española
Grecia celebrará elecciones anticipadas el 25 de enero. Su peso en el conjunto de la eurozona —menos del 2% del PIB— es pequeño, pero el resultado de la convocatoria electoral puede cuestionar las políticas de austeridad aplicadas en Europa desde el epicentro alemán. El previsible triunfo de Syriza que, entre otras acciones, defiende una reestructuración de la deuda del país (314.000 millones, 175% del PIB), cuestiona también los resultados económicos reales de los países que como en el caso de España han apostado todo a la carta de la austeridad. El FMI ha anunciado que paraliza la ayuda a Grecia hasta la formación de un nuevo Gobierno.
Los expertos consultados por infoLibre coinciden en que, al menos a corto plazo, la onda electoral griega puede traducirse en inestabilidad en los mercados, aumentos en la prima de riesgo para los países del sur de Europa y salida de capitales. Son malas noticias para el Gobierno español, empeñado en maquillar antes de las elecciones de mayo los escasos resultados de las recetas de austeridad.
Lo dicen los números: según la Encuesta de Población Activa hay más parados que en 2011 (5.273.000 en IV trimestre de 2011 y 5.427.700 en III trimestre 2014); menos afiliados a la Seguridad Social (17.248.530 frente a 16.695.752); más deuda pública (70,50% del PIB en 2011 y 96,80% del PIB en 2014) y menos colchón para hacer frente al pago de pensiones (66.815 millones en 2011 y 49.598 en 2014).
Contra la austeridad
España no es Grecia, pero comparte con aquel país algunos hechos clave como el auge de formaciones políticas contrarias a las políticas de austeridad (Syriza, Podemos) y el declive de los partidos tradicionales que han gestionado la crisis que estalló en 2008. España no es Grecia, pero sus porcentajes de desempleo (25,5% Grecia, 24% España); paro juvenil (en torno al 50% en ambos casos) y riesgo de exclusión (35% Grecia, en torno al 30% España) son muy similares. En España como en Grecia, buena parte de los ciudadanos, a tenor de las encuestas, apuestan por un cambio político de calado.
En opinión del economista José Carlos Díez, el auge de Syriza en Grecia y el adelanto de las elecciones que pueden llevar al poder a la formación que encabeza Alexis Tsypras aboca "a un choque de trenes en Europa" con la deuda de por medio que tendrá su contagio en España. "Syriza", sostiene Díez, "tiene un programa similar al español Podemos, con quitas de deuda que asustan a los mercados". Ese miedo, explica el economista, se reflejará en la prima de riesgo de España (el lunes subió un poco, a 114 puntos) y, de paso, pondrá en evidencia el discurso oficial que atribuye la mejora de la prima riesgo a la buena gestión del Gobierno y no a factores externos.
"Un experimento como el de Syriza", sostiene Díez, "si consigue gobernar, tendrá consecuencias". En España, sostiene este experto, ya las ha habido. Desde junio, asegura Díez, se han registrado por primera vez en España tres meses seguidos (julio, agosto y septiembre) con salidas de capitales (6.000 millones de euros en 10 meses).
Miedo inversor
El miedo inversor que detecta Díez también en España no existe para el Gobierno que encabeza Mariano Rajoy, centrado en el discurso de que la crisis ya ha pasado a la historia. En cuatro años de políticas de austeridad, Grecia ha aumentado el déficit público (10,9% en 2010 y 12,2% en 2014), la deuda (146% en 2010 y 175% en 2014) y ha perdido un 20% del PIB, algo desconocido en un país en tiempos de paz.
En España, la versión oficial, pese a los números, dice que el país está en una situaciòn muy distinta a la griega, con una economía convertida en locomotora de los países del euro (la previsión de crecimiento oficial es del 2% en 2015), creando empleo con tasas de crecimiento de en torno al 1,5% y atrayendo inversión exterior.
"Ese discurso no es real" asegura el presidente de Economistas Frente a la Crisis, Jorge Fabra. "España se ha convertido en un caso único en la crisis al registrar un retroceso del 6% del PIB desde su inicio, con una destrucción de empleo del 16%, lo que da como resultado una economía enferma, que gana productividad cuando se contrae y la pierde cuando crece".
Mejora maquillada
Esa realidad "maquillada" y basada en "políticas de austeridad finiquitadas" es lo que cuestiona Syriza, según señala Fabra, que define a la formación como "un partido serio, aconsejado por un excelente plantel de economistas de prestigiosas universidades, que contiene en su seno a la socialdemocracia griega y que cuestiona la política aplicada en el Sur desde Alemania". Esa política se resume, según Fabra en "altas primas de riesgo en el Sur de Europa, con bajos tipos y transferencias de recursos hacia el norte", algo "indignante".
El adelanto de las elecciones en Grecia tuvo un impacto fuerte e inmediato en la Bolsa de Atenas (cerró con una caída del 3,9% pero llegó a bajar hasta el 11% en el índice general) y en los tipos de la deuda (el bono a tres años superó el 11%). Pero fuera de Grecia, los mercados reaccionaron con una relativa calma. El bono alemán, eso sí, marcó un nuevo mínimo en la rentabilidad, con tipos del 0,563%, en línea con el comportamiento de los últimos meses.
"Grecia ya no asusta", asegura el estadístico Juan Ignacio Crespo. "Es una especie de dolor antiguo y ya no representa la misma amenaza que en el año 2009; los bancos alemanes y franceses han provisionado ya los riesgos y es más el ruido que las nueces". Pese a todo, Crespo no descarta alguna sorpresa en el comportamiento de los mercados.
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Necesidades financieras
Grecia está en un momento muy delicado. En 2015 tiene unas necesidades de financiación de 17.000 millones de euros y se encuentra en medio de las negociaciones para cerrar el anterior rescate y recibir el último tramo de financiación de unos 7.000 millones de euros. Si no hay ajuste, la troika (FMI, BCE y Bruselas) puede cerrar el grifo. El FMI ya ha dado un paso.
"En cualquier caso, el adelanto electoral en Grecia despeja una incógnita", sostiene el economista Carmelo Tajadura. "Para España puede ser hasta positivo porque permitirá saber qué efecto tiene el Gobierno de Syriza antes de votar (en elecciones autonómicas y generales)". En opinión de Tajadura, "el Gobierno de Syriza puede notarse algo (en los mercados) pero ya estaba descontado".