CRISIS FINANCIERA
El grifo de la banca se abre pero no detiene la caída del crédito
El estallido de la crisis financiera dejó seco el grifo del crédito. Los bancos pasaron del dinero fácil y barato a la alergia al préstamo. Rehuían a las pequeñas empresas y les aplicaban tipos de interés superiores. O sólo concedían hipotecas a los particulares que quisieran comprar algún piso de sus abultadas carteras de inmuebles. Así, el saldo vivo del crédito no ha dejado de desplomarse durante los últimos seis años. Y continuará cayendo, al menos, hasta 2017, a juicio de los expertos. Según el último Boletín Estadístico del Banco de España, en el primer trimestre de este año el stock de crédito sumaba 1,37 billones de euros, un 4,5% menos que hace un año y un 25% por debajo del saldo con que terminó 2009.
El stock, no obstante, seguirá adelgazando al tiempo que el caudal de nuevo créditos se despereza. El montante de las nuevas operaciones firmadas en el primer semestre de este año con familias y empresas alcanzan los 229.000 millones de euros y ha crecido un 11% respecto al mismo periodo de 2014. Para comprar viviendas, el crédito concedido hasta junio aumenta un 18%, y el otorgado a pequeñas y medianas empresas –con cuantías inferiores al millón de euros– sube un 11%. Para las grandes empresas –por encima del millón de euros–, el alza se queda en el 6% en un año.
Pero este recuperado optimismo del crédito no es capaz aún de compensar las amortizaciones de quienes terminan de pagar sus obligaciones financieras. Hogares y empresas están en plena cura de sobreendeudamiento: se disparó del 69% de su renta disponible en 2000 al 131% siete años después. “El stock de crédito de hogares y empresas en España era insostenible”, explica Fernando Gutiérrez del Arroyo, economista de Solchaga Recio & Asociados, “por lo que el ajuste del crédito tenía que producirse”. El endeudamiento privado aún se sitúa “varios puntos por encima de la media europea”, apunta Gutiérrez del Arroyo.
Lo relevante: ¿el saldo o los nuevos créditos?
Así que, para Icíar Sola, de Analistas Financieros, lo relevante no es tanto el saldo como el crecimiento de los nuevos créditos que sin duda, dice, están recuperándose. El refuerzo de los balances de los bancos y las medidas del Banco Central Europeo (BCE) para empujar a las entidades a prestar a empresas y particulares están produciendo efecto, “visible, aunque no suficiente”, matiza Fernando Gutiérrez. Además, la rebaja de tipos de interés permite a las entidades financieras prestar el dinero más barato. La CEOE reconoce que los bancos han bajado los tipos a las pymes, “pese a que aún sigan siendo sensiblemente más altos que los aplicados en la media de la zona euro”, destaca el servicio de estudios de la patronal en su último boletín. Según el Banco de España, el tipo de interés de los nuevos créditos de menos de un millón de euros era el pasado junio del 3,27%, casi dos puntos menos que en junio de 2012, cuando alcanzó el máximo del último lustro.
No lo ve así el economista José Carlos Díez, quien limita la recuperación de los nuevos créditos sólo a “operaciones muy pequeñas”, a los préstamos al consumo. En su opinión, lo importante en el análisis es ese stock de crédito vivo que sigue cayendo. “Es lo que miran los bancos”, asegura, “de hecho, las entidades sólo se fijan en las nuevas operaciones para ver su tipo de interés, también el de los depósitos, porque condicionan los márgenes”.
Díez cree que el problema estriba en la falta de demanda. “Las empresas han cogido miedo a los bancos y prefieren acudir a sus propia caja en lugar de endeudarse”, advierte. Sola y Gutiérrez, por el contrario, atribuyen la reactivación del crédito tanto al aumento de las solicitudes de empresas y familias como a una mayor predisposición de las entidades financieras a prestar dinero. “Los bancos quieren conceder créditos”, coinciden los tres analistas consultados por este periódico. Eso sí, al menos de momento, los aprueban de forma muy selectiva, para los mejores clientes. José Carlos Díez advierte de que sólo se ha reactivado el crédito de vivienda para las rentas más altas. E Icíar Sola subraya que los bancos se están “peleando” por financiar “los buenos proyectos”, que son “difíciles de encontrar”. Y esa competencia impulsa, a su vez, la bajada de tipos, recuerda.
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Al tiempo, tanto empresarios como analistas perciben una cierta “relajación” en los requisitos que los bancos exigen para conceder créditos. Frente a tasas de aceptación de operaciones que en su nivel más bajo, a mediados de 2012 –con el grifo cerrado herméticamente– apenas llegaban al 27%, 2014 cerró con un índice que rozaba el 40%. Según la Encuesta sobre Préstamos Bancarios, que elabora el Banco de España, la mejora de las expectativas económicas puede haber “favorecido” la aplicación de “criterios menos restrictivos” por parte de los bancos, aunque su influencia no ha sido “suficiente para que las entidades cambiaran de política crediticia”. Con una excepción: los mencionados créditos al consumo, cuyas condiciones “se relajaron ligeramente” en 2014. Sus requisitos de financiación también se “suavizaron” más en España que en el resto de la Unión Europea, asegura la encuesta. Que detecta un aumento de las solicitudes de préstamos al consumo, igualmente mayor en España. De hecho, en 2014 los bancos concedieron a los hogares para bienes de consumo créditos por importe de 16.442 millones de euros, por encima de los que otorgó en 2011. En lo que va de año, este segmento ha crecido un 48,5%.
Por el contrario, las entidades financieras encuestadas por el supervisor –las 10 más representativas– prevén “un cierto endurecimiento” en la financiación a familias para adquirir vivienda para el próximo trimestre. Y, pese a la relajación que ha beneficiado a las pymes, la CEOE se queja de que los criterios para aprobar préstamos a las empresas sigan siendo “restrictivos desde una perspectiva histórica”.
Icíar Sola y Fernando Gutiérrez destacan el hecho de que la dura caída del saldo de los créditos se haya moderado en 2014 y continúe este año por esa senda: desde un descenso del 8,3% en 2013 hasta otro del 6,4% el año pasado. Por el contrario, José Carlos Díez advierte de que, sin “un cambio de política económica, basada en el impulso de la demanda y el aumento de la inflación”, España no será capaz de dejar atrás una crisis financiera que, a su juicio, ha sido “peor que la Japón”.