FORO ECONÓMICO MUNDIAL
Guindos ‘venderá’ en el Foro de Davos una recuperación que no llega al ciudadano
El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, prepara la maleta para acudir a la cita anual que la élite económica mundial celebra cada mes de enero en la localidad de Davos-Klosters (Suiza). Durante cuatro días de esta semana, del 21 al 24, 2.500 participantes de 140 países van a debatir la situación del mundo.
El lema del encuentro es El Nuevo Contexto Mundial y Guindos, cabeza de una delegación discreta (el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tampoco acudirá este año al encuentro), tiene el encargo de "vender" la recuperación de la economía española. El ministro cumplirá la misión a pesar de que la mejora aún no ha llegado a la mayoría de la ciudadanía y a que se debe más a circunstancias externas -petróleo, expectativas de intervención del BCE- que a las reformas de las que alardea el Ejecutivo.
Guindos encabezará en Davos un pequeño grupo de notables españoles entre los que estarán los presidentes de los bancos BBVA y Santander, Fracisco González y Ana Botín respectivamente, así como el consejero delegado de la primera multinacional española, Telefónica, José María Álvarez Pallete y los presidentes de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán y de Ferrovial, Rafael del Pino.
Lucimiento
El escenario previsto para la intervención del ministro español es propicio para el lucimiento. Guindos tiene previsto intervenir en el panel titulado Recargando Europa junto al ministro británico de Finanzas George Osborne,Recargando Europa el alemán Wolfgang Schäuble, el presidente del Banco de Italia Ignacio Visco y el magnate George Soros.
Nada que ver con la encerrona que padeció en 2010 el entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero que, empeñado en acudir a la gran cita del capitalismo mundial, se vio sentado junto al primer ministro griego Papandreu y el presidente de Letonia Valdis Zatlers. Un error de imagen garrafal que se tradujo en un subidón de la prima de riesgo de España.
El encuentro de Davos, con un programa en el que lo mismo caben debates sobre tecnología que una conferencia del tenor Andrea Bocelli, será el número 45 de los celebrados. Según los organizadores reunirá 2.500 asistentes de 140 países. Entre ellos, habrá 40 jefes de estado. Los más destacados, según la organización, la canciller alemana Angela Merkel y el francés François Hollande.
Una decena de temas
Los organizadores quieren centrar los debates en 10 temas que, según afirman, han dado forma a ese nuevo contexto mundial. Son el medio ambiente y la escasez de recursos; las habilidades para el empleo y el capital humano; la paridad de género; la inversión a largo plazo, la infraestructura y el desarrollo; la seguridad alimentaria y la agricultura; el comercio y la inversión internacional; el futuro de lnternet; la delincuencia mundial y la lucha contra la corrupción; la inclusión social; y el futuro de los sistemas financieros. Además, quieren debatir sobre la escalada de los conflictos geopolíticos, las pandemias, el crecimiento divergente y el nuevo contexto energético están en la agenda también.
En 2014, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Cristine Lagarde, habitual de Davos, pronosticó poco antes del encuentro de la élite mundial que a partir de 2014 vendrían las vacas gordas. Pero no han llegado. Las políticas de austeridad en Europa han estrangulado el crecimiento, la eurozona teme la deflación y el Banco Central Europeo (BCE), tarde, se ha visto obligado a seguir los pasos de la Reserva Federal de EEUU y de los bancos centrales de Reino Unido y de Japón, para comprar deuda de los Estados y animar la actividad.
En ese contexto, Guindos se presenta en Davos con el depósito de optimismo a rebosar. En 2014, la economía española creció un 1,4%, en 2015 espera crecer más de un 2% y su jefe en el Gobierno, Mariano Rajoy,ha prometido crear un millón de empleos en dos años. Todo, sostiene la doctrina oficial, gracias a las reformas aplicadas por el Ejecutivo.
Dos pilares externos
No obstante, los dos pilares fundamentales de una recuperación que aún no llega a la mayoría de los ciudadanos son el desplome en el precio del petróleo, que puede aumentar el producto interior bruto hasta un 1,5% en 2015 y las expectativas de intervención del BCE, que ha abaratado el euro frente al dólar -favoreciendo las exportaciones- y ha bajado la prima de riesgo.
Pese al optimismo oficial, el paro (23,9%) seguirá duplicando a fin de año la media europea; el riesgo de pobreza del personal asalariado ha crecido un 20% desde 2007; la deuda superará este año el 100% del PIB y la precariedad laboral se ha incrustado en un sistema volcado en el empleo del sector servicios.
Los ambiciosos términos con los que se maneja la élite de Davos (los Davos men que retrata el periodista Andy Robinson en el libro Un reportero en la Montaña Mágica) tales como "Reformar el Mundo", chocan de frente con la realidad que, también año tras año, opone la organización Intermon Oxfam a la cumbre del capitalismo mundial.
Informe demoledor
El informe de 2015 es demoledor. Según Intermon, en 2016, si no cambian las cosas, el 1% más rico tendrá más que el resto de la población mundial en el año 2016.
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La desigualdad crece mientras la élite que describe Robinson -radicalmente desconectada del resto del mundo- es incapaz de entender por qué crece también el malestar. Desde 2011, sostiene Robinson, hay un debate central no resuelto que es el aumento de la desigualdad y la polarización de rentas.
El grupo de élite desconcetdao de la realidad está formado por milmillonarios, cuyo número, señala Robinson basándose en la revista Forbes, ha crecido un 27% desde 2007. De esa élite forman parte personajes muy conocidos (todos ellos asistentes de Davos) como Bill Gates (Microsoft, 59.000 millones), Sergey Brin (Google, 23.000 millones), Michael Dell (Dell, 15.000 millones) y George Soros (Quantum, 22.000 milones).
Algunos de ellos, refleja el libro de Robinson hacen gala de más cinismo que ingenio. Relata Robinson cómo Martín Winterkorn, presidente de Volkswagen, "auténtico forofo del Foro Económico Mundial (...), duplicó su remuneración en 2012 hasta los 17 millones de euros, no sin lamentarse, en una sombría y cínica demostración de humor negro digna de un personaje de la novela de Mann (Thomas, La Montaña Mágica), de que nadie le impidiese cobrar tanto dinero.