Impuestos
Hacienda aprieta las tuercas a las empresas pese a la falta de crédito
En 2009, con la crisis al galope, el Gobierno decidió abrir la mano y facilitar la supervivencia de las empresas. El equipo económico que encabezaba el ministro Pedro Solbes aceptó que la Agencia Tributaria relajara sus exigencias y aceptara aplazamientos en el ingreso de las retenciones del IRPF. Fue una forma de oxigenar la actividad empresarial cuando se intuían tiempos duros y las empresas caíán como moscas. Sólo entre 2008 y 2011 se perdieron 177.336 sociedades, según datos de Esade.
Pero las cañas se han tornado lanzas. Hacienda ha decidido cambiar de criterio y taponar el recurso de las empresas a los aplazamientos. La razón es que la permisividad ha derivado en conductas fraudulentas generalizadas.
Es una vuelta a la letra de la norma. La legislación establece que, en principio, las retenciones no se pueden aplazar. Porque son recursos que no pertenecen a las empresas, sino que derivan del IRPF que pagan los trabajadores. Los empresarios actúan como meros recaudadores de la Agencia Tributaria. Sin embargo, ante los problemas de tesorería, Hacienda realizó una interpretación benévola de la ley y permitió a partir de 2009 que las compañías pudieran aplazar las retenciones con la misma facilidad con la que postergan el pago del IVA o el impuesto sobre sociedades.
Una vuelta de tuerca
La Agencia Tributaria explica así la vuelta de tuerca en una instrucción aprobada el pasado 9 de diciembre: "la mayoría de los aplazamientos solicitados y tramitados corresponden a solicitudes referentes a deudas de retenciones y se está dando una cierta utilización de forma fraudulenta de la figura del aplazamiento de deudas tributarias".
Hacienda no da más explicaciones ni precisa números sobre el alcance de esas supuestas actuaciones fraudulentas. Sin embargo, fuentes de la Agencia Tributaria precisan que el fraude más acusado se da en empresas y sectores con volúmenes de nóminas muy abultados, bien por número de trabajadores o bien por salarios elevados. El mejor ejemplo, sostienen las mismas fuentes: el fútbol.
El endurecimiento de la norma ha generalizado advertencias de los expertos fiscales a sus clientes. Con fórmulas como esta: "El presente comunicado es para informarles de una novedad fiscal que les puede afectar. Según una nueva resolución de la Agencia Tributaria, a partir del 01 de Enero de 2014, los modelos 111, 115, 123 y 124, cualquier autoliquidación que suponga retenciones, ingresos a cuenta y cualquier empresa que se encuentre en situación de concurso de acreedores, no podrán solicitar aplazamiento, es decir, la Agencia Tributaria no admitirá estas solicitudes directamente.
Recargos
La consecuencia más directa de la decisión de la autoridad fiscal es que la deuda pendiente pasa directamente a período ejecutivo con todo lo que ello conlleva, que son recargos desde el 5% al 20%. Una mala noticia para empresas en dificultades.
La Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) todavía no sabe qué consecuencias tendrá la medida para sus asociados. "Lo estamos estudiando" explicó la portavoz de la Confederación a infoLibre.
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Para los clubes de fútbol, el cambio de criterio de la Agencia Tributaria es una mala nueva. Les sroprende en pleno esfuerzo de reducción de deuda y sometidos al escrutinio de las autoridades comunitarias, recelosas.
La cuantía de la deuda total de los clubes y Sociedades Anónimas Deportivas del fútbol profesional con la Agencia Tributaria a 30 de junio de 2013 ascendía a 633.136.263,08 euros.
Además,según los datos del Fichero General de Recaudación de la Seguridad Social, la deuda total de los clubes y Sociedades Anónimas deportivas del fútbol profesional español con la Seguridad Social asciende a 6.803.635,76 euros a fecha de 30 de junio. En el BOE se especifica que la deuda en enero de 2012 era de 13.215.209,82 euros. Por lo tanto, la reducción de la deuda acumulada durante este período ha sido de 6.411.574,06 euros.