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impuesto de sociedades

Las normas fiscales favorables a las grandes empresas les permiten pagar en impuestos sólo el 7,3% de sus beneficios

El presidente de Repsol, Antonio Brufau.

El tipo nominal del impuesto de sociedades en España es del 25%, pero no es ningún secreto que el porcentaje real de sus beneficios que abonan las grandes empresas a la Hacienda pública es mucho menor. En 2015 –cuando el tipo nominal del tributo se situaba en el 28%–, las grandes compañías únicamente pagaron el 7,3% de sus ganancias al Estado –apenas dos décimas más que en el año anterior– gracias a las deducciones y bonificaciones a las que se acogieron y también a la posibilidad que aprovecharon de compensar pérdidas de años anteriores con los beneficios más recientes.

El dato lo ofreció el lunes la Agencia Tributaria en su Informe Anual de Recaudación Tributaria. Tal y como refleja este documento, en los últimos cinco años de los que se tienen datos consolidados se ha incrementado de manera sostenida el porcentaje de beneficios que las grandes empresas ingresan en las arcas públicas, que llegó a su punto más bajo en 2011, cuando estas compañías únicamente pagaron el 3,8% de sus ganancias. No obstante, el 7,3% de 2015 sigue aún lejos del 9,9% que pagaron las grandes empresas en el año 2007, y está aún a más distancia del 12,2% de sus beneficios que abonaron las pymes en 2015.

Sea como fuere, el porcentaje real que estas grandes compañías abonan en concepto de impuesto de sociedades está muy lejos del tipo nominal del tributo. Y ello se debe, fundamentalmente, a dos motivos: las exenciones y ventajas fiscales que la ley ofrece a las empresas para evitar cumplir una parte de sus obligaciones tributarias y las pérdidas que muchas sociedades registraron en los últimos años a raíz de la crisis económica, unas pérdidas que ahora están "compensando" deduciéndolas de su factura final a pagar, según explica José María Mollinedo, portavoz del Sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha).

"Es evidente que son las grandes empresas las que usan en mayor medida los beneficios fiscales, con mucha mayor profusión que las pymes", explica Mollinedo, que califica de "ligera mejora" el dato del 7,3% de sus beneficios pagados por las grandes compañías en comparación con los años anteriores, pero asegura que es "demasiado lenta" e insuficiente para cumplir objetivos como la meta de déficit impuesta por la UE. "En los Presupuestos Generales del Estado, la principal desviación entre las previsiones y lo que se ha ingresado realmente se ha producido precisamente en el impuesto de sociedades", apunta.

Y es que la gama de deducciones y exenciones a las que pueden acogerse las compañías es bastante amplia. Los "grupos empresariales" –la denominación con los que son identificados en el informe de Hacienda los conglomerados en los que normalmente suelen estructurarse las grandes corporaciones– se benefician de deducciones basadas en conceptos tan diferentes como la doble imposición, el deterioro del valor de las participaciones de la empresa en fondos propios, las reinversiones, la inversión en i+D o los donativos a entidades sin ánimo de lucro. Mollinedo, a este respecto, hace hincapié en los beneficios fiscales que aprovechan las grandes empresas a la hora de abordar fusiones, un tipo de operaciones que habitualmente no ejecutan las pymes.

Pero los grandes grupos societarios no sólo utilizan las exenciones, deducciones y bonificaciones para pagar menos en concepto de impuesto de sociedades. Los llamados créditos fiscales son otra herramienta muy útil cuando se trata de reducir la factura a abonar. Básicamente, se trata de una opción que permite a las compañías "compensar" las pérdidas de años anteriores tributando menos o incluso sin tributar por los beneficios del ejercicio en cuestión, explica Mollinedo. "La opción de deducirse pérdidas anteriores no tiene caducidad, así que una empresa podría compensar pérdidas de hace 30 o 50 años", ilustra el técnico de Hacienda.

Las empresas se sienten demonizadas

José Luis Escrivá, presidente de la Autoridad Fiscal Independiente (Airef), ya llamó el pasado mes de mayo la atención sobre la importancia de esta herramienta a la hora de explicar por qué las grandes empresas españolas tributan tan poco en el impuesto de sociedades. "La razón más importante [de la baja recaudación por este tributo] creo que se debe a que durante la crisis se han generado bases imponibles negativas muy grandes, y esas bases imponibles negativas son deducibles, aunque con límites, en los ejercicios posteriores", explicó Escrivá en una comparecencia en el Congreso, en la que reconoció que con el impuesto de sociedades "se recauda un nivel bajo desde un punto de vista histórico, en relación al nivel de beneficios de las empresas y a nivel internacional".

Las grandes empresas, no obstante, han considerado tradicionalmente que no es justo decir que únicamente tributan por un porcentaje tan escaso de sus beneficios, ya que aseguran que la cantidad que hay que usar como referencia para hacer el cálculo es la base imponible y no el resultado contable de cada ejercicio. Con ese criterio, el porcentaje de tributación por el impuesto de sociedades de estas empresas en 2015 ascendería al 19,8%. No obstante, Mollinedo discrepa y califica de "trampa" el argumento. "El resultado contable es el beneficio antes de aplicarle la ley fiscal", y tomarlo como referencia, asegura, es más preciso para conocer la cantidad de impuestos que pagan en realidad las sociedades que utilizar la base imponible.

Otro de los argumentos clásicos de los grandes grupos empresariales es el de que su cada vez mayor internacionalización provoca que buena parte de sus beneficios se generen en el extranjero y que, por tanto, sea allí donde se tribute por ellos. Pero Mollinedo también lo rechaza. "Uno de los grandes males que aquejan a los países de la OCDE es que muchas de las grandes empresas redirigen beneficios a países donde tributan menos o directamente a paraísos fiscales". Según datos publicados en abril por el Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa, 34 de las 35 compañías del Ibex-35 tenían en 2015 un total de 1.285 sociedades en paraísos fiscales o en países con claras ventajas impositivas: la única que no entraba en este grupo era la semipública Aena.

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Medidas para atajar el problema

Pero, ¿existe soluciones para evitar que las grandes corporaciones tengan una factura fiscal tan reducida? Mollinedo apunta varias. "La medida más directa consistiría en establecer un porcentaje mínimo a tributar en concepto de impuesto de sociedades, una vez aplicadas los beneficios fiscales", señala el portavoz de Gestha. Esta propuesta la recogían en sus programas electorales de las últimas elecciones partidos como el PSOE, que planteaba un tipo mínimo del 15%. Pero para Mollinedo también existen otras opciones: "Se podrían limitar las posibilidades de deducir o compensar las pérdidas de años anteriores", señala el experto, que también plantea que otra opción es "equiparar el tipo real que paguen las grandes empresas cada año al que paguen las pymes".

A principios de este año, un informe de Gestha ya alertaba de que los beneficios fiscales provocan anualmente un agujero muy serio en las arcas públicas. Entonces, los técnicos de Hacienda calcularon que el Estado dejó de ingresar en el año 2014 un total de 6.754 millones de euros por las deducciones de las grandes empresas, y el propio ministro del ramo, Cristóbal Montoro, admitió que "no es explicable que, cuando cualquiera de nosotros está tributando lo que está tributando por el impuesto de la renta y una pyme está tributando al 18%, un grupo consolidado esté tributando al 7%".

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