Los países emergentes celebran su mundial económico en Brasil en desafío al FMI

Brasil celebra otro mundial a partir del día 15. Pero no de fútbol, sino económico. Las economías emergentes, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (BRICS), se van a reunir en Fortaleza y Brasilia en la que será su VI Cumbre. Van a concretar dos planes que supondrán un cambio en las relaciones y en el sistema financiero: la creación de un banco de desarrollo y un fondo de reserva para hacer frente a posibles crisis financieras. Buscan una alternativa al dominio del Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial en la esfera internacional , todo un desafío al orden surgido tras la Segunda Guerra Mundial.

El desafío está apoyado en economías potentes. Los BRIC (sin Sudáfrica), según datos del Banco Mundial suponen algo más del 40% de la población del planeta, alrededor del 25% de la superficie y el 20% del PIB mundial. Además, entre los cuatro países controlan el 43% de las reservas mundiales de divisas, y su participación sigue en aumento.

Con ese potencial, los instrumentos que proponen en la partida con EE UU y los países del G7 parecen incluso modestos: un banco con 50.000 millones de dólares de capital inicial para prestar en condiciones favorables a países en desarrollo y una reserva de 100.000 millones de dólares (41% de China) para hacer frente a posibles crisis.

El encuentro de los BRICS (ladrillos, término utilizado por primera vez en 2001 por el entonces presidente de Goldman Sachs Asset Management, JIM O'Neill) viene acompañado además por gestos de Rusia y China que los expertos interpretan como abiertos desafíos a la primacía de EEUU y de la UE.

Argentina, país invitado

Dos ejemplos: a la VI Cumbre de emergentes acudirá Argentina, invitada por Rusia y el encuentro estará precedido por la visita a Nicaragua del empresario chino Wang JingWang Jing, del grupo HKND Group. HKND, es decir, China, pretende construir un nuevo canal en Nicaragua para conectar el caribe con el océano Pacífico en una desafiante alternativa al canal de Panamá. El proyecto, adjudicado por el Gobierno nicaragüense en junio de 2013, 

tiene un presupuesto estimado de 41.000 millones de dólares y en teoría debería estar parcialmente construido en 2019. En ese año, el canal chino (la concesión es por 50 años) tendría capacidad para captar 416 millones de toneladas métricas de mercancías, el 4% de la carga marítima mundial.

La visita de Jing a Nicaragua de principios de julio es tan significartiva como la invitación rusa a Argentina para que acompañe a los BRICS en el grito de desafío a la potencia económica todavía dominante, EEUU. Argentina mantiene un enfrentamiento con la Justicia estadounidense, que ha dado la razón a los fondos acreedores que rechazaron en su día la "quita" de la deuda. fondos acreedores

El Gobierno argentino califica a los fondos acreedores de "buitres" y pelea en los tribunales para no desembolsar los 1.300 millones de dólares que exigen los fondos respaldados por la Corte Suprema de EEUU. Si no hay acuerdo antes de finales de julio, la amenaza de default, la supensión de pagos, podría hacerse realidad.

Otra realidad distinta

En el mundial económico de los países que aspiran a construir una realidad distinta a la vigente desde 1944, cuando se creó el FMI, pesan los errores cometidos por los guardianes de la ortodoxia del sistema en los últimos años. Las políticas de ajuste aplicadas en los países del Sur de Europa y la estrategia de consolidación fiscal y de recortes aplicada en la UE en general han sido inspiradas desde el FMI. El problema es que la teoría de la ortodoxia tenía fallos que han costado sudor y lágrimas.

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En Grecia, el propio Fondo admitió en uno de los documentos de revisión del rescate de 2010 que hubo errores muy graves. "Hubo notables fallos. La confianza de los mercados no se logró restaurar, el sistema bancario perdió el 30% de los depósitos y la economía se enfrentó a una recesión mucho más profunda de lo previsto, con un desempleo excepcionalmente alto", indicó. En los primeros cálculos del Fondo, la economía griega se contraería un 5,5%, mientras que finalmente lo hizo en un 17% entre 2009 y 2012, y el desempleo previsto fue de un 15%, aunque finalmente alcanzó el 25% en 2012.

Es esa capacidad de impulsar políticas equivocadas sin asumir las consecuencias la que discuten los BRICS. Por eso han diseñado mecanismos de intervención rápida en caso de especulación con divisas de miembros del grupo y por eso pretenden también facilitar intercambios con monedas propias, reemplazando al dólar y al euro.

El otro gran asunto es la creación de una agencia calificadora y evaluadora del riesgo soberano en los BRICS y en terceros países. La idea es evitar las prácticas discutibles de las tres calificadoras actuales del mundo financiero.