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Pobreza energética: los beneficiarios del bono social eléctrico siguieron bajando en 2016

Imagen de archivo de una de la sedes de Endesa.

2016 tampoco acabó con la tendencia negativa en el número de beneficiarios del bono social eléctrico, el descuento del 25% en el recibo de la luz para determinados colectivos, que está actualmente en fase de reforma. 2.395.844 clientes accedieron a esta rebaja durante el año pasado, 45.000 menos que en el ejercicio anterior, lo que supone un descenso del 4,7%.   

Más significativa es, sin embargo, la comparación con 2009, el año en que el entonces Gobierno socialista puso en marcha este mecanismo. El número de beneficiarios alcanzó en ese ejercicio los 3.004.607. En consecuencia, más de 608.000 hogares han perdido el derecho a tener esa rebaja en la factura en los últimos ocho años. El número de beneficiarios ha caído un 20,3% desde entonces. 

Portavoces de las principales comercializadoras consultados por infoLibre defienden que gran parte de este descenso responde a "la depuración de fraudes", pues el Ejecutivo optó en su momento por un sistema que supuso la aplicación automática del descuento a 2,6 millones de clientes que tenían contratada una potencia inferior a 3 kilovatios (kW), que es uno de los cuatro supuestos o perfiles definidos como beneficiarios. Las eléctricas aseguran que se colaron entonces contratos de segundas residencias y de pequeños locales comerciales –la medida sólo está disponible para hogares– que se fueron purgando posteriormente.

Los datos agregados recopilados por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) reflejan esta tendencia [consultar, aquí]. De hecho, este el único supuesto en el que ha descendido el número de beneficiarios desde la puesta en marcha del mecanismo. Los clientes que disfrutan de la rebaja por tener en sus hogares una potencia inferior a 3 kW pasaron de 2.646.928 en 2009 a 1.741.774 en 2016. El descenso fue del 34%. Los otros tres colectivos que pueden acogerse a esta medida –y que el Gobierno del PP no cambió en su amplia reforma eléctrica, aunque ahora sí va a hacerlo– son los pensionistas con prestaciones mínimas, las familias numerosas y aquellas con todos sus miembro en paro.

"Depuraciones en los contratos"

Por compañías, Iberdrola es la comercializadora en la que, en conjunto, más ha descendido el número de beneficiarios del bono social desde 2009, un 30,9%. El número de clientes con descuento ha pasado de 1.259.538 en ese ejercicio a 870.600 a finales del año pasado. Un portavoz de la empresa asegura a preguntas de infoLibre que ese descenso se debe principalmente a los fraudes que se producían en el capítulo de clientes que accedieron automáticamente al sistema por tener baja potencia contratada.

"A partir de 2010 se empezaron a hacer depuraciones en los contratos que se habían heredado del distribuidor. Así se constató que aproximadamente el 25% no incluían ningún DNI y se les había considerado persona física (vivienda) sólo por este hecho; que el dato de primera vivienda se asignaba a a casi todos los contratos residenciales por defecto o que un 15% de los hogares que tenían contratada una potencia inferior a 3 kW no tenían el dispositivo que permite medir la potencia", explica este portavoz. Según datos aportados por la compañía, sólo entre 2009 y 2014 se redujo casi un 40% el número de beneficiarios de este supuesto.

En el caso de Gas Natural Fenosa, el número total de beneficiarios del bono social se redujo un 15% entre 2009 y 2016 (de 511.909 a 434.497); y en el de Endesa un 14,3% (de 1.140.646 a 977.452). Portavoces de ambas compañías explican también que la bajada se debe a que existían clientes que no tenían derecho a acceder al descuento en sus facturas, aunque lo estuvieran percibiendo.

Las cifras de las tres compañías citadas son muy representativas, pues el 95% de los beneficiarios del bono social tiene contratado el suministro eléctrico con Iberdrola, Endesa o Gas Natural Fenosa. Una de las características de este mecanismo es que sólo está disponible con las comercializadoras que ofrecen la tarifa regulada, es decir, fuera del mercado libre y que son únicamente ocho: las tres citadas, EDP, Viesgo, CHC, Teramelcor (únicamente en Melilla) y Empresa de Alumbrado Eléctrico de Ceuta.

Los datos agregados que ofrece la CNMC muestran también cómo la mayor parte de los beneficiarios que se han adherido al bono social son aquellos que tienen una baja potencia contratada. Así, de cada cuatro clientes que aprovechan este descuento, prácticamente tres acceden a él por este supuesto. Aunque muy por debajo, el siguiente gran grupo que ha solicitado esta rebaja son los pensionistas, que con 328.123 beneficiarios suponían en 2016 el 13,7% del total. En 2009 los jubilados con descuento en la factura de la luz eran 277.815 (+18% en este período).

Sin embargo, quizás las cifras más llamativas y las que evidencian de forma más clara el fracaso de una de las pocas medidas disponibles para paliar la pobreza energética es el escaso número de hogares con todos sus miembros en paro que se benefician de este descuento. En 2016 eran un total de 77.468. Esta cifra contrasta con los datos de la Encuesta de Población Activa que publica el INE [consultar, aquí]. Según el organismo estadístico del Estado, en el último trimestre de 2016 había en España 1.387.700 hogares con todos sus miembros en paro, por lo que la rebaja apenas estaría llegando al 6% de esas familias.

Proceso de reforma 

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Las entidades sociales vienen reclamando prácticamente desde su aprobación la reformulación de este bono social. En concreto, se han quejado de forma reiterada de que los cuatro supuestos no reflejan en todos los casos a los hogares en situación de vulnerabilidad. Este es precisamente unos de los aspectos que se cambiarán en la nueva regulación de este mecanismo que está preparando el Gobierno. Una de las modificaciones sustanciales es que el descuento estará ligado por fin a un criterio de renta a través de la creación de diferentes categorías para los hogares vulnerables, de acuerdo a unos umbrales de ingresos establecidos mediante el indicador IPREM. 

Además de los consumidores vulnerables, que tendrán descuentos del 25% del recibo, y de los vulnerables severos, con reducciones del 40%, también seguirán teniendo acceso a este descuento los pensionistas con prestaciones mínimas y las familias numerosas, aunque en este caso la rebaja estará limitada a un consumo de energía de 3.600 kilovatios hora (kWh) al año. "No se van a financiar lujos", aseguró el ministro de Energía en el Congreso. 

No obstante, a pesar de la inclusión del criterio de renta, la regulación española seguirá diferenciándose de la de otros países europeos en materias sustanciales como la exclusión de este descuento de otros consumos energéticos (gas natural o gas licuado) o el hecho de que el bono solo se disfruta si el cliente está en el mercado regulado o PVPC, al que sólo se puede acceder a través de las comercializadoras de referencia (Endesa, Gas Natural, Iberdrola, Viesgo y EDP). Esta última es una cuestión clave, pues las compañías están trasvasando a beneficiarios al mercado libre, lo que conlleva para ellos el fin del descuento.

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