Pensiones
Rajoy cambiará la ley para que los autónomos sin empleados puedan trabajar después de jubilarse
Recién aprobada en el Congreso la Ley de Medidas Urgentes para los Autónomos, Mariano Rajoy acaba de mostrarse dispuesto a introducir cambios mientras se tramite en el Senado. En concreto, apoyó una propuesta de Ciudadanos para que los autónomos puedan cobrar el 100% de su pensión y seguir trabajando más allá de la edad de jubilación. En la ley, tal y como se ha aprobado, sólo pueden compatibilizar toda su pensión y el trabajo los autónomos que tengan al menos un asalariado. Ahora se plantea extender la medida a todos los trabajadores por cuenta propia, aunque no hayan contratado empleados.
Según el Ministerio de Empleo, 40.000 autónomos se beneficiarán de la compatibilidad según está en la ley. Ciudadanos, utilizando cifras de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), adelanta que 150.000 trabajadores por cuenta propia podrán combinar pensión y actividad si se extiende también a los que carecen de empleados.
Desde 2013 y hasta ahora, los autónomos sólo podían cobrar el 50% de la pensión si quería seguir trabajando más allá de los 65 años. A esta medida se han acogido 31.000 personas, precisa el presidente de ATA, Lorenzo Amor. El 33,2% de los 93.200 autónomos mayores de 65 años que figuran en la última Encuesta de Población Activa (EPA). A juicio de Lorenzo Amor, la iniciativa ha sido un éxito, ya que el 80% de los trabajadores que podían acogerse a la medida son autónomos. “Han seguido trabajando mientras cobraban parte de la pensión quienes podían hacerlo”, detalla, puesto que para acceder a la compatibilidad es necesario haber cotizado 35 años y, por tanto, tener derecho al 100% de la prestación. “Y no todo el mundo llega a tener una carrera de cotización tan larga”, apunta.
Por el contrario, el secretario general de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), Eduardo Abad, cree que el mecanismo no ha sido “tan utilizado como se planteó”. Es una manera de aumentar la cuantía de la pensión, puesto que el 80% de los autónomos cotizan por la base mínima y, por consiguiente, tienen después prestaciones pequeñas. De hecho, la pensión media de jubilación de un trabajador por cuenta propia asciende a 709,85 euros, mientras que la de un asalariado del régimen general se eleva hasta los 1.208,16 euros. “Ya hay muchos autónomos que siguen trabajando después de los 66 y 67 años, incluso más allá de los 70”, subraya Lorenzo Amor. Permitiendo combinar pensión y actividad se evita que ese trabajo se haga “en negro”, como es el caso habitual, asegura.
También se podrá regularizar, además, el cobro de derechos autor por parte de los creadores, y permitir que éstos sigan activos tras superar los 65 años, tal y como reclama la plataforma Seguir Creando. De momento, la ley prohíbe cobrar la pensión al tiempo que se realiza otra actividad profesional que implique rendimientos superiores a 9.000 euros anuales, el Salario Mínimo Interprofesional en 14 pagas.
Según Lorenzo Amor, la medida podrá estar en marcha el próximo año, una vez que la Comisión del Pacto de Toledo haya terminado sus trabajos sobre las pensiones.
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Eduardo Abad aplaude la extensión de la medida a todos los autónomos pero también la considera “peccata minuta” en comparación con “el verdadero problema: que se consolide la actividad económica y el número de cotizantes autónomos”. El responsable de UPTA cree que el objetivo debe ser “dar estabilidad a los emprendedores”. En 2016 se registraron 700.000 altas de autónomos y 685.000 bajas. “El crecimiento neto es bajo y hay además un problema de envejecimiento”, advierte. En los próximos 10 años, precisa, se jubilarán 550.000 autónomos, los que ahora superan los 55 años. “Es decir, se pierden cotizaciones y las de quienes entran en el sistema son mínimas”, expone Abad, “si se añaden las tarifas planas, los ingresos de la Seguridad Social se resienten”.
Por eso pide que se vaya más allá de esa tarifa plana de cotizaciones –sólo 50 euros los primeros seis meses de actividad, que será un año desde la aprobación de la nueva ley de autónomos– y se adopte un plan de relevo generacional. Para mantener el empleo y garantizar la continuidad de la actividad económica, UPTA plantea que el emprendedor firme, en el último año de su vida laboral, un contrato de formación con un trabajador. Tanto para asentar el crecimiento neto en el número de autónomos como para sustentar las cuentas de la Seguridad Social, “hay que hacer algo más que estirar las carreras de cotización”, advierte Abad.
Pese a las intensas campañas oficiales para promocionar el emprendimiento, en junio de 2017 hay en España 157.000 autónomos menos que en enero de 2008, cuando rozaban los 3,4 millones de personas.