LOS ABUSOS DE LAS EMPRESAS
Ryanair amontona maletas en los aseos de los aviones para torpedear la huelga de su plantilla en Barajas
Sólo en 2011 y 2012 la Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA) recibió un total de 5.796 quejas de pasajeros contra Ryanair. Entre 2011 y 2013 sumó 1,58 millones de euros en sanciones 1,58 millones de euros en sancionesde la responsable de velar por la seguridad de los cielos españoles. La aerolínea irlandesa es el paradigma del low cost total: sinónimo no sólo de bajos precios sino también de desdén en el trato a sus pasajeros y a sus propios trabajadoresa sus propios trabajadores. El centenar de empleados encargados de la asistencia en tierra a sus aviones en el aeropuerto de Barajas (Madrid) llevan seis días en huelga. Ryanair quiere recortarles el sueldo hasta en un 30% y distribuirles la jornada anual a conveniencia. Desde el pasado sábado, en un intento por reducir los retrasos que acumula por los paros, la aerolínea no factura equipajes. De forma que las maletas, en lugar de ser estibadas en las bodegas, se acumulan en la cabina del avión, amontonadas en los aseos o soportadas por los propios viajeros sobre sus rodillas.
Así lo ha denunciado el comité de huelga, integrado por UGT, CCOO, CGT y CTA, ante la Agencia de Seguridad Aérea. Es la segunda reclamación que presentan los sindicatos. El día anterior denunciaron ante el juez que Ryanair está vulnerando el derecho de huelga con prácticas de esquirolaje. Ha traído a casi una veintena de trabajadores de las bases de la compañía en Barcelona y Palma de Mallorca. “Son mandos”, explican fuentes del comité de huelga. La Guardia Civil recogió su filiación a requerimiento de los sindicatos, a la espera de que el juez actúe.
Los 104 trabajadores del servicio de handling en Barajas fueron subrogados el pasado octubre de la suiza Swissport, una de las tres compañías autorizadas a prestarlo en el aeropuerto madrileño junto a Iberia y Groundforce. Ryanair consiguió la licencia de Aena para llevarlo a cabo por sus propios medios en el aeropuerto madrileño, pero no sin problemas: tuvo que recurrir ante la Audiencia Nacional para solventar el rechazo inicial del operador público a concederle el permiso. Así que la aerolínea irlandesa rompió el acuerdo que mantenía con Swissport desde 2007 y pasó a gestionar su propia asistencia en tierra. Para ello subcontrató a otra empresa, la catalana Lesma Handling, que se ocupa del pasaje y el embarque. La carga y descarga de las aeronaves y el transporte de maletas –operaciones de rampa– los lleva a cabo Ryanair directamente.
Según el convenio colectivo del sector aéreo, la aerolínea irlandesa está obligada a mantener las condiciones laborales de los trabajadores subrogados al menos durante el año siguiente al traspaso. Pero Ryanair no ha esperado tanto y siete meses después ha comunicado a estos trabajadores una rebaja de hasta el 30% del sueldo a base de reducir pluses de nocturnidad y trabajo por turnos. También quiere aplicarles una distribución irregular de la jornada anual, “cuando la plantilla ya tiene jornadas abusivas, 9.000 turnos de trabajo” y suprimir beneficios sociales.
Intentos sucesivos de obviar el convenio colectivo
En cualquier caso, no es ésta la primera batalla contra el convenio colectivo del sector que entabla la aerolínea irlandesa. Ya en 2012 demandó en la Audiencia Nacional a UGT, CCOO, USO y la patronal de handling Aseatahandling, para conseguir la impugnación del convenio. Acusaba a la asociación de empresarios de hacer una “aplicación torticera” de la negociación colectiva e incluso defendía su derecho a “determinar individualmente” las condiciones en las que contrata a su personal. También alegaba que cumplir el convenio colectivo le produciría “una especial, grave y evidente lesión”. Y proclamaba su “legítimo derecho a desarrollar su modelo de negociar”. La Audiencia Nacional no aceptó ni uno solo de los argumentos de la compañía low cost, a la que condenó a aplicar el convenio.
“Ryanair siempre roza lo ilegal: como cuando contrata a sus pilotos y tripulantes de cabina en Irlanda y les aplica sus leyes laborales”, mucho menos protectoras del trabajador que las españolas, advierten las fuentes del comité de huelga. Y, a diferencia del personal de tierra, el de cabina no está sindicado.
También se queja la plantilla de las “amenazas” y “acoso laboral permanente” a que la someten sus superiores. De los 136 trabajadores que fueron subrogados el pasado octubre, 32 han sido despedidos o han abandonado la empresa, explican fuentes del comité de huelga. Los que se han quedado ya han interpuesto demandas ante la Guardia Civil por acoso laboral grave. “Las dos últimas, ayer mismo, en la T-4”, apuntan. Son trabajadores con más de una década de experiencia a sus espaldas, que antes de Swissport ya pasaron por Iberia. Diecisiete de ellos han sido sancionados por “motivos nimios”, explican sus portavoces.
El comité de huelga dice que está cumpliendo escrupulosamente los servicios mínimos, pese a que son “abusivos”. Aun así, los retrasos en los vuelos se acumulan, también el maltrato al pasaje, asegura. “Son decenas las reclamaciones que han puesto los viajeros estos días”, añaden las fuentes, “también ha tenido que presentarse la Guardia Civil en las oficinas de Ryanair porque hubo un conato de agresión”.
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Aena dice que no es competente
Mientras, no hay negociación alguna con la aerolínea, lamentan fuentes de CGT. El comité de huelga sólo puede hablar con los representantes de Lesma Handling, pero éstos, a su vez, delegan cualquier tipo decisión a “lo que diga Dublín”. infoLibre ha intentado, sin éxito, recabar los puntos de vista tanto de Lesma como de Ryanair. “Con los días que llevamos de huelga y los problemas de seguridad que se pueden producir, lo lógico es que intervenga Aena”, subrayan los representantes de la plantilla. Sin embargo, un portavoz del operador público niega a este periódico que tenga “capacidad” para hacerlo. Su papel se limita a “trasladar las reclamaciones de los pasajeros a Aviación Civil”.
Ryanair acaba de anunciar unos beneficios en su último año fiscal de 867 millones de euros, un 66% más que el ejercicio anterior. Para el próximo prevé superar los 940 millones, gracias al aumento en el número de pasajeros. Este último año ha transportado un 16% más que el precedente: 9,5 millones de viajeros. Además, va a comprar un total de 383 nuevos Boeing 737 de aquí a 2023.