Sindicatos y patronal discuten subidas salariales superiores al 1% para 2015

2015 será el año de la recuperación de los salarios si, como apunta el avance de las negociaciones, patronal y sindicatos llegan a un acuerdo que renueve el alcanzado en 2012. Según las fuentes consultadas de ambas partes, el pacto no se demorará más allá de los 15 primeros días de febrero. A la reunión del pasado martes le sucederá otra la próxima semana que puede ser definitiva o casi. Sólo la subida salarial separa a empresarios y sindicatos; el resto de las materias están casi cerradas y en la última cita se llevó a cabo una lectura final de un texto que ya está redactado. Sobre los salarios, en cambio, no hay nada escrito, aunque la CEOE ya ha abandonado el 0,6% de aumento con que se sentó a la mesa en septiembreen septiembre, aseguran los sindicatos.

De hecho, el debate se sitúa ahora en fijar una subida superior al 1% para este año, que podría llegar hasta el 1,5% si así lo decide cada sector productivo. El techo lo pondrán ellos. También está en el aire si el acuerdo se firmará para dos o para tres años. En 2016 UGT y CCOO quieren mantener como fórmula para determinar el alza salarial la suma del IPC, la productividad –medida con la facturación o beneficios– y una cláusula de garantía. La misma que se extendería a 2017 si el pacto se extiende a tres años. El problema es que la CEOE no quiere ni oír hablar de la inflación como referente, que considera un modelo superado, tampoco de la cláusula de garantía salarial. Ésta se activa en caso de que el IPC supere a la subida pactada para ese año.

En el anterior acuerdo salarial, firmado en 2012 y con vigencia hasta 2014, se establecieron alzas del 0,5% para el primer año y del 0,6% para los dos siguientes. “Aquel pacto se fraguó en plena recesión, no tiene sentido repetirlo ahora, cuando las previsiones de crecimiento del Gobierno hablan de llegar hasta el 3%”, explican fuentes sindicales. La patronal, por el contrario, pretende reproducir el mecanismo del acuerdo de 2012, en vista de los buenos resultados que, dice, ha cosechado. E insiste en las bondades de la “moderación salarial”.

En cambio, UGT y CCOO descartan que subir los sueldos “comprometa el empleo”: defienden que es necesario para estimular la demanda interna y reforzar el crecimiento de una economía en fase de despegue. Además, dejan claro que sin subida de salarios no hay pacto posible, aunque al tiempo destacan la “voluntad de acuerdo” de ambas partes. Si antes de Navidad el bloqueo de la negociación era patente, ahora todos los negociadores hablan de “avances importantes” y de un acuerdo inminente.

Cerrado el texto sobre flexibilidad, empleo y vigencia de convenios

Sindicatos y patronal se atascan también con los contratos, la flexibilidad laboral y la igualdad

Ver más

Por lo demás, patronal y sindicatos coinciden en que debe crearse empleo de calidad, vigilando que detrás de cada contrato temporal haya una causa real que lo justifique. También en evitar los vacíos de cobertura cuando caduca un convenio colectivo y las partes no son capaces de pactar su renovación. La primera sentencia del Tribunal Supremo sobre la vigencia de los convenios, que se ha conocido hace sólo unos días, ha pasado de refilón por la mesa. Unos y otros están de acuerdo en la necesidad de seguir negociando más allá del plazo fijado por la ley –un año desde que caduca el convenio– y en acudir a los sistemas de mediación –obligatoria– y arbitraje –voluntario– si el pacto se resiste.

Además, CEOE y sindicatos han precisado el método para los descuelgues de los convenios –la empresa deja de aplicar algunas de las condiciones del convenio por causas económicas, productivas o de organización–, una figura que se multiplicó en 2013, sobre todo para bajar los salarios.

Finalmente, la flexibilidad interna, que los empresarios quieren aumentar y los sindicatos vigilar al máximo, también ha quedado cerrada pese a que suscitó “fuertes debates”, aseguran fuentes sindicales: la CEOE quería más facilidades para hacer traslados, cambiar de categoría profesional a sus trabajadores, ampliar el tiempo en que se permite encadenar contratos temporales y aumentar la distribución irregular de la jornada a lo largo del año.