tarifa luz
Tarifa eléctrica regulada o mercado libre, ¿qué es más conveniente?
Los llamados pequeños consumidores, aquellos con suministros de potencia menor o igual a 10 kW, tienen dos opciones a la hora de contratar el abastecimiento de electricidad. Pueden optar por pactar un precio cerrado para todo el año con una de las comercializadoras del mercado libre o pueden elegir el precio regulado con la tarifa que fija el Gobierno a través del llamado precio voluntario para el pequeño consumidor (PVPC). No obstante, hay que tener en cuenta que el coste de generación de la electricidad supone en torno al 35% de la factura, mientras que el resto corresponde a los impuestos y costes regulados que fija el Ejecutivo y son similares en ambos casos.
La opción del mercado regulado ha estado en boca de todos en los últimos días, pues es a los clientes que tienen contratada esta tarifa a los que afecta de manera automática la reciente escalada de precios. Estos consumidores pagan sus consumos conforme a un precio regulado de un mercado que el Gobierno adjudicó en 2014 a las cinco comercializadoras de referencia (Endesa, Gas Natural, Iberdrola, Viesgo y EDP), que son a su vez filiales de las cinco generadoras que disfrutan del monopolio de las redes. En consecuencia, a esta tarifa sólo se puede acceder ser siendo cliente de una de esta cinco compañías.
Ese importe se calcula tomando como referencia el precio del kilovatio en función de su cotización diaria en el mercado mayorista, el llamado pool. En ese mercado –cada hora del día durante los 365 días del año– se cruzan la oferta de venta de los productores y la demanda de compra de las comercializadoras. Un total de 11,9 millones de clientes domésticos –un 46,3% del total– tienen contratada la tarifa PVPC. A ellos están afectando estas últimas subidas.
El precio ha subido estos últimos días porque al aumento de la demanda por las bajas temperaturas se ha sumado la falta de lluvias y viento, lo que ha hecho que, detrás de las renovables y la nuclear, que entran en el mercado ofertando su energía a tipo cero, entraran en la subasta tecnologías más caras como el carbón y el gas. Al tratarse de un mercado marginalista, estas últimas han acabado marcando el precio para todas.
Aunque no vaya a afectar de forma automática a todos los consumidores, el repunte de precios ha generado una gran alarma social y ha reabierto el debate sobre el funcionamiento del mercado eléctrico. De hecho, tanto la Fiscalía como la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) están estudiando esta subida. Además, está previsto que este jueves comparezca en el Congreso de los Diputados el ministro de Energía, Álvaro Nadal.
Volatilidad del mercado
Ante este escenario, las grandes empresas del sector han reaccionado poniendo en valor las bondades del mercado libre a precios fijos, con el que se evita la volatilidad del mercado mayorista. Eduardo Montes, presidente de Unesa, la patronal de las eléctricas, dijo este miércoles en la Cadena Ser que él se inclinaba por el mercado libre, aunque era "una opción personal". En ese modelo, cada cliente pacta las condiciones con cualquiera de las comercializadoras y los contratos suelen durar un año.
El precio es fijo en ese período y, por tanto, no está sometido a la evolución del mercado mayorista ni a vaivenes como los que se han vivido en los últimos días. Otra cuestión es cuál es ese precio que se pacta. Y es que aunque pueda haber ofertas puntuales, resulta muy extraño creer que las comercializadoras vayan a vender algo a un precio más bajo del que fija ese pool al que ellas también acuden a comprar la energía. Además, no hay que descartar que este repunte de los precios vaya a acabar teniendo consecuencias en los nuevos contratos que se firmen en el mercado libre, donde el precio del pool también se usa como referencia.
De hecho, el regulador ha alertado de la "complejidad" de algunas de las ofertas a la que se enfrentan los consumidores, a los que insta a "leer bien los contratos, saber si la oferta tiene añadidas cláusulas de permanencia y penalizaciones, comparar las ofertas existentes, tener conocimiento de si se tiene derecho al bono social, o no facilitar datos bancarios a los vendedores a domicilio o por teléfono que proponen nuevas ofertas".
La CNMC, tras analizar 425 ofertas, certificó el pasado noviembre que la tarifa PVPC había sido la opción más barata de todas las disponibles en el mercado entre julio de 2015 y junio de 2016. El informe completo se puede consultar aquí. Según los cálculos de la CNMC, las tarifas del mercado regulado supusieron en ese período un ahorro en la facturación de 32 euros al año, un 6% de su facturación anual. "Este ahorro con respecto a las ofertas del mercado libre pone de manifiesto que las comercializadoras no han trasladado a sus ofertas toda la bajada del precio que ha registrado la electricidad en los mercados mayoristas durante el periodo analizado", concluyó. No obstante, entre julio de 2014 y junio de 2015, la CNMC sí detectó en el mercado libre tarifas más baratas que la PVPC.
Otro de los aspectos diferenciadores del mercado regulado es que Red Eléctrica publica los precios horarios de la electricidad que se aplicarán en cada una de las 24 horas del día siguiente, lo que permite ayudar al consumidor a gestionar su consumo eléctrico de forma más eficiente. Sin embargo, esta posibilidad sólo la tienen los consumidores que tienen un contador telegestionado inteligente, a los que se le factura según su consumo. A los que no disponen de este contador el comercializador de referencia le aplica el perfil de un consumidor promedio definido en la normativa, calculado a partir de los patrones de comportamiento de todos los consumidores.
Bono social
En este sentido, otro aspecto a tener en cuenta es que el llamado bono social, un descuento del 25% en el recibo de la luz para determinados colectivos, sólo está disponible con las comercializadoras que ofrecen la tarifa regulada. Algunas asociaciones de consumidores como Facua y otras entidades sociales vienen denunciando que muchos clientes han sido llevados al mercado libre atraídos por distintas ofertas, en ocasiones aceptando condiciones contractuales menos beneficiosas que las ofrecidas por la tarifa del mercado regulado, que es la única que permite tener este descuento del 25% si se cumplen los requisitos. Este fue el caso de la anciana que falleció en Reus el pasado noviembre.
Las comercializadoras se defienden asegurando que siempre informan a sus clientes de todas las condiciones en el caso de firmar un nuevo contrato y recordando que el cambio al mercado libre es reversible y el cliente puede volver al precio regulado cuando lo estime oportuno. Sí admiten, no obstante, que las prácticas agresivas de algunos de sus comerciales –que son de empresas subcontratadas– han podido estar detrás de algunos de estos casos, aunque mantienen que tienen establecidos "protocolos" y "auditorías" para regular este tipo de conductas.