FRANCIA

Agente del KGB y director de periódico: la doble vida de uno de los espías soviéticos más importantes

Captura de la información que publica este jueves 'L'Express' sobre Philippe Grumbach.

Las décadas de la Guerra Fría vieron, entre otras cosas, cómo las potencias intentaban colocar a sus espías en puestos donde su influencia pudiera servir a sus intereses, porque podían obtener informaciones confidenciales o porque podían influir en la vida política, económica o social de los países en los que operaban. El periodismo fue una de las profesiones que los servicios secretos siempre intentaron controlar. Este jueves, la revista política francesa L’Express cuenta cómo quien fuera su director hace décadas, Philippe Grumbach, había sido a la vez y durante muchos años, un agente del KGB. Un periodista brillante y a la vez un traidor a su país.

La historia de Grumbach que nos interesa arranca justo después del fin de la Segunda Guerra Mundial, en 1946, cuando empieza a parecer claro que la cooperación entre la Unión Soviética y las potencias occidentales que sirvió para derrotar al nazismo va a pasar a mejor vida y se abre una era de confrontación. Grumbach, quien para el KGB era “Brok”, ya era periodista y entre 1946 y 1948 fue secretario de redacción en la Agencia Francesa de Prensa (la antecesora de la actual AFP, la agencia de prensa pública francesa). Después de unos años en el izquierdista Liberation, en 1954, dos años antes de que los tanques soviéticos aplastaran la revuelta prodemocrática de Budapest, Grumbach llega a L’Express. En 1956 ya asciende para convertirse hasta 1960 en redactor jefe.

Abandona L’Express para fundar en 1965 la revista Pariscope y para dirigir Crapouillot y en 1971 vuelve L’Express, donde asciende rápidamente y pasa de director de la sección de Política a redactor en jefe y rápidamente a director. Grumbach es la figura esencial del semanario en una época en que las revistas políticas todavía tenían una influencia política importante. Periodista brillante y admirado por su generación, durante 35 años fue saltando por las direcciones de varios medios mientras trabajaba para el KGB soviético. La información de la revista fue confirmada incluso por personas de su entorno familiar.

En 1977 dejó L’Express para convertirse en miembro del Alto Comisionado para el Audiovisual (un organismo público), en el que estaría un mandato, hasta 1981. Entonces empezó a ejercer como productor de cine y en 1984 volvió al periodismo, esta vez al conservador Le Figaro. Para entonces ya era un personaje casi de la farándula parisina. A su boda en 1980, con una joven fundadora de una revista de moda 27 años menor, asistieron desde Alain Delon hasta una jovencísima Isabelle Adjani. Los testigos de boda fueron Françoise Sagan y Pierre Bergé. Las fotos del enlace aparecen en Playboy. En esos años 80 había llegado a la cúspide del mundo mediático parisino, a codearse con la gente que mandaba y a tener relaciones inmejorables en el mundo de la moda o del cine.

La investigación que publica este jueves la revista, que firman el redactor jefe Etienne Girard y la redactora Anne Marion, una investigación de meses, asegura que Grumbach, que mantuvo muy buenas relaciones con el presidente François Mitterrand, “fue uno de los más importantes espías soviéticos de la Quinta República”, el período político francés posterior al presidente de posguerra Charles de Gaulle. Ya había sido antes íntimo del primer ministro de izquierdas Pierre Mendès France. Pero sobre todo fue íntimo del presidente Valéry Giscard d’Estaing, quien le tuvo por uno de sus principales asesores.

El editorial de la revista que sale este jueves a la venta asegura que “era imposible no desvelar esta zona de sombra en un medio que, desde Jean-Jacques Servan-Schreiber a Jean-François Revel, de François Mauriac a Raymond Aron, siempre se unió al combate contra las utopías totalitarias y a los destrozos del comunismo”.

El editorial de L’Express da a entender que Grumbach trabajó para el KGB “primero por ideología y después por dinero”. Y asegura que, “su nombre se une al de otros agentes del Este infiltrados en las más altas esferas del Estado y los medios y ahora desenmascarados”. L’Express fue precisamente el medio que desveló en 1996 cómo el antiguo ministro Charles Hernu había sido un agente del KGB. Grumbach muere en 2003 a los 79 años como un gran hombre de los medios franceses.

Más sobre este tema
stats