Al menos cinco muertos y 18 heridos en un tiroteo en un club LGTBIQ de Colorado
Al menos cinco personas han muerto y 18 han resultado heridas, al menos dos de ellas en estado crítico, este domingo 20 de noviembre por un tiroteo ocurrido en un club LGBTQ en la ciudad de Colorado Springs, en el estado norteamericano de Colorado, según ha confirmado el Departamento de Policía.
El incidente ha ocurrido en torno a las 01.03 de la madrugada, hora local (las 09.03 en la España peninsular), en el Club Q, según la declaración policial recogida por el canal local KRDO.
El sospechoso fue herido durante el ataque y está recibiendo tratamiento médico en un hospital local bajo custodia. La Fiscalía local le ha identificado como Anderson Lee Aldridge, de 22 años de edad, quien entró en el club con un "fusil de asalto de largo alcance" con el que abrió fuego indiscriminado "inmediatamente después de entrar en el local" hasta que al menos dos clientes comenzaron a reducirle.
En un comunicado publicado en Facebook, la dirección del club ha descrito el tiroteo como producto de un "ataque de odio" contra la comunidad LGBTQ, extremo no confirmado todavía por las autoridades, y asegurado que la propia clientela la que consiguió dominar al atacante.
"El Club Q está devastado por este ataque sin sentido a nuestra comunidad. Nuestras oraciones y pensamientos están con todas las víctimas y sus familias y amigos. Agradecemos la rápida reacción de la heroica clientela, que consiguió someter al tirador y poner fin a este ataque de odio", según el comunicado.
La Policía ha confirmado que está investigando el tiroteo como un ataque específicamente dirigido contra la comunidad LGBTQ, ha confirmado la portavoz de la Policía de Colorado Springs, teniente Pamela Castro. Más tarde el jefe de la Policía, Adrián Vásquez, ha confirmado que "dos héroes" se enfrentaron al atacante. "Les debemos toda nuestra gratitud", ha subrayado. Vásquez ha revelado que Aldrich portaba dos armas de fuego, una de ellas un "fusil largo", que fueron halladas en el lugar.
Condena unánime
Demócratas y republicanos han condenado por igual el ataque, que el senador demócrata por el estado, John Hickenlooper, describió como un "acto indescriptible". "Tenemos que proteger las vidas de la comunidad LGTBQ de todo este odio", ha lamentado el senador.
El gobernador de Colorado, el demócrata Jared Polis, se ha declarado con "el corazón roto". "Colorado está con nuestra comunidad LGTBQ y tods los afectados por esta tragedia", ha apuntado. Polis fue en 2018 el primer gay declarado en ser elegido gobernador de un estado norteamericano.
La congresista republicana por Colorado, Lauren Boebert, uno de los elementos más extremistas del partido y defensora acérrima de los derechos a la posesión de armas de fuego, ha calificado el incidente como "absolutamente horrible". "Esta violencia sin ley debe terminar y terminar rápidamente", ha manifestado al New York Times.
Más tarde ha reaccionado a este ataque "sin sentido" el presidente estadounidense, Joe Biden, quien ha señalado que "no está claro todavía el motivo" del ataque, pero ha recordado que ha habido otros ataques de odio en los últimos y ha alertado de que "esta violencia está aumentando". "Los lugares que se suponen seguros, espacios de tolerancia y celebración, jamás deberían convertirse en lugares de terror y violencia. Pero pasa demasiado a menudo. Tenemos que expulsar las injusticias que contribuyen a la violencia contra las personas LGTBIQ+. No podemos y no debemos tolerar el odio", ha argumentado.
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Biden ha vinculado lo ocurrido con la "epidemia de violencia con armas de fuego" y ha recordado la aprobación durante su mandato de una norma que restringe tímidamente el uso de armas. "He firmado la ley de seguridad de armas más importante en casi tres décadas", ha destacado. "Pero tenemos que hacer más. Hay que prohibir las armas de asalto y sacar las armas de guerra de las calles de Estados Unidos", ha añadido.
El incidente recuerda al ocurrido en 2016 en el club gay Pulse de Orlando, cuando un individuo mató a 49 personas antes de ser abatido por la Policía.
Estados Unidos ha contabilizado 601 tiroteos masivos, definidos como los que hay al menos cuatro personas muertas o heridas sin incluir al tirador, según el Archivo de la Violencia por Armas de Fuego. Casi 40.000 personas han muerto por arma de fuego en el país en 2022.