España cumple con el déficit: la Comisión Europea no le abre expediente, pero sí a Francia e Italia

Giorgia Meloni recibe a Emmanuel Macron a su llegada a la reciente cumbre del G7 en Borgo Egnazia, en un lujoso resort de Apulia.

Las elecciones europeas pasaron y los dosieres que estaban listos esperando a que los europeos votaran ya están de nuevo encima de la mesa. La Comisión Europea anunciará este miércoles poco después del mediodía, según varias fuentes comunitarias confirmaron a infoLibre, que abre expedientes por déficit excesivo a siete países, entre ellos Francia e Italia. Completan la lista de los primeros señalados por desfases en las cuentas públicas, tras la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, Bélgica, Polonia, Eslovaquia, Hungría y Malta.

Estos países recibirán un plazo de varios meses para presentar un plan que les sirva para cumplir con el ajuste que les pedirá hoy la Comisión Europea. El diario La Stampa publicó este martes el dato italiano: serán 70.000 millones de euros en siete años, 10.000 millones al año, un ajuste anual equivalente al 0,5% del PIB italiano, lo máximo que puede obligar la Comisión Europea tras la reforma del Pacto de Estabilidad. A la Comisión Europea no le ha temblado el pulso ni siquiera ante una Francia que en poco menos de dos semanas va a unas elecciones legislativas anticipadas cruciales por la amenaza de la eventual llegada al poder de la extrema derecha.

La decisión del Ejecutivo europeo, ya saliente, es un espaldarazo a la política económica que mantuvo Nadia Calviño desde el estallido de la pandemia y que ahora sigue Carlos Cuerpo. España cumple sin ajustes adicionales porque la economía española lleva tres años creciendo más que las grandes economías europeas y porque ese crecimiento económico y la creación de empleo generan más ingresos fiscales. Se reduce el déficit por el lado de los ingresos en lugar de por el lado del gasto público, como se hizo tras la crisis financiera de 2008 a 2012. Economía podrá seguir su política económica sin las presiones de un ajuste adicional fijado por la Comisión Europea, como le pasará estos siete otros países.

¿Por qué Francia e Italia sí y España no? La Comisión Europea no tiene en cuenta el color de los gobiernos de turno porque en la lista hay liberales, socialistas, conservadores y de extrema derecha. La clave son las cuentas públicas. Y ahí es donde España salva la papeleta porque cumple cuando los demás no lo hacen.

España lleva cuatro años reduciendo el déficit público con fuerza. Del 10,1% de 2020, debido a la pandemia, ha pasado al 6,7% en 2021, al 4,7% en 2022, al 3,6% en 2023 y la Comisión Europea estima que este año cerrará en 3,0% o menos, cumpliendo así con el máximo que establece el Pacto de Estabilidad. La evolución de la deuda, todavía altísima, también es positiva. Del 120,3% sobre PIB de 2020 ha ido bajando al 116,8% en 2021, al 111,6% en 2022 y al 107,7% en 2023. Bruselas cree que este año quedará por debajo del 105%.

La comparación con Francia deja en evidencia el control de las cuentas públicas de nuestros vecinos del norte. Francia tuvo menos déficit que España en el año de la pandemia, un 8,9%. Y consiguió reducir al 6,6% en 2021 y al 4,8% en 2022. Pero el año pasado, de forma sorpresiva, las cuentas descarrilaron y el déficit público ascendió hasta el 5,5%. La evolución de la deuda es aún peor. En el período en que España la redujo 12,6 puntos de PIB, Francia sólo lo hizo 4,3 puntos. Si la Comisión Europea pide a Francia un ajuste del 0,5% del PIB en siete años como a Italia, que sería lo más probable a la vista del funcionamiento del reformado Pacto de Estabilidad, los franceses tendrían que ajustar 14.000 millones de euros al año durante siete años, casi 100.000 millones en ese período.

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El caso italiano es similar al francés con el agravante de que el Gobierno de Giorgia Meloni aprobó una rebaja fiscal que no le está dando el resultado buscado. Mientras el déficit público español cayó 6,5 puntos desde finales de 2020 hasta finales de 2023, el italiano sólo lo hizo 2,0 puntos, del 9,4% al 7,4%. Ese déficit del 7,4% en Italia alimenta una deuda pública que está por encima del 137% del PIB. La Comisión Europea estima que con la política económica actual el déficit público estructural italiano crecería este año y el próximo.

Los gobiernos señalados tendrán que presentar como muy tarde a finales de septiembre un programa de reformas estructurales inversiones en línea con las prioridades políticas y económicas europeas. El fin de los cuatro años en que el Pacto de Estabilidad estuvo suspendido, porque era estúpido aplicarlo en plena pandemia y después con una inflación de caballo generada por los precios de la energía, azuzados por la guerra de agresión rusa contra Italia y su correlato en forma de crisis energética, acaba también con el vivir al día de los gobiernos, que tendrán que planificar a largo plazo.

Esos planes de ajuste deben ser revisados y aprobados por la Comisión Europea y después por los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea, como se hizo con los planes de inversiones y reformas ligadas al fondo Next Generation. Los proyectos de presupuestos anuales deberán tener en cuenta sus indicaciones.

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