Jira Bulahi Bad, DELEGADA DEL POLISARIO

“España no puede perjudicar al pueblo saharaui a costa de sus intereses con Marruecos”

"España no puede perjudicar al pueblo saharaui a costa de sus intereses con Marruecos"

En su estreno como delegada del Frente Polisario para España, Jira Bulahi Bad recibe en su sede de Madrid a un amplio grupo de periodistas con té (saharaui) y pastas. Allí, antes de responder a las preguntas, agradece la atención tanto de los medios como de la ciudadanía, que, a su juicio, "ha sabido llenar el vacío institucional" con su apoyo al pueblo saharaui. "No pasa semana sin que haya declaraciones en ayuntamientos, actos o reivindicaciones" desde nuestro país, explica, en favor de su lucha, "legal y legítima" y con el aval de la Carta de Internacional de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

Después, carga contra los sucesivos Gobiernos por "basar su relación con Marruecos a costa del pueblo saharaui" y, en particular, contra "la dirección del PSOE", por la que dicen sentirse "abandonados". Desde 1975, año en el que España abandonó el Sáhara Occidental, este territorio acabó en manos de Marruecos y Mauritania con la firma de los Acuerdos de Madrid. Mientras, los saharauis se organizaron a través del Frente Polisario (Popular de Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro, en castellano). En los siguientes 18 años, se enfrentaron con las armas a la invasión marroquí hasta el alto al fuego de 1991, que se cerró con la promesa incumplida de celebrar un referéndum de autodeterminación al año siguiente. Después vinieron los planes Baker y los sucesivos intentos por parte de la ONU de acordar una consulta. Pero allí siempre estaba Marruecos. Y así durante 40 años.

Ahora y ante la resignación de que la Minurso (Plan de Naciones Unidas para el Referéndum en Sáhara Occidental) no pueda ni tan siquiera dar cuenta de la "defensa y seguimiento" de los derechos humanos en los territorios ocupados, los saharauis siguen con "fe y esperanza" apostando por la vía pacífica. Aunque, advierten, si "no surte efecto", tendrán la obligación de buscar nuevas vías. En concreto, barajan tomar las armas en caso de "negación" o "imposición" de un plan que no cuente con el acuerdo del pueblo saharaui. Al mismo tiempo, confían en que que el nuevo Congreso y posible Gobierno en España puedan erigirse en parte de la "solución" del conflicto en el Sáhara.

PREGUNTA.: ¿Se arrepienten de haber dejado las armas cuando, 25 años después después del alto al fuego, aún no se ha celebrado el referéndum que se les prometió para 1992?

RESPUESTA: No, porque esta decisión se toma desde una posición unánime y es una convicción. Es una convicción que va más allá de los resultados. Todos queremos la vía pacífica, pero ahora bien, si no surte efecto, tendremos que buscar alternativas. En cada pausa hacemos una reflexión y este es un tema de debate interno en los Congresos [del Frente Polisario] y a raíz de ahí se llega a distintas conclusiones. Pero mientras, la guerra sigue. Mientras queden vías para defenderlo por la forma pacífica, seguiremos. Defendemos una causa justa y legal. Por tanto, no nos arrepentimos, pero necesitamos argumentos convicentes y cooperar, y aunque existen movimientos de indignación dentro de la población saharaui, creemos en inculcar el respeto y la cooperación.

P.: ¿Marca el fin de la Guerra Fría un antes y un después en su lucha?

R.: Sí, claro. Realmente ese contexto internacional, independiente de la causa saharaui, pues no pertenecíamos a ningún bloque, provocaba una aceleración en los avances y los procedimientos. Hoy en día enseguida se confunde la resistencia con el terrorismo. Nosotros no compartimos ningún tipo de extremismo y tenemos el derecho de defendernos. La globalización te minimiza, eso es un hecho. Te desplaza. Nosotros estamos por la constitución de un Magreb unido, el 'Gran Magreb', con la voluntad de cada país. Primero déjame existir, y luego yo decido. Lo que no puede ser es no contar conmigo y después venderme que estoy. Porque no estoy.

P.: ¿Qué se les viene a la cabeza cuando les hablan de la realpolitik?realpolitik

A los saharauis jamás, nunca se les pasa por la cabeza que se tienen que ganar la confianza de España a costa de la relación con Marruecos. Bueno, sí, es que es un vecino. Si es cómodo o no, ahí ya no entramos. Lo que no puede pasar es que se construya una relación a costa de otro país con el que también debes tener buenas relaciones, como somos nosotros. Y sobre todo porque los grandes perjudicados son las personas. Aunque esto es algo que depende del punto de mira. A Marruecos también se le podrían pedir otras muchas cosas en relación con su ciudadanía, pero ahí tampoco queremos entrar. Ni debería ser víctima ninguna persona del Estado español. No puedes vender bombas y armas bajo el pretexto de luchar contra la yihad cuando son ellos quienes promocionan las células integristas y contribuyen a la desestabilización de la región entera. España nos conoce mejor que nadie, fuimos su colonia. Fuimos colonizados durante casi un siglo por España. Y todavía es la potencia administradora. No te pueden dar gato por liebre y decir que esto sí pero esto no.

P.: ¿Qué esperan del fin de la prórroga del Plan de Naciones Unidas en el Sahara (Minurso) el próximo 30 de abril?R.:

 Esperamos que se tenga en cuenta la defensa y seguimiento de los derechos humanos. Algo que, a pesar de haber sido propuesto en anteriores ocasiones, no ha sido posible. Francia se ha encargado de ello con su derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU. Porque en el Sáhara la violación de los derechos humanos se ha convertido en una práctica diaria. Un ejemplo muy claro fue la última visita del rey Mohamed VI, cuando se desalojaron familias enteras de las zonas ocupadas solo para que no pareciera que allí había saharauis.

P.: ¿Qué hecho desencadanería una vuelta a las armas?

R.: Que se nos niegue totalmente o se nos imponga con intransigencia cualquier solución que no cuente con el pueblo saharaui. Una solución al conflicto que no cuente con la opinión del pueblo saharaui. Nuestra lucha defiende precisamente eso, que los saharauis puedan decidir su propio futuro en libertad. Nadie tiene ni la necesidad ni la obligación de decidir por nosotros. El destino de los saharuis ya se decidió en 1975 y Hasan II [entonces rey de Marruecos] nos dijo que era cuestión de un té. Una semana. Pues 40 años llevamos resistiendo. Su propia población, a la que iban dirigidas sus políticas y que aprendieron sus escuelas donde se enseña que Sáhara es parte de Marruecos, fue la que hizo la intifada en 2005. Es la misma que se subleva todos los días en las calles de El Aaiún. La que está encarcelada ahora en las mazmorras marroquíes.

P.: Es la primera mujer delegada para España del Frente Polisario. ¿Es usted un síntoma de que la igualdad ha llegado al mundo árabe?

R.: Falta mucho para alcanzar la igualdad. No solo en nuestra región, sino que en todo el mundo. Son elementos arraigados en la educación, en el concepto que tenemos de sociedad que, poco a poco, se deben ir subsanando. De lo que sí soy consciente es del proceso sufrido por la mujer saharaui. No es una novedad que haya mujeres a cargo de delegaciones, aunque mí caso para España sea el primero. Desde el principio se abrieron las puertas de la lucha saharaui a todas las mujeres. Ya desde antes las mujeres tenían un papel singular dentro de la idiosincrasia saharaui que rompe con el mundo árabe-musulmán. En especial debemos ser conscientes de que no somos opuestos, el hombre y la mujer, sino complementarios. Debemos despejar todos los posibles impedimentos, y para eso no hay que vestirse de un modo u otro, cada mundo tiene sus raíces culturales, costumbres y hábitos y estos no pueden ser el pretexto para mantener un desfase de la mujer frente a la evolución del conjunto de la sociedad. Hasta se recortan versículos [del Corán] para justificarlo.

P.: ¿Qué piensa del PSOE cuando les dicen una cosa en la oposición y hacen otra en el Gobierno?R.:

 Nos sentimos abandonados. Abandonados por la dirección del Partido Socialista. En realidad, ningún Gobierno ha sido coherente ni ha ayudado a que avance nuestra causa. Aún cuatro décadas más tarde no se han anulado los Acuerdos de Madrid. No se puede seguir decidiendo al margen del pueblo saharaui. La Unión Africana se refiere a nosotros como el último territorio pendiente de descolonización del continente. Un claro ejemplo de su apoyo es la retirada de Marruecos de la organización cuando se decidió que podíamos entrar nosotros. El acuerdo es claro, y España tiene una deuda con nosotros en este sentido. Una deuda saldable con un referéndum.

P.: Con respecto a la formación (o no) de Gobierno en España, ¿qué combinación creen que les puede resultar más beneficiosa para su causa?

La policía marroquí carga contra una manifestación independentista saharaui en El Aaiún

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R.: A nosotros nos impulsa la unanimidad de la opinión pública y todas las fuerzas políticas españolas. Es un tema que puede defenderse desde todas las posiciones y, por encima de todo, es un derecho. Francia, por ejemplo, enarbola la bandera de los derechos humanos para después defender que esos mismos derechos sean violados en los territorios ocupados del Sáhara y defendiendo los intereses marroquíes. La nuestra es una causa lícita y defendida por todo el mundo. Además España, como potencia colonizadora y ahora administradora, lo menos que puede hacer es atender la causa del pueblo saharaui. Ahora, ningún documento de pacto de los hasta ahora presentados contempla la causa saharaui. Por tanto es nuestro trabajo lograr que España emita un pronunciamiento para un nuevo estatus del Frente Polisario y con ello la solución a los problemas del pueblo saharaui.

P.: ¿Veremos nacer, más temprano que tarde, un Estado saharaui libre e independiente?

R.: Yo creo que sí. En realidad el Estado ya nació y cumple 40 años. Ahora, con su soberanía total, yo creo que sí, se acerca. Tenemos fe y esperanza. Nadie pensaba que se fuese a ir a tan rápido el proceso de independencia de Timor [Oriental], que tuvo como potencia colonizadora a Portugal y luego fue ocupado por Indonesia. Ese es el modelo que debería seguir España. Con argumentos que nos dejen libre de cualquier juicio negativo y diáfanos en la posición de no alineamiento con ningún interés determinado para que todos podamos defender lo mismo desde cualquier posición.

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