Irlanda
Irlanda: ¿de tigre celta a urraca fiscal?
Yahoo Iberia se traslada a Irlanda. La empresa tecnológica ha comunicado en una carta a sus clientes que estrenará ubicación el próximo 21 de marzo. ¿Los motivos oficiales de la decisión? Cumplir con el "compromiso continuo" adquirido con los usuarios para ofrecer un "excelente servicio". Sin embargo, la propia Yahoo reconoce que en la decisión han influido "una serie de factores" y destaca que muchas tecnológicas han adoptado Irlanda como sede.
En efecto, el listado de empresas con sociedades radicadas en Irlanda es amplio: Google, Microsoft, HP, Intel, Facebook, Oracle, PayPal, Zynga o Linkedin son sólo algunas de ellas. La decisión de algunas compañías de trasladarse en la isla tampoco ha estado exenta de polémica. A mediados de 2013, el Senado estadounidense investigó a Apple por presuntamente eludir el pago de impuestos a través de una complicada red de empresas en países como, por ejemplo, Irlanda.
También hay españolas entre las empresas que, de pronto, se vuelven irlandesas. En septiembre de 2011, Inditex fue criticada por facturar todas sus ventas online en Irlanda a través de una sociedad local, ITX E-Commerce Ireland Limited. La decisión del grupo resultaba especialmente llamativa habida cuenta de que la gestión de los pedidos se efectuaba en España. Traducido: Irlanda sólo interesaba para facturar. Visto el revuelo, la empresa comunicó un día después que trasladaría la facturación –y el consiguiente pago de impuestos– a España.
¿Por qué Irlanda?
Entre los factores que llevan a decantarse por Irlanda no puede obviarse el bajo impuesto de sociedades. Frente al 30% vigente en España –reducciones y exenciones aparte–, en Irlanda la cifra es del 12,5% para los ingresos por actividad comercial, el tipo más bajo de toda la UE. En el resto de casos, se eleva al 25%. En caso de duda sobre cuál abonar, la propia Agencia Tributaria irlandesa dice que "inicialmente es la propia compañía" la que decide. Además, subraya que como "comercio" no tiene una definición "específica", se da por bueno su "significado generalmente aceptado".
"En una vasta mayoría de casos no habrá dudas", insiste la autoridad irlandesa. "Las compañías que manufacturan, gestionan artículos o productos y aquellas que ofrecen servicios, pueden acogerse a la definición de ingresos por actividad comercial", explica. Hay otra particularidad. Las sociedades con residencia en Irlanda pagan en ese país impuestos por sus beneficios a escala mundial, y pueden además beneficiarse de una deducción de hasta el 25% si realizan actividades de I+D a nivel local.
En resumen, Irlanda atrae inversión extranjera gracias al tipo impositivo más reducido de toda la Unión Europea y a los incentivos para "inversiones altamente especializadas" y empresas que prestan "servicios de alto valor añadido", tales como comercio electrónico, comunicaciones, informática y servicios de comercio internacional. "Es un país que en las últimas décadas ha apostado firmemente por la atracción de inversión extranjera", concluye el análisis de la consultoría económica y financiera Afi.
En la misma línea, el anuario Doing Bussiness, publicado por el Banco Mundial, ve a Irlanda como el decimoquinto país que ofrece más facilidades para hacer negocios. Especialmente bien parado sale en el pago de impuestos –puesto 6 de 189–, un ítem en el que España no aparece hasta el puesto 67. Según la misma publicación, una empresa media destina a impuestos en Irlanda el 12,3% de sus beneficios, cifra muy atractiva en comparación al 27,9% de EEUU, el 23% de Alemania, el 21,6% de Reino Unido, el 21,2% de España o el 20,3% de Italia, por citar tan sólo algunos ejemplos.
Paraíso empresarial
El atractivo régimen fiscal irlandés no ha pasado desapercibido en los últimos años para inversores y bancos. Informes de Banesto, por ejemplo, destacan la exención de tres años sobre el impuesto de sociedades para empresas de reciente creación, y el propio Ministerio de Economía y Competitividad español señala como "muy atractiva para la atracción de inversiones" la política irlandesa, al tiempo que subraya la "baja tasa" del impuesto de sociedades y resalta las ayudas que ofrece la agencia estatal IDA-Ireland.
A ojos de las autoridades locales, que destacan que ya hay más de 1.000 compañías internacionales en Irlanda, el esquema funciona. Sin embargo, las autoridades irlandesas se han tenido que enfrentar a reiteradas críticas. La cuestión viene de lejos. Ya en julio de 1998, la Comisión Europea instó las autoridades irlandades a poner fin a los descuentos sobre el impuesto de sociedades del que gozaban las empresas que se instalaban en Dublín, que en lugar del 12,5% pagaban apenas un 10%.
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Esa es, precisamente, otra de las polémicas recurrentes: la de los descuentos. Aunque el director de la agencia estatal IDA, Barry O'Leary, ha afirmado en varias ocaciones que no se negocian impuestos especiales con "ninguna empresa", informes del Senado estadounidense conocidos durante su investigación a Apple apuntaron que la multinacional había negociado con el Ejecutivo irlandés un impuesto de sociedades especial de sólo 2%. Las autoridades irlandesas lo negaron.
La cuestión del Impuesto de Sociedades también se abordó, por ejemplo, en el momento de la concesión del rescate a Irlanda. "Nadie le pide a Irlanda un techo comparable a la media europea, pero es también difícil pedir a otros países que ayuden a Irlanda que quiere mantener el impuesto de sociedades más bajo de Europa", afirmó en 2011 Sarkozy.
Pero ni por esas: pese a las reiteradas peticiones de "convergencia" –en 2012 el Parlamento Europeo votó a favor de establecer una base común impositiva de carácter obligatorio–, Irlanda se resiste a modificar sus condiciones para las empresas. “Existe competencia global y sucede que la fiscalidad es una de áreas en las que Irlanda compite por inversión global”, zanjó O'Leary, ya en mayo de 2013.