Argentina
Primer examen electoral para el ‘kirchnerismo’ sin los Kirchner
Argentina celebra este domingo unas elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) en las que por primera vez desde hace 12 años el kirchnerismo acude sin un aspirante de la saga Kirchner kirchnerismoa ocupar la Casa Rosada, evidenciando así un cambio de era política que podría traer consigo el fin del mandato oficialista.
Las PASO nacieron en 2009 de la mano del entonces presidente, Néstor Kirchner, para definir los partidos y los candidatos habilitados para competir por un cargo público en el país suramericano, en un proceso electoral único en la región.
El plato fuerte de las PASO de este año es la Presidencia argentina, que se decidirá el próximo 25 de octubre en unas elecciones generales en las que también se renovarán 130 escaños de la Cámara de Diputados, 24 del Senado y 43 del Parlamento del Mercado Común del Sur (MERCOSUR).
En estas internas argentinas se definirán asimismo los candidatos a proclamarse gobernador de las provincias de Buenos Aires, Catamarca, Chubut, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, La Rioja, San Juan, Santa Cruz, Santiago del Estero y Tucumán.
Los partidos están obligados a pasar este filtro para poder acudir a la cita de otoño. Solo aquellos que consigan al menos un 1,5% de los votos podrán hacerlo, mientras que sus número uno y las listas parlamentarias se definirán por la suma de papeletas.
Más de 32 millones de argentinos serán los encargados de designar a los competidores del 25 de octubre, siendo de carácter obligatorio para los que tengan entre 18 y 70 años de edad, aunque no estén afiliados a ningún partido.
Las PASO, como antesala de las generales, obligan a un despliegue similar que se traduce en 15.000 centros de votación y 95.000 miembros de las Fuerzas Armadas, además de una observación electoral en la que participan ocho países, entre ellos España.
Scioli, a la cabeza
La carrera hacia la Casa Rosada está protagonizada por hasta 15 precandidatos de 11 partidos distintos, entre los que destaca el oficialista Daniel Scioli, que –según los últimos sondeos sobre intención de voto– es el favorito.
Scioli es el único representante del kirchnerismokirchnerismo en estas PASO por decisión personal de la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, que ordenó a los suyos cerrar filas en torno al hasta ahora gobernador de Buenos Aires para garantizar la victoria el 25 de octubre.
El aspirante k representa un giro moderado dentro del oficialismo que, sin embargo, se ha visto matizado por su aspirante a vicepresidente, Carlos Zannini, un hombre muy cercano a la mandataria que encarna la esencia política del kirchnerismo.
Se espera que la fórmula del FpV amase entre el 30 y el 40% de los sufragios, siendo así la más votada en estas PASO. Sin embargo, estos números podrían no contentar a Fernández de Kirchner, que espera que sus aspirantes superen al menos en ocho puntos a los de la oposición, tal y como hizo ella en 2011.
El ring para las presidenciales en estas primarias será la provincia de Buenos Aires, donde el ex jefe de Gabinete Aníbal Fernández medirá sus fuerzas con la opositora María Eugenia Vidal en una lucha indirecta que servirá para medir el músculo de kirchneristas y opositores.
Sin liderazgo opositor
En el lado opuesto, estas PASO ofrecen también una oportunidad única para adivinar quién ostenta el liderazgo de una oposición que por primera vez en los 12 años de reinado de los Kirchner aspira a conquistar la Presidencia argentina.
El hasta ahora jefe del Gobierno de Buenos Aires, Mauricio Macri, líder de Propuesta Republicana (PRO), competirá contra Ernesto Sanz (Unión Cívica Radical) y Elisa Carrió (Unión Cívica) por la nominación de Cambiemos, la coalición creada por estos tres partidos para desafiar al kirchnerimo en las presidenciales.
Cambiemos se sitúa en segundo lugar, con un 26%, aún lejos de la opción oficialista, si bien sus resultados podrían mejorar si finalmente Vidal logra convertir su irrupción en la batalla por Buenos Aires en una victoria clara.
A ello se suma la pugna interna en UNA. Aquí, Sergio Massa –quien hasta hace no mucho era visto como el principal rival del kirchnerismo– se enfrenta a José de la Sota con la posibilidad real de desaparecer como líder opositor.
La meta de Massa en las PASO es, además de conseguir los mandos de UNA, recortar lo máximo posible la distancia con Cambiemos –especialmente con Macri– para convertirse en un aliado de peso de cara al 25 de octubre.
El fin de una era
Al margen de las peleas intestinas, el interés de estas PASO radica en que serán el primer examen electoral al que se someterá un kirchnerismo que por primera vez en más de una década estará liderado –al menos oficialmente– por alguien ajeno a la familia Kirchner.
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Fernández de Kirchner no puede volver a presentarse porque la Constitución permite solamente una reelección consecutiva y, si bien pensó en cambiar la Carta Magna para poder sumar otros cuatro años de mandato, la fuerte crítica opositora la obligó a descartar esta opción.
La otra alternativa para la saga Kirchner era postular a Máximo, el hijo de Néstor y Cristina Kirchner, esgrimiendo sus logros como líder de las juventudes kirchneristas de La Cámpora, pero su escaso tirón popular lo desechó rápidamente.
Así, aunque algunos auguran que los Kirchner seguirán controlando el FpV en la sombra, lo cierto es que para ellos acaba una era política que ha desatado pasiones y que ahora sume al país en la incertidumbre a la espera del surgimiento de nuevos liderazgos en el espectro político argentino.