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La coalición de derechas le pasa factura al Movimiento 5 Estrellas en una elección regional

El líder del M5S, Beppe Grillo.

Mazazo que el Movimiento de las Cinco Estrellas (M5S) podría haber evitado. Después de semanas de repetidas provocaciones al Gobierno francés, el golpe más violento le ha llegado desde el centro-este del país. El resultado de las elecciones regionales del Abruzo, celebradas el domingo 10, suponen toda una afrenta: el M5S obtuvo el 19,7% de los sufragios emitidos, frente al casi 40% de los votos logrados en las elecciones legislativas del 4 de marzo de 2018.

La mitad. El año pasado el movimiento de Beppe Grillo fue la formación más votada, alimentando las esperanzas de conseguir el primer presidente regional salido de las filas del M5S. Anhelo que no terminó de materializarse. En número de votantes, la derrota es todavía más estrepitosa. Algo más de 303.000 electores se decantaron por el M5S el año pasado, frente a los apenas 118.000 que votaron a esta formación el domingo; el movimiento perdía así, en 11 meses, prácticamente dos de cada tres votantes.

Sin embargo, en el M5S creen que no hay motivos para la preocupación, porque, recuerdan para tranquilizarse, que los resultados del partido son más o menos estables, en comparación con las regionales celebradas en 2014 (21%, seis escaños). Para el senador Gianluigi Paragone, estas elecciones suponen un “voto marginal” y conciernen esencialmente a cuestiones relacionadas con la vida cotidiana del electorado. Mejor aún, hace mención a las otras derrotas del M5S en Molise, al sur del Abruzo, y en Friuli (noreste), obviando a quienes cuestionan la estrategia del partido. “Más que una derrota del Movimiento Cinco Estrellas, es una derrota de la democracia. No tenemos nada qué reprocharnos”, señalaba Sara Marcozzi, candidata del Movimiento.

En lo que respecta a los cabeza de lista del M5S, las reacciones son escasas. Luigi Di Maio, número dos del Gobierno, y Alessandro Di Battista, diputado, que se apresuró a visitar a los votantes de los Abruzos en las últimas semanas de la campaña, todavía no habían hablado el lunes a última hora. “Por supuesto, hay algo de decepción”, admite el ministro de Transportes Danilo Toninelli, antes de añadir: “Si hubiéramos ganado, podríamos haber ayudado mucho a los ciudadanos”.

La región, muy afectada por el terremoto de L'Aquila en 2009 y por los nuevos terremotos de 2016, lucha por su reconstrucción. Frente a las múltiples promesas de campaña, los electores eligieron claramente su bando: Marco Marsilio se alzó con la victoria al obtener el 48% de los votos. Y, con él, esta alianza que los italianos llaman no sin eufemismos el “centroderecha” y que agrupa al partido de Silvio Berlusconi Forza Italia, la Liga de Matteo Salvini y Fratelli d'Italia, el partido de extrema derecha de Giorgia Meloni, del que también procede Marco Marsilio.

Electorado fagocitado por los conservadores

Un escenario muy desfavorable para el Movimiento 5 Estrellas, que lucha cada vez más por dejar oír su voz en el panorama político nacional y cuyo electorado está siendo fagocitado, poco a poco, por las fuerzas políticas más conservadoras del país. Esta victoria del centro-derecha se debe en gran medida al resultado de la Liga, que ha duplicado el número de votos en menos de un año, cosechando el 27,5% de los votos en un territorio no especialmente proclive a votar a la extrema derecha. Los partidarios de una Italia dividida en dos, empezando por los de la antigua Liga Norte, consideran que el Mezzogiorno que tanto desprecian comienza en el Abruzo.

“Por desgracia, ponerse del lado de la derecha no ha salido bien”, dice la senadora Elena Fattori, senadora del Movimiento 5 Estrellas. “Hemos dejado demasiado sitio a la propaganda de Matteo Salvini. Los votantes ha preferido el original a la copia”. Sin embargo, el resultado de las elecciones de este domingo es una “señal, no un hundimiento”.

Pese a todo, a tres meses y medio de las elecciones europeas, la señal es alarmante. Porque los resultados electorales reflejan un sentimiento muy extendido durante varias semanas: la desaparición gradual del M5S del debate público detrás del omnipresente Matteo Salvini. No hay que olvidar que el 4 de marzo de 2018, día de las elecciones legislativas, el movimiento grillini lograba una victoria sin precedentes y se imponía en la inmensa mayoría de las regiones del Sur.

Así que, a pesar de las reiteradas promesas de las últimas horas según las cuales “nada cambiará en el Gobierno”, surge de nuevo la pregunta: ¿Cuál es el futuro de la coalición de Gobierno, alcanzada el 1 de junio, entre el Movimiento 5 Estrellas y la Liga? El siempre locuaz líder de la Liga Matteo Salvini no ha dicho una palabra y se ha limitado a dar su agradecimiento a  a los votantes: “¡Gracias a los Abruzo! ¡Gracias Italia! Somos más fuertes que los ataques, las mentiras y las polémicas. A partir de mañana, nos pondremos a trabajar”.

“Que el Movimiento Cinco Estrellas aprenda a estar en la oposición”, lanzaba el recién elegido presidente regional Marco Marsilio (de Fratelli d'Italia y candidato por la unión de derechas).

Giorgia Meloni, al frente de Fratelli d'Italia, espera que estos resultados electorales hagan “reflexionar sobre las próximas elecciones políticas nacionales”. El inagotable líder de Forza Italia, Silvio Berlusconi, lo interpreta como “un momento importante para el futuro del centro-derecha y de la política italiana”.

Resulta difícil de imaginar tranquilas las próximas semanas de cohabitación política entre los dos aliados de junio. El diputado Giorgio Trizzino (M5S) no es muy optimista sobre el destino de su partido: “Desde el primer momento, la Liga de Salvini ha apostado por el debilitamiento ideológico y político del Movimiento 5 Estrellas, con el claro objetivo de utilizarlo al máximo antes de dejarlo caer”.

La última lección de las elecciones de los Abruzos: confirma el abandono de los antiguos grandes partidos que vertebraron un día la vida del país, con el Partido Democrático (PD, Socialdemócratas) de Matteo Renzi próximo al 11%, y Forza Italia, el partido de Berlusconi, en torno al 9%. ___________

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Traducción: Mariola Moreno

Leer el texto en francés:

 

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