Favores sexuales a cambio de un papel en una película: nuevo caso #MeToo en el cine francés

El director francés Philippe Garrel habla durante la rueda de prensa de la película 'Le grand chariot' en el 73º Festival Internacional de Cine de Berlín (Berlinale).

Sophie Boutboul (Mediapart)

Estuvieron calladas durante años. Incluso después del #MeToo, no se atrevieron a hablar públicamente. Se decían a sí mismas que "no era tan grave" o que nadie las creería. Pensaban que el cine francés prefería alabar a los agresores antes que escuchar los llamamientos de Adèle Haenel (actriz que acusó al gobierno francés de estar compuesto por violadores, ndt) o las advertencias de mujeres que habían sido víctimas de hombres poderosos. Hoy hacen todo lo posible por testificar, para que los castings con "él" ya no tengan lugar en un café cerca de un hotel, y para que una mujer no salga debilitada de un encuentro profesional. "Él" es Philippe Garrel, el multipremiado director de la post-Nouvelle Vague de 75 años que ganó el Oso de Plata al mejor director en el Festival de Berlín de este año.

Muchas de las mujeres que declararon en esta investigación lo hicieron de forma anónima, por miedo a perjudicar sus carreras. Otras han abandonado la profesión. Algunas hablan abiertamente, temiendo ser señaladas o acusadas de mentir. "Vergüenza", "asco", "culpabilidad", son palabras que se repiten en los relatos de actrices que soñaban con trabajar para esta figura del cine francés, algunas de ellas al principio de sus carreras cuando lo conocieron. En esta investigación, cinco mujeres le acusan de haberles hecho proposiciones sexuales en un contexto profesional, cuatro de las cuales aseguran que hubo gestos y besos no consentidos que podrían calificarse de agresión sexual o intento de agresión sexual. Hasta la fecha no se ha presentado ninguna denuncia.

El director afirma que "nunca ha besado a una mujer contra su voluntad", pero indica que "puede que haya intentado besar a alguna" aunque no lo recuerda bien. Pide disculpas si ha herido a alguna actriz.

Jeanne* rodó con Philippe Garrel en un pequeño papel en 2017, cuando ella tenía 27 años y él 69, es decir, 42 más que ella. Al año siguiente, volvió a llamarla: quería conocerla, estaba escribiendo un nuevo guión", cuenta la joven. Su madre aún lo recuerda: "Estaba muy contenta, pensaba que le darían un papel". Pero, según cuenta Jeanne, cuando ese mismo día volvió a reunirse con él en París, la ambivalencia no tardó en apoderarse de ella. El director le había dicho que había reservado una habitación de hotel. Ella pensó que era una broma, pero luego le explicó que "te equivocas de persona", y que quería "tener una buena charla sobre trabajo, pero nada más".

Su cara a "un centímetro" de su boca

Finalmente se sentaron en la terraza de un café. El director le acarició los muslos. "Le quité la mano y le dije: '¡Ya basta! Él respondió: 'Lo intento'”. Según su relato, Jeanne quiso marcharse y él insistió en acompañarla a casa. En el metro, sentado a su lado, intentó besarla, colocando su cara "a un centímetro" de su boca. Entonces ella le "gritó" que "saliera" del metro.

Jeanne "se quedó pasmada": "No todos los días te llama un hombre así, y acudí a la cita emocionada. Pero luego me dije: 'No soy más que un trozo de carne'. Lloré durante un rato", explica, incapaz de reprimir las lágrimas.

Su madre recuerda la llamada de aquella noche: "Estaba derrotada, le dejó huella". Su pareja de entonces recuerda la misma decepción: "Llegó a casa asqueada. Como ya había trabajado con él, estaba confiada". Jeanne dice que ahora sólo acude a los castings acompañada.

Preguntado por esta historia, Philippe Garrel explica que "tenía la sensación de que se atraían mutuamente". "La llamé para tomar un café, pero no le mencioné ningún proyecto de película [...]. [Intenté seducirla pero me respondió: 'No quiero tener ese tipo de relación contigo'".

Admite que la acompañó de vuelta al metro, pero dice que intentó sólo darle "un beso en la mejilla" para despedirse, a lo que ella respondió: "De ninguna manera". Y añade: "Siento haber malinterpretado sus sentimientos y no haber entendido desde el primer momento que ella no tenía intención de tener conmigo nada más que una relación profesional. También me gustaría disculparme si mi inapropiado o torpe intento de seducción pudo herirla."

El 7 de febrero de 2019, Jeanne recibió un email en el que se le invitaba a participar en una encuesta sobre la integración de los titulados de los centros de enseñanza superior dependientes del Ministerio de Cultura. Dudó, pero rellenó el cuestionario. Jeanne escribió, según la copia que conserva: "No creo que tengas ni idea de cuántas veces he mandado a paseo a un director porque en una entrevista me pedía explícitamente que me acostara con él. ¡Estoy harta". El último ha sido Philippe Garrel. ¡Habría que depurarlos! ¡Y la escuela debería prepararnos mejor para esta triste realidad! Nunca recibió respuesta.

Puestos en contacto con el Ministerio de Cultura, explican que "esos datos correspondientes a varios miles de encuestados son anónimos y se tratan estadísticamente" y que "las respuestas abiertas al cuestionario no se tratan sistemáticamente", lo que "no habría permitido, por tanto, detectar la denuncia de Jeanne".

"Le invité a mi casa como una figura casi paternal".

Anna Mouglalis actuó para Philippe Garrel en La Jalousie en 2013. No hubo "nada inapropiado" en el rodaje. El director se puso en contacto con ella poco después para un proyecto cinematográfico sobre "el deseo femenino". Ella le recomendó varios libros. "Como feminista, quería que dejara de decir que no había literatura femenina sobre el deseo".

Concertaron una cita para una sesión de trabajo en el piso de la actriz. Era el 18 de febrero de 2014; la agenda de su teléfono aún lo conserva. "Fue el clima de confianza durante el rodaje lo que hizo que le invitara a mi casa como una figura casi paternal, dada la diferencia de edad de 30 años", explica la actriz.

Según ella, hablaron en el salón y luego ella se fue al baño. Cuando volvió, él ya no estaba allí. "Estaba tumbado en mi cama. Dijo que lo necesitaba para el dolor. Y eso que había dos sofás a su lado en el salón.” Luego le pidió que se acercara a él para seguir leyendo. "Le dije que de eso nada. Y que si estaba cansado, que se fuera". Garrel insistió. Mouglalis se negó y le llamó un taxi.

La actriz consideró "insultante" su comportamiento: "Es una caricatura de la misoginia y el machismo básicos". Recuerda haberse sentido "cosificada", como si el encuentro de trabajo fuera "sólo un pretexto". Así se lo confesó recientemente a la actriz Clotilde Hesme, que nos lo confirmó y que también Jeanne le contó lo suyo durante un rodaje juntas hace dos años.

En cuanto a Anna Mouglalis, Philippe Garrel explica que ella le había "invitado a la hora de la cena": "Estábamos en la cocina y me sentí desfallecer. Le dije que necesitaba tumbarme, a lo que ella respondió: "¿Sí? ¿En serio?" Y volví a decirle que realmente no me encontraba bien y que necesitaba tumbarme. Así que me acerqué a su cama y me tumbé allí durante veinte minutos antes de irme a casa.” Insiste en que no fue un encuentro profesional y que no tuvo "ningún gesto ambivalente hacia ella".

Clotilde Hesme, que fue alumna de Philippe Garrel en el Conservatorio de París, recuerda que el director la "humilló" durante el rodaje de Les Amants réguliers, estrenada en 2005. Esos problemas ya fueron mencionados en un artículo publicado en L'Express en 2015. En declaraciones a Mediapart, explica que el director la apodaba "L'inceste" (el incesto), "porque la película era una historia de amor entre su hijo y yo". Hoy sigue todavía "estupefacta": "Yo tenía 24 años". Garrel niega haber hecho tales comentarios. "A decir verdad, no entiendo esa afirmación", declara a Mediapart.

Clotilde Hesme añade: "Hablo hoy para apoyar a las que lo hacen, pero también a las que no pueden".

En 2017, un relato anónimo en la prensa

Por su parte, la actriz Laurence Cordier conoció a Philippe Garrel en 2003, durante su último año en el Conservatorio de París, cuando tenía 24 años. Se dice que él la llamó después para hablar de un papel. “Yo estaba encantada". El director la invitó a un restaurante.

A continuación, le propone dar un paseo. Entonces él se arrima mucho a ella, entrando en su "zona de intimidad". Me sentía incómoda. Según la joven actriz, él dijo: "Ven, te pago el hotel". Ella se quedó alucinada y se negó. A pesar de ello, la agarró por la cintura y ella se apartó.

"Fue horrible, me sentí humillada. Sentía vergüenza por haber imaginado que él quería verme por mi talento. Me sentí engañada, me llamaba para hablar de mi trabajo, era un cineasta al que admiraba, reconocido por mi escuela, un hombre de poder. Y me encontré rechazando un papel, en lugar de aceptarlo".

En Les Inrocks, en 2017, relató de forma anónima este episodio, que la revista describió como una "interacción con un importante director del cine de autor francés". Contactado por Mediapart, su pareja desde hace siete años, con quien vivía entonces, recuerda que le contó que "él intentó besarla y ella lo apartó". Tras esos comportamientos y varias decepciones con otros hombres de la industria cinematográfica, Laurence Cordier dejó el cine por el teatro.

Aunque el cineasta admite haber conocido a Laurence Cordier cuando ella estaba en el Conservatorio, dice que "no recuerda nada en concreto". Y añade: "Si Laurence Cordier se sintió humillada, lo siento. Sin embargo, quiero subrayar que nunca he dado falsas esperanzas profesionales a una actriz para seducirla".

"Testificar me hizo darme cuenta de que me había avergonzado".

La actriz Marie Vialle también estudió en el Conservatorio, pero unos diez años antes, de 1994 a 1997, cuando tenía entre 20 y 23 años. Durante este periodo, su profesor Philippe Garrel le propuso "escribir un guión para ella". Se produjeron varios encuentros profesionales, el último de los cuales dejó en ella una impresión particularmente "fuerte". Al parecer intentó besarla, levantándose "de repente" para plantarse "a unos centímetros" de su cara, "muy cerca" de su boca, y luego le aparté: "Di un paso atrás y grité, no muy alto. Me sorprendió, no me apetecía".

"No puedo hacer la película si no me acuesto contigo", le dijo, según el relato que ella nos dijo verbalmente y por escrito. Luego añadió que estaba "enamorado" de ella. Ella dijo que se había "tomado la molestia de explicarle" que podía "estar enamorado de ella, desearla", pero que no quería "acostarse con él". Él insistió en que para su película necesitaba conocerla "de verdad", que no podía "hacerlo de otra manera". Así que renuncié a hacer la película, nos dice.

Marie Vialle sintió el mismo "disgusto" que las actrices antes citadas: "Me hizo perder el tiempo sin darme las reglas del juego, a saber, que no haría una película sin acostarse conmigo".

Inmediatamente se lo confió a su amiga Anne, también actriz. Anne recuerda que le aconsejó que hablara con el entonces director del Conservatorio, Marcel Bozonnet. La joven actriz temía que eso la perjudicara y "que no la creyeran", recuerda su amiga. No fue hasta 2022 cuando Marie Vialle se puso finalmente en contacto con Marcel Bozonnet. En declaraciones a Mediapart, asegura que "quedó boquiabierto" y la escuchó hablar de su "miedo a que esto se volviera contra ella".

La promesa de un papel

"Fue hablando con Marcel cuando me di cuenta de que era la vergüenza y no el miedo lo que me había mantenido en silencio", cuenta hoy Marie Vialle. "Me daba vergüenza haberme tenido por guapa y creérmelo. Me sentía culpable, aunque era él quien me chantajeaba". Veintiocho años después, testificar me hizo comprender que me había avergonzado".

Unos años más tarde, Marie Vialle aceptó interpretar un pequeño papel en la película de Philippe Garrel Le Vent de la nuit, estrenada en 1999. Dijo que necesitaba trabajar. Hice lo que tenía que hacer, me defendí".

Hoy teme la atención mediática: "No me interesa centrarme en Philippe Garrel y no quiero que me vean como una víctima. Para crear libremente, hay que proteger esa alegría que tienen los actores y actrices de entregarse a la mirada de los demás. Si testifico, es para reencontrarme conmigo misma, para decir que el abuso de poder es el caldo de cultivo de la violencia sexista y sexual.”

Saber que Agnès* había vivido una experiencia similar también pesó en su decisión. Esta ex actriz la llamó a principios de 2023 por consejo de un amigo en común. Le contó que hubo una "seducción inmediata por parte" de Philippe Garrel, durante una cita en enero de 2014 sobre un posible proyecto cinematográfico. También habría intentado besarla.

"Siempre existía la promesa de un papel si me mostraba ante él. Yo decía que no sonriendo al mismo tiempo". Porque sueña con actuar delante de su cámara: "Para mí, fue realmente grandioso que Philippe Garrel quisiera darme un papel en una película. Y, en aquel momento, Agnès se sintió "muy vulnerable ante él". Ese fue el final de la historia. Nunca volvió a verle y nunca actuó en una de sus películas.

Recuerdo que le expliqué que, como a muchos directores de la Nouvelle Vague, me gustaba rodar con la mujer de la que estaba enamorado y filmarla.

El director Philippe Garrel

Fue la llamada telefónica con Marie Vialle lo que la hizo hablar. Hasta entonces, el cine francés le había parecido demasiado impregnado de "abuso de poder". Thomas, su amigo común de entonces, recuerda sus relatos y recuerda también un sentimiento común: "Ambas se culpabilizaban de haberse puesto guapas para un encuentro profesional".

Otra actriz, Anaïs*, nos contó que no guardaba malos recuerdos de su encuentro con el director, a pesar de que él también había intentado besarla durante una reunión sobre un proyecto cinematográfico en 2013: "Me quedé aturdida y no lo entendía. Luego fue muy respetuoso con mi negativa. Me sorprendió, pero no me lo tomé a mal. Me dije que no me iba a coger por la forma en que le había rechazado, pero me volvió a llamar para el papel. Nunca más hubo ambigüedad, y como director de actores, siempre fue muy profesional, serio, atento y distante.”

Sobre Marie Vialle, el cineasta afirma que se "enamoró" de ella y que la invitó a comer: "Recuerdo haberle explicado que, como a muchos directores de la Nouvelle Vague, me gustaba rodar con la mujer de la que estaba enamorado y filmarla. Puede que intentara besarla, no lo recuerdo, pero sin duda me rechazó, ya que fue precisamente en esa comida cuando me di cuenta de que no se sentía atraída por mí en absoluto".

Y añade, siempre por escrito: "Ahora comprendo que ella lo haya vivido como un chantaje, pero como mis sentimientos por ella eran reales, no me di cuenta. Si he herido a Marie Vialle, por la que siento un gran respeto, lo siento".

El director afirma que se encuentra en los inicios de una toma de conciencia: "Leyendo todos esos testimonios, me doy cuenta de la diferencia entre lo que imaginaba en aquel momento y lo que les hice vivir. Ya había tomado conciencia de la cultura que me había formado, y eso me hizo cuestionarme".

El jueves 24 de agosto, Philippe Garrel cogió el teléfono para llamar a Anna Mouglalis. Según la actriz, le pidió que "retirara su testimonio" "en nombre de su amistad", lo que ella sintió como una "presión": "Es una vez más esa gran mezcla, esa creación de confusión, entre lo privado y lo profesional. Nunca he visto a Philippe Garrel fuera del trabajo, pero él lo llama amistad. Es más, no me llamó para saber en qué basaba mi declaración, sólo para pedirme que la retirara. Todo esto en un momento en que Polanski, Allen y Besson han sido invitados al Festival de Venecia.".

Según Philippe Garrel, que nos respondió a través de su abogada, el objetivo de la llamada era tratar sobre "las acusaciones que ella había hecho contra él". Su abogada Marie Dosé añadió: "Acabó diciéndole que ella hiciera lo que le dictara su conciencia. Mi cliente me ha dicho que no presionó a la actriz y que sus actos no deben interpretarse como tales".

Caja negra

Todas las personas citadas en este artículo, entrevistadas entre el verano de 2022 y 2023, han revisado sus declaraciones. Algunas, que han preferido permanecer en el anonimato por temor a las consecuencias para su vida profesional o personal, nos han facilitado una declaración oficial por escrito.

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Contactado por Mediapart, Philippe Garrel nos pidió que planteáramos nuestras preguntas a su abogada, Marie Dosé. Lo hicimos el 31 de mayo, y luego el 28 de agosto para una pregunta adicional.

Los nombres seguidos de un asterisco (*) han sido modificados a petición de las interesadas.

Traducción de Miguel López

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