La policía de Reino Unido aprovecha la llegada de Carlos III para recortar el derecho a manifestarse
Graham Smith pasó de discusiones amistosas con la policía a una detención preventiva y, una vez puesto en libertad, a recibir en su casa a tres agentes que vinieron a disculparse. Smith, presidente del grupo antimonárquico Republic está convencido de que el día de la coronación del rey Carlos III, la policía de la capital actuó de forma "premeditada y deliberada para perturbar y limitar (su) manifestación": "Nos detuvieron por motivos políticos", afirma.
La mañana de la coronación, el 6 de mayo, como es habitual en todos los actos a los que asiste el rey Carlos III, los miembros del colectivo habían acudido vestidos de amarillo, portando pancartas con el mensaje "Not My King" (No es mi rey). Graham Smith acababa de llegar a las inmediaciones de Trafalgar Square, en el centro de Londres, con otros miembros de su colectivo. Estaban sacando las pancartas de su furgoneta cuando varios agentes se les acercaron, les interrogaron, registraron la furgoneta y finalmente les detuvieron.
"Invocaron la Ley de Orden Público", explica Graham Smith. Esta nueva ley, que entró en vigor con carácter de urgencia el 2 de mayo, otorga a la policía nuevos poderes, como el de detener a cualquier persona sospechosa de intentar adherirse al mobiliario urbano en señal de protesta. Los agentes consideraron que las correas que llevaban para colgar pancartas también podían ser utilizadas por los manifestantes para atarse a las vallas.
Los miembros de Republic permanecieron detenidos durante 16 horas. Graham Smith fue detenido una segunda vez en virtud de otra ley, la Ley de Policía, Delincuencia, Sentencias y Tribunales (PCSC), por "conspiración para causar alteración del orden público".
Por esta ley de 2022, otros dos colegas suyos fueron detenidos ese mismo día en la avenida Mall por posesión de un megáfono. Fue muy "frustrante", añadió Graham Smith, porque llevaba meses manteniendo una cuidadosa relación con la Policía Metropolitana (Met). "Cuando avisé a las autoridades para asegurarme de que no estábamos contraviniendo la Ley PCSC, me dijeron que unos cuantos de los nuestros nunca podrían hacer más ruido que los miles de fans en la avenida", explica.
Sin desanimarse, el grupo volvió a manifestarse el sábado 27 de mayo. Están preparando acciones legales, posiblemente junto con otros grupos cuyos miembros fueron detenidos ese día. "Sólo nos soltaron al final del día, para impedirnos no sólo manifestarnos durante los actos, sino también aparecer en los medios de comunicación el día de la coronación".
Las manifestaciones silenciosas se insertan en el paradigma del extremismo
Para Paul Stephens, ex agente de la Policía Metropolitana de Londres y ahora oficial de enlace de la Met para el grupo Extinction Rebellion, estas dos leyes son el sello distintivo de un "régimen autoritario". "Sé que la policía hace todo lo posible por encontrar un equilibrio entre el derecho a manifestarse y el derecho de todo el mundo a ocuparse de sus asuntos. Y que el trabajo de la policía es defender a los buenos deteniendo a los malos. Pero el gobierno está convirtiendo a los buenos –especialmente a los que cooperan de antemano con la policía– en malos".
Un análisis que comparte Alex Benn, abogado penalista y profesor titular de Derecho en la Universidad de Oxford: "Las manifestaciones silenciosas se están insertando en el paradigma del extremismo". El texto de la ley es extremadamente vago, añade: "'Grave perjuicio' se diluye para incluir, por ejemplo, 'grave perturbación'. Pero eso es muy diferente a sufrir una lesión o no poder llegar al trabajo porque la autopista está bloqueada".
La nueva Ley de Orden Público también rebaja el umbral a partir del cual se puede detener a una persona. Basta con la mera sospecha, pero es que además los criterios son muy amplios: basta con estar cerca de una manifestación con una cadena para atar la bicicleta, por ejemplo. "El concepto es lo suficientemente amplio como para abarcar cosas que no son en sí mismas un problema", añade el jurista.
Así fue como dos mujeres fueron detenidas por error el 6 de mayo. Suzie Melvin, miembro del colectivo Night Stars, dedicado a la prevención de violaciones y a la seguridad de las asistentes a fiestas nocturnas, organización que trabaja con las autoridades locales y en colaboración con la Met, fue detenida hacia las 2 de la madrugada del 6 de mayo en el barrio del Soho, mientras repartía silbatos contra las violaciones. “Hemos recibido información de que algunas personas planean utilizar esas alarmas durante el desfile de la Coronación", tuiteó la Met. “Eso podría asustar a los caballos y poner en peligro a los jinetes y al público".
Una forma de "intimidación”
En libertad sin cargos, Suzie Melvin declaró ante una comisión parlamentaria. La presidenta de la comisión, la diputada Diana Johnson, se quedó "sin palabras" tras el testimonio de la joven. Alice Chambers, por su parte, fue detenida el 6 de mayo por "posibles delitos de orden público" en el Mall, frente al palacio de Buckingham. Esta australiana residente en Londres se encontraba simplemente cerca de la manifestación de la organización ecologista Just Stop Oil. Estuvo detenida 13 horas antes de que la policía, arrepentida, la pusiera en libertad.
Rachel Bolster en cambio no recibió disculpas ni fue exonerada. Esta activista de Just Stop Oil fue detenida a las 9 de la mañana, casi dos horas antes del evento. "No teníamos intención de interrumpir la ceremonia", afirma. Lo único que llevaban ella y sus compañeros eran camisetas con su marca y carteles. "La agente que me interrogó en comisaría parecía avergonzada. No paraba de repetir que no pertenecía a esa comisaría y que le habían ordenado hacer esas preguntas". Rachel Bolster está convencida de que la policía era consciente de que había actuado con mano dura al realizar un total de 52 detenciones ese día.
Paul Stephens también cree que la policía prefirió actuar con contundencia para "evitar la vergüenza de interrumpir la coronación cuando los ojos de todo el mundo" estaban atentos a Londres, aunque eso supusiera disculparse después.
"No es una táctica nueva", afirma. Pero lo que más les preocupa a él y al abogado Alex Benn es que, con la nueva Ley de Orden Público, ahora es más fácil detener a la gente, sin poder hacer nada. “Hay un número determinado de preguntas que un agente puede hacer a una persona antes de detenerla", explica el abogado. “Es normal, porque la persona tiene derecho a saber de qué se le acusa y a ir acompañada de un abogado. Pero aunque se ha rebajado el umbral para la detención, no se han modificado los criterios para el procesamiento.”
Esto significa, continúa Paul Stephens, que cada vez más personas pueden ser detenidas por agentes de policía, "aun siendo conscientes de que no tienen los medios para acusar formalmente a una persona". Según el oficial de enlace, se trata de una forma de "intimidación" que puede "ser contraria a la legislación británica sobre derechos humanos".
"El mero riesgo de detención puede disuadir a la gente de expresar sus opiniones en público", añade Alex Benn. Piensa en particular en el grupo Republic, que no utilizan en absoluto las prácticas de grupos como Just Stop Oil o Extinction Rebellion, para los que la perturbación de la vida cotidiana puede considerarse una necesidad. "Hay una voluntad de utilizar la legislación penal para abordar cuestiones políticas controvertidas", afirma el abogado. Sobre todo porque el Gobierno actual tiene una postura generalmente "contraria a las manifestaciones". Esto puede "dañar el compromiso cívico", resume Alex Benn.
La Policía Metropolitana niega cualquier motivo oculto. “No sentí ninguna presión política", declaró a la comisión parlamentaria Matt Twist, sub-comisario interino de la Met. “Estaba bajo presión para garantizar el buen desarrollo del operativo porque, para mucha gente, era una experiencia única en la vida".
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El gobierno defendió la actuación de la Policía Metropolitana de Londres. Sadiq Khan, alcalde laborista de la capital, pidió al jefe de la Met que justificara y revisara las acciones y decisiones de los agentes sobre el terreno el 6 de mayo. El abogado Alex Benn considera que la nueva Ley de Orden Público debe ser derogada "al menos en parte, tal vez todo el texto".
Tradución de Miguel López