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La polémica por el impacto de la eólica marina sobre las aves llega antes incluso de levantar el primer molino

El parque eólico marino Kitty Hawk, en Estados Unidos, en una foto de Archivo.

El primer aerogenerador flotante de uso comercial en España tardará en llegar. Todavía ni siquiera se ha aprobado el real decreto que regula esta actividad, y después el Gobierno tendrá que convocar los concursos para adjudicar los pocos espacios disponibles en la costa española. Sin embargo, el sector ya se ha topado con la oposición de los ecologistas. Las grandes organizaciones verdes pidieron en abril al Ministerio de Transición Ecológica que la futura normativa tenga unos elevados estándares ambientales, y la semana pasada la ONG SEO/BirdLife dio un paso más y anunció que ya ha enviado comentarios para corregir hasta seis proyectos de molinos marinos que diferentes compañías pretenden construir frente a la costa gallega.

Estos seis planes supondrían la construcción de 266 aerogeneradores con alturas de entre 250 y 350 metros en una superficie de 2.000 kilómetros cuadrados, similar a la isla de Tenerife, aunque son todavía provisionales debido a que no una normativa aprobada que regule la eólica marina. De hecho, es probable que muchos de estos proyectos se caigan y sean sustituidos por otros nuevos en el futuro, una vez que se conozca el real decreto final, que se espera que esté aprobado este verano. 

Paulo Lago, técnico del Programa Marino de SEO/BirdLife en Galicia, explica que su organización ha analizado estos seis proyectos eólicos y no han encontrado ningún estudio en profundidad sobre el impacto que tendrían estos molinos sobre las aves pese a que se ubicarían rozando una zona de paso migratorio por donde circulan numerosas aves protegidas. "Son proyectos muy pobres que no tienen en cuenta el medioambiente y que no incluyen trabajos de campo sobre las aves marinas. En el mejor de los casos solo se menciona qué aves pasan por esa zona basándose en estudios oficiales anteriores", critica el experto.

Según argumenta esta organización defensora de las aves, las zonas habilitadas por el Gobierno para instalar los molinos de viento frente a la costa gallega se encuentran pegadas al corredor migratorio de aves marinas que abarca desde la frontera de Galicia con Portugal hasta Cantabria, y se corre el riesgo de que algunos animales se desvíen y acaben chocando con las aspas de los aerogeneradores. "Las aves no entienden de fronteras y se alejan más o menos de la costa en función del viento. Lo que hace falta son estudios muy concretos para ver dónde se pueden colocar los molinos y dónde no", añade el técnico. Esta ONG también reclama que no saquen de una sola vez a concurso todas las áreas de la costa española delimitadas para la eólica marina, sino que se empiece por una zona pequeña —probablemente la costa de Canarias— y se vaya expandiendo a medida que se conozca mejor el impacto de esta tecnología en las aves marinas.

Desde la patronal del sector, la Asociación Empresarial Eólica (AEE), piden cautela y opinan que es demasiado pronto para entrar en polémicas cuando todavía ni se sabe cuándo se van a instalar estos molinos. "Es fundamental tener en cuenta que todo lo que se ha propuesto hasta ahora no será definitivo, puede que se construya un 10% de todo lo que se ha dicho. Todo dependerá del marco regulatorio y de las subastas; no tiene sentido ponerse ya la tirita antes de la herida", contesta Heikki Willstedt, director de Cambio Climático de la AEE. En todo caso, el sector es consciente de los problemas que podría acarrear un enfrentamiento directo con las organizaciones ambientalistas, como ya ha tenido con sus proyectos terrestres en Galicia, por lo que en esta ocasión parece que adoptará un perfil más conciliador. "Estos proyectos, de todas formas, pasarán una evaluación ambiental muy exhaustiva y cada construcción será analizada durante un año para conocer las aves que sobrevuelan cada parcela", añade Willstedt.

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Los seis proyectos provisionales señalados por SEO/BirdLife en Galicia están ya en manos de Transición Ecológica y se encuentran en un proceso de evaluación ambiental en "consulta previa", un procedimiento anterior al estudio ambiental definitivo en el que las compañías consultan al Gobierno si necesitan ampliar el estudio de la zona afectada por la construcción. Sin embargo, desde SEO/BirdLife interpretan que estos documentos son una forma de hacer lobby sobre el futuro real decreto. "Estos proyectos se han multiplicado en los últimos meses y, como son provisionales, creemos que son una forma de presionar al ministerio de Transición Ecológica para que el real decreto que se publique esté alineado con los intereses del sector", opina Lago, que pide al ministerio que no tramite ningún proyecto hasta que no haya un marco normativo aprobado.

Como los seis proyectos señalados por los ecologistas se enmarcan dentro de un proceso de consulta previa, las organizaciones civiles no pueden presentar por ahora alegaciones contra estas plantas eólicas, sino que pueden participar en el trámite mediante comentarios, que es lo que han presentado hasta el momento. Además de estos seis proyectos frente a la costa gallega, entre 2023 y 2024 se han presentado más de una docena propuestas para construir aerogeneradores flotantes frente a la costa de Cádiz, Málaga, Las Palmas, Baleares, Granada o Girona, entre otras provincias.

No es la primera vez que la eólica marina choca con la voluntad de otros sectores, ya que diferentes agrupaciones de pescadores han cargado en los últimos años contra esta tecnología, liderados por la Plataforma en Defensa de la Pesca. Argumentan que estas zonas amplias ocupadas por los aerogeneradores se ubican en algunos caladeros de pesca que quedarían inutilizados. Estos profesionales también sospechan que podrían alterar los movimientos de algunas especies de peces, pero aún es pronto para saberlo con certeza.

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