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Los entresijos de TikTok, la aplicación preferida de la ultraderecha

TikTok es esa aplicación que tantos momentos ha dado esta cuarentena, aquella que ha servido para paliar las largas horas de aburrimiento a través de sus challenge, sus vídeos musicales y sus doblajes. Pero esta red social sirve para más cosas y su recorrido esconde muchos más entresijos de los que parece. Entre ellos, mensajes políticos extremistas que en España y en el resto del mundo han calado entre la población más joven.

El ejemplo más claro puede observarse en Vox. Si bien es cierto que TikTok no admite publicidad política, no puede excluir a usuarios particulares que sí hablen de ello. Y ahí está la trampa. El partido liderado por Santiago Abascal lanza sus mensajes infiltrados entre hashtags que los jóvenes visualizan. Y no se les da mal. De hecho, esta formación es la que más usuarios suma en Instagram, la red social antecesora a la que nos ocupa. Por eso esta aplicación, con un target más joven [un 60% de sus usuarios tienen entre 13 y 24 años] y menos saturada de publicaciones, es un lugar idóneo para hacer llegar su discurso camuflado entre vídeos musicales.

Lo mismo sucede en Estados Unidos, donde recientemente Donald Trump se ha visto boicoteado en su primer mitin post coronavirus por un grupo de usuarios de esta red social, los cuales quisieron trolearle comprando falsamente casi 994.000 entradas para un evento en Tulsa (Oklahoma) al que supuestamente iban a asistir un millón de personas. Sin embargo, según el Departamento de Bomberos de Tulsa, solo fueron 6.200.

Brad Parscale, director de campaña del presidente estadounidense, culpó a los "radicales" de este boicot, pero la realidad fue otra bien distinta y Donald Trump fue objeto de su propia medicina. Aunque para poder entender esta aplicación tal vez haya que remontarse hasta el año 2016, cuando este magnate se jugó las elecciones presidenciales.

Recuerden aquel año en el que la "injerencia" cobró protagonismo durante los últimos meses del año y posteriores. El triunfo de Donald Trump en los comicios norteamericanos estuvo marcado por los mensajes en redes sociales a favor de su campaña y en contra de sus oponentes políticos. En especial, Hilary Clinton, su máxima rival, quien hizo frente a varios bulos contra su persona como el Pizzagate, una fake news lanzada en el entorno de las elecciones y que también acusó a una pizzería del centro de Washington de ocultar una red de abuso infantil. La polémica acabó en tiroteo, pero también en un hashtag que posteriormente llegó a TikTok y cuyos mensajes calaron entre los más jóvenes.

Según narra Shira Ovide en The New York Times, este hashtag se trasladó a TikTok acusando a Justin Bieber de cometer abusos sexuales. ¿Quiénes? Unos jóvenes que, "aburridos", difundieron este tipo de mensajes "porque les parecían divertidos". Tal fue su entretenimiento que los vídeos con este hashtag acumularon más de 80 millones de visitas antes de que las denuncias hiciesen que la empresa lo censurase. El problema es que estas conspiraciones desinformativas calan perfectamente en niños que no tienen conocimiento de la realidad y pueden tergiversar su pensamiento.

Es por este tipo de hechos que tanto en Estados Unidos como en Reino Unido se han desarrollado campañas para que la empresa ponga remedio a estas actuaciones. Otros países como Indonesia o India la han prohibido directamente por promover contenido "inapropiado y porno".

En este punto entra en juego su algoritmo, el cual actúa como un recomendador de contenido en base a los hashtags que sueles visitar y los vídeos que más ves. Es por ello que, si te pasas las horas contemplando vídeos de gente haciendo videoclips en sus casas, TikTok te mostrará a más personas haciendo lo mismo. Sin embargo, si ahondas en un hashtag que promueve las conspiraciones y los abusos a cualquier persona, el algoritmo te seleccionará contenido relacionado.

Pero no todo es tan oscuro como parece. De hecho, en España, el confinamiento ha sido paliado con largas horas de vídeo contra el aburrimiento sacados de esta red social, la cual, según SensorTower, ha sido descargada este mayo en casi 112 millones de dispositivos en todo el mundo, es decir, el doble que el mismo mes del año pasado. Además, esto se suma al mejor trimestre de su existencia, ya que durante los tres primeros meses de este año ha logrado 2.000 millones de descargas. Entre todas ellas, algunos usuarios han encontrado un tirón inesperado.

Es el caso de Sara Martín, una coordinadora de un centro sociosanitario de 27 años que se creó su cuenta a finales de abril por aburrimiento y ya suma más de 18.0K seguidores: "Desde el principio vi que tenía mucha interacción y muchos follows de gente que no conocía de nada y no sabía muy bien de dónde habían salido, pero un mes después ya tenía unos 8.000 seguidores".

Algo parecido le sucedió a Beatriz Orviz, quien, en busca de "traspasar tráfico" a su canal de Youtube, probó suerte en esta aplicación nueva creyendo que "todas las demás [redes] son antiguas y están saturadas de contenido". Y le salió bien. Su perfil sobre "Indonesia y la cultura asiática" supera los 36.5K seguidores. "En el primer vídeo serio que subí vi que empezaron a llegarme notificaciones de muchísimos seguidores y de comentarios, era una barbaridad", comenta a infoLibre esta chica medio indonesia, medio china, medio española de 34 años. Además, en ambos casos, la percepción de esta red con la realidad cambió por completo al poco tiempo.

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"Mi idea era que era para niñ@s/adolescentes que hacían bailecitos y en gran parte sí es así, pero gracias a la cuarentena los millennials (y generaciones anteriores) nos hemos colado para hacer otro tipo de contenidomillennials ", apunta Martín, en cuyo canal pueden verse vídeos de "humor y mucho contenido LGTB". Y añade: "Creo que es una plataforma superabierta, aunque algún cavernícola también se nos ha colado, y pienso que puedo ayudar a todos esos niños y adolescentes que hay en esa plataforma. De hecho, me escribe mucha gente diciendo que les ayudo un montón llevando el tema con tanta naturalidad".

Porque TikTok también sirve para reivindicar y divulgar, no solo para hacer reír o tergiversar. Por eso Sara Martín lo emplea como una plataforma normalizadora y Beatriz Orviz como una forma de desmitificar y mostrar otra cultura como es la asiática. Aunque, claro, con mensajes adaptados. "Cuando la descargué vi que la mayoría eran vídeos chorras, pero haciendo scroll vi que había gente que también hacía contenido didáctico. Entonces dije ‘hay cabida para mí’ y me puse a hacer mi contenido [temas de cultura y gastronomía indonesia y asiática] un poco más divertido para que enganchase". Aunque quien se enganchó fue ella, ya que a la semana bien puede dedicarle unas "quince horas" porque ya lo considera "un trabajo".Quién se lo iba a decir a esta red social china propiedad de ByteDance y cuyo nombre nativo es Douyin, la cual se transformó en TikTok tras el acuerdo llegado con la empresa Musica.ly en 2018 para su expansión internacional. Desde 2016 hasta entonces, su idea original era la priorización de vídeos musicales que se hicieron famosos entre la juventud asiática. El objetivo de estos empresarios fue crear una aplicación que aunase todo lo mejor de la competencia en una sola red. Y parece que lo consiguió. Con ello, y con una campaña de marketing agresivo a su llegada a Estados Unidos, su expansión fue imparable.

Y todo esto derivando de una primera visita a una aplicación con aparentes tintes musicales. Porque ese es el origen de TikTok, que cualquier persona pueda imitar a sus artistas favoritos con filtros y ediciones al más puro estilo youtuber 3.0youtuber 3.0. Por eso nada más descargarlo su algoritmo prioriza las melodías virales de tu entorno y a partir de ahí se enfoca a lo que más veas. De esta forma enganchan fácilmente al mercado local, aunque este no solo consuma música. El boca a boca, para bien o para mal, hace el resto.

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