Libertad de prensa

Fotoperiodistas denuncian que prohibir su presencia en la tribuna del Senado es “una forma de censura”

Los senadores gastaron el año pasado 2,46 millones en viajes pagados por la Cámara

La Mesa del Senado estudiará este martes prohibir el acceso de los fotoperiodistas a la tribuna de la Cámara alta. La propuesta surgió tras el último pleno, que concluyó con la publicación de una fotografía de la senadora del PP Rita Barberá enviándole un mensaje de texto al vicesecretario de Organización de los conservadores, Fernando Martínez-Maillo.

En la imagen, publicada por el diario La Razón el 16 de marzo, se apreciaba el contenido del mensaje: la senadora pedía defender "a la gente del partido que no ha hecho nada" y aseguraba que "esto le puede pasar a cualquiera", en alusión a la investigación por corrupción del PP valenciano en el marco del caso Imelsa, que poco después originó la apertura de un expediente interno a Rita Barberá.

La exalcaldesa de Valencia añadía que "lo que quiere hacer Isabel [en referencia a Isabel Bonig, presidenta del PP en la Comunitat Valenciana] perjudica políticamente y también a la argumentación de la defensa".

Fuentes del Senado han confirmado a este diario que la propuesta se debatirá tras surgir en la última reunión en forma de "reflexión", sin que derivara en ningún acuerdo concreto. Las mismas fuentes sostienen que el debate atañe únicamente al acceso a la tribuna, y que en cualquier caso los fotoperiodistas seguirán teniendo acceso a la arena –la parte inferior del hemiciclo–. Aseguran, además, que no existe ninguna propuesta para prohibir el uso de teleobjetivos.

Todo apunta a que la resolución del debate generado a raíz de dichos acontecimientos resultará en una prohibición del acceso a la tribuna para los fotógrafos. Lo más probable, señalan las fuentes de la Cámara alta, es que se adopte la misma norma que ya rige en el Congreso de los Diputados, con el fin de equiparar las situaciones en ambas cámaras.

Situación en el Congreso

La normativa en la Cámara baja ya impedía a los fotoperiodistas acceder a la tribuna cuando a principios de la última legislatura surgió una nueva polémica entre los reporteros gráficos. Se generó tras publicar El Mundo una fotografía tomada por Alberto Cuéllar de la pantalla de móvil de Alfredo Pérez Rubalcaba, donde podía leerse un mensaje sobre la organización del Gobierno de Mariano Rajoy: "Me dice nuestra informadora en el Ayto [Ayuntamiento] de Madrid q [que] Gallardón va a Defensa". 

Ello, sumado al vídeo realizado por el periodista Antonio Maestre para La Marea, en el que podía verse a la por aquel entonces vicepresidenta del Congreso Celia Villalobos jugando en su tablet durante el debate del estado de la nación, derivó en una serie de instrucciones que entraron en vigor el 1 de enero de 2012, y que establecían la prohibición de fotografiar pantallas de móvil, papeles o correos electrónicos de diputados en el escaño.

Los fotoperiodistas se arriesgaban, de incumplir dicha disposición, a perder su acreditación de prensa durante un año. Con ello, el entonces presidente del Congreso, Jesús Posada, trataba de "realizar y reforzar el derecho constitucional a la información y simultáneamente proteger otros derechos constitucionales también susceptibles de protección", según comunicó la institución.

Los fotoperiodistas denuncian la censura

Eduardo Méndez, vicepresidente de la Asociación Nacional de Informadores Gráficos de Prensa y Televisión (ANIGP-TV) y reportero gráfico desde hace más de 20 años, apunta a la necesidad de plantearse "hasta qué punto, dentro del hemiciclo del Senado, algo noticioso puede ser personal". 

Méndez se muestra en contra del planteamiento que este martes debatirá la Mesa del Senado. "Nos parece una forma de censura absoluta", denuncia. "Sobre todo –agrega–, es una forma de presión hacia el más débil de la cadena, porque el fotógrafo está ahí por acreditación de un medio, y el que decide qué foto va en portada es el director de ese medio".

La eterna juventud de un fotoperiodista

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Así, el fotoperiodista lamenta que la presión recaiga siempre sobre el más pequeño: "Ahora el fotógrafo estará presionado por el director del medio, que demanda fotografías, y por el Senado, que no le va a dejar entrar a la tribuna". El reportero entiende la situación como una evidencia de que "al final, pierde siempre el mismo". "Estamos en una democracia, se supone que existe libertad de prensa", continúa, por lo que "es necesario enseñar a los senadores que no pueden hacer determinadas cosas y sobre todo en un lugar que es público".

En cuanto a las acciones que plantean tomar en caso de aprobarse la citada restricción, Méndez señala que la asociación solicitará "una entrevista y una reunión con los responsables del Senado para hacerles ver que no tiene ningún sentido establecer prohibiciones a los fotógrafos". La Federación de Asociaciones de la Prensa de España (FAPE), a la que están asociados, colaborará con ellos en dichas reuniones y les prestará su apoyo en las negociaciones futuras, indica Méndez.

Respecto a posibles movilizaciones para visibilizar sus reivindicaciones, el periodista no hace ninguna previsión, a la espera de ver primero el alcance de las medidas que adopte el órgano de gobierno de la Cámara alta.

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