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Conflicto palestino-israelí

Hotel Banksy: habitación con vistas al muro de Palestina

Clara Arias | Eduardo Echeverri (Cisjordania)

A mediados de abril de 2018, en Ferrol, apareció un grafiti que mostraba a dos guardias civiles besándose. Todo apuntaba a que era la primera obra en España del controvertido artista británico conocido como Banksy. El estilo satírico del protagonista de Exit through the gift shop ha quedado plasmado calles de todo mundo y, sobre todo, en el muro que separa Israel y Palestina.

Un muro de 700 kilómetros de hormigón, alambre de púas y torres de seguridad atraviesa la ciudad palestina de Belén. Justo allí, el anónimo Banksy decidió fundar “el hotel con las peores vistas del mundo”, el Walled Off Hotel. Con poco más de un año de vida, el edificio decorado con el inconfundible estilo banksiano ya es una obra de arte y activismo contra el muro de Cisjordania.

El objetivo del Walled Off Hotel es claro: mostrar el dramático impacto que tiene el muro en la vida de los palestinos y explicar a los turistas qué es exactamente el conflicto israelí-palestino del cual nace. Por eso, aunque cuenta con una galería de arte, un museo, y un taller de grafiti, el gerente del hotel, Wisam Salsaa, prefiere definirlo como una “universidad”.

“Gran parte de la gente alrededor del mundo no tiene idea de lo que está pasando aquí o quiénes somos. Porque los estereotipos de los medios siempre nos describen de forma errónea y, por supuesto, somos normales, así que tratamos de entregar nuestro mensaje a través del Walled Off Hotel” declara Salsaa a infoLibre en la recepción del hotel.

A su alrededor, los trofeos de caza se sustituyen por cámaras de seguridad en la pared, estatuas griegas visten palestinas y lanzan gas lacrimógeno, y un piano de cola se toca solo. La recepción está repleta de detalles artísticos tan sutiles en su forma como contundentes en su mensaje. “Banksy contribuyó con casi todo lo que se ve aquí pero al final este es un proyecto palestino local” explica el Salsaa. Él es el verdadero dueño del hotel, que además emplea exclusivamente a locales. Banksy pone sus obras.

De esta manera, el gerente del Walled Off Hotel desmiente que Banksy –a quién conoció cuando el artista visitó Palestina por primera vez– se esté enriqueciendo a costa del muro y del sufrimiento de los betlemitas. Se enorgullece de haber creado un nuevo turismo en el país. “La mayoría de los turistas –sobre todo los mayores– vienen a ver la Basílica de la Natividad y regresan a Jerusalén. No quieren conocer la realidad, ni ver el muro, ni ver cómo vive la gente”, lamenta Amir, un taxista de la ciudad.

Pero la imagen de unos turistas bebiendo café y tomándose selfies sonriendo frente a los grafitis en el muro no es grata para todos los palestinos. Siguiendo la calle, al pie del muro, un vendedor ambulante de zumo de naranja muestra cierto recelo frente al hotel. “Están haciendo del muro algo bonito”, critica.

Salsaa reconoce que existen dudas entre los locales, pero defiende el arte como una forma de poner a Belén y su realidad en el mapa. “Es un gran logro hablar del muro –sea cual sea la historia– porque estamos recordando al pueblo español que aquí hay un muro. Nuestro mensaje es muy fuerte, incluso cuando somos criticados. No se trata de lo que pintamos en el muro. Estamos diciéndole al mundo que hay un muro de separación, porque muchas personas no conocen su historia”.

Para contarla, el museo cuenta con decenas de documentos, maquetas vídeos y fotografías que arrastran al visitante a través del complejo conflicto. Algunos de los objetos que contiene el museo vienen de edificios bombardeados en GazaGaza y relatan la historia de una vida bajo asedio del Ejército israelí. Al mismo tiempo, algunas fotografías muestran la otra cara: jóvenes israelíes protestando contra las acciones de su propio gobierno en Palestina.

A pesar de que es “ilegal”, el Walled Off Hotel ofrece cursos de grafiti y esténcil –técnica de decoración a través del uso de plantillas– bajo la mirada panóptica de una torre de seguridad. A sólo diez metros de la puerta, muchos turistas pintan sus mensajes contra el muro como hizo Banksy: un cóctel molotov es un ramo de flores; una paloma viste chaleco antibalas; "Make hummus not war”.

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Un muro de "seguridad" o una "prisión"

La historia del muro que separa Israel y Palestina inicia en el año 2003. En plena escalada de violencia –la llamada Segunda Intifada–, Israel comenzó la construcción una valla que rodea Cisjordania alegando razones de seguridad y control. En concreto, para reducir el riesgo de atentados terroristas y de coches bomba. No obstante, la mayoría de la comunidad internacional lo considera ilegal.

Felipe Sahagún, experto en Relaciones Internacionales del Instituto Elcano, explica que el muro tenía fines políticos y estratégicos además de la seguridad. “Las autoridades israelíes han aprovechado el muro para ampliar su proyecto de separación de algunas de las principales poblaciones de Cisjordania, consolidando su control sobre los territorios palestinos. Esto aumenta considerablemente la dificultad de levantar –si algún día se firma las paz– un Estado palestino viable”.

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