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La imagen y el poema

¿Hacia dónde se retira la montaña? Fotografía de Carmen Rivero.

¿Hacia dónde se retira la montaña?

Fotografía de Carmen Rivero

Textos de Antonio Armenteros, Omar Pérez, Ludmila Quincoces, Soleida Ríos, Jamila Medina Ríos, Legna Rodríguez Iglesias y Katherine Bisquet

Sonámbulo / Valparaíso

Granada2017

 

La fusión siempre es un reto. Se trate del arte que se trate, ya sea por mezclar convenientemente y con alta alquimia géneros o, como en el caso que trataremos, por trabajar con dos manifestaciones artísticas. Cortázar decía que en tanto el cine era novela, el cuento era fotografía. Bien dijo que la fotografía recortaba un fragmento de la realidad, que fijado en ciertos límites, actúa como una explosión que abre una realidad más amplia, una visión dinámica que excede y trasciende en espíritu el campo del objetivo de la cámara: una fotografía lograda presupone una ceñida limitación previa, impuesta en parte por el reducido campo que abarca la cámara y por la forma en que el fotógrafo utiliza estéticamente esa limitación. Es decir, una fotografía cuenta mucho más, expande ideas y emociones, tal y como hace un cuento. En la comparación que vino al caso, Cortázar no se refirió a la poesía, pero es sabido que poesía y cuento son noche y día que se encuentran en el amanecer y el anochecer (la prosa es lo diurno y la poesía la noche, Sábato) por ello, no es de extrañar que el nombre de la editorial que aquí nos trae, sea Sonámbulos.

Reunir la imagen y la palabra, mostrarlas en conjunción, es el reto de esta jovencísima editorial que ha centrado su empeño en atraer poetas y lectores de poesía a la fotografía y llevar fotógrafos y espectadores a la poesía. Ida y vuelta en un solo libro.

Su primera apuesta fue La verdad y su doble de María Alcantarilla en doble actividad como antóloga y fotógrafa (valga la repetición), y la segunda, en coedición con Valparaíso Ediciones, ¿Hacia dónde se retira la montaña?, fruto de la colaboración de la fotógrafa habanera Carmen Rivero (1974) y siete poetas cubanos que enumeramos: Antonio Armenteros (1963), Omar Pérez (1964), Ludmila Quincoces (1975), Soleida Ríos (1950), Jamila Medina Ríos (1981), Legna Rodríguez Iglesias (1984) y Katherine Bisquet (1992). Son treinta y tres instantáneas y veintiún poemas que se anudan en una muestra, que también es de ida y vuelta, como el sentido todo del puente trazado de la fotografía a la poesía y vuelta a la fotografía, pues monta el diálogo por encima del océano Atlántico.

Sonámbulos no persigue una ilustración, un diálogo que soporte el poema en la imagen, la imagen en el poema, sino que busca un mismo discurso con los dos pies, voz y vista, apoyados en ambos mundos, de “una manera más profunda y ligado por una misma idea de pertenencia” como señalan desde la editorial. En ¿Hacia dónde se retira la montaña? no podremos rastrear el sencillísimo apoyo visual de la palabra: el tema es común. Las imágenes en blanco y negro de Carmen Rivero jalonan los interiores con exteriores, los paisajes con los detalles borrosos de muebles, el desenfoque sobre los árboles o el mar. La presencia de los seres humanos es casi fantasmal, a veces de espaldas, o con la mirada juguetona del fotografiado en una fotografía que fotografía. En tanto se trata de dentro y de fuera, en cuanto las colaboraciones son variadas, se compactan ambos lenguajes cuando desaparecen las referencias de autoría. El lenguaje de la poesía se hace por coral, común, y la fotografía es un instrumento más, afinado entre las voces del coro.

Decíamos ida y vuelta porque ¿Hacia dónde se retira la montaña? nos trae voces diversas de generaciones de poetas cubanos para ser mostradas desde y en el sur de España. Desde la experimentada escritura de la santiaguera Soleida Ríos a la joven cienfueguera Bisquet. El trabajo de la fotógrafa se ha realizado durante tres años, en viajes de vuelta a La Habana —de donde salió en 2001 para aterrizar en España— y tiene dos finales en su camino: una exposición en la Biblioteca de Andalucía que sirvió para presentar el fotolibro,  y que esperamos pueda seguir siendo presentada en sucesivas ciudades manteniendo uno de los discursos originales de la fotografía –el expositivo—, y el fotolibro en sí, que queda para vivir soñando, sonámbulos.

*Alfonso Salzar es escritor.Alfonso Salzar

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