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El Ojo Público

Salvemos Telemadrid

El título es una referencia al colectivo de trabajadores de esa empresa pública que durante diez años denunciaron el despilfarro de dinero público que realizaba su empresa bajo los gobiernos de Esperanza Aguirre e Ignacio González. Al tiempo, criticaban la manipulación y censura en los informativos, puestos al servicio de los intereses políticos y personales de ambos presidentes, y llevaron a los tribunales el despido de 861 empleados, declarado por la Justicia "no ajustado a derecho". Solo con la llegada de la actual dirección cesaron los gastos disparatados y los informativos comenzaron a recuperar la credibilidad perdida.

Telemadrid cuesta tres céntimos al día a cada madrileño; 90 céntimos al mes, alrededor de diez euros al año. Esos son los últimos datos publicados. Este lunes la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, ha declarado que la cadena debe "justificar las cuentas", antes de añadir que Telemadrid "no es un servicio público esencial... un servicio público sin público no es un servicio"; preguntada si contemplaría cerrar la radio y televisión autonómica, ha dicho: "Ya se verá".

Sigamos con los datos: coste para cada español de los medios públicos de comunicación estatales y autonómicos, 43,8 euros; media en Europa, 64,5, con Dinamarca (160,5), Reino Unido (113) y Alemania (111,7) a la cabeza. Por señalar otra comparación, Telemadrid cuesta al año menos de lo que cuesta al mes cualquier servicio de las distintas plataformas privadas que queramos contratar.

Hablemos de público o, en el sentido que utilizaba Ayuso, de audiencia. En los diez últimos años –siempre bajo gobiernos del PP– la televisión autonómica no ha superado el 4% de audiencia. En algunos meses de 2012 y 2013 ha estado al borde del cero técnico, y en muchos ha rondado el dos o tres por ciento. Poco después de llegar la actual dirección, José Pablo López, su máximo responsable, confesaba a infoLibre que "el 40% de los madrileños no tienen sintonizada nuestra cadena en el mando a distancia" y asumía que "recuperar presencia, credibilidad y audiencia va a ser una tarea lenta y costosa; tendremos que estar muy presentes en la vida ciudadana para lograrlo y será una tarea no de meses, sino de años". Por hablar de datos recientes: junio se cerró con un 4,8, julio con 5,5, y agosto con 6,5. En estos meses, los espacios informativos como los Telenoticias de tarde y noche o Madrid Directo han superado con frecuencia el doble dígito, llegando en múltiples jornadas a doblar la audiencia media de la cadena.

La Inspección de Trabajo validó las contrataciones realizadas por Telemadrid a pesar de los últimos ataques del entorno de Díaz Ayuso

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¿Por qué ahora?

Se trata de datos de la realidad, que no se corresponden con las dudas sobre el futuro de este medio público sembradas por la presidenta regional. ¿Por qué las hace precisamente en la jornada que reabre el curso político? Se podría pensar que son la continuación de los ataques a la actual dirección lanzados por su asesor Miguel Ángel Rodríguez durante la pasada semana. También podría estar relacionado con el difícil momento que vive la presidenta, tras las revelaciones de infoLibre, y otros medios, sobre su relación con Avalmadrid [ver aquí el dosier] o el impago del IBI. Este mismo lunes, infoLibre titulaba: "La Comunidad de Madrid tendrá que abonar 102.000 euros del préstamo del 'caso Ayuso' si los socios morosos no pagan", y añadía que "Avalmadrid maniobra para evitar la vía penal en el 'caso Ayuso' y culpar de su actuación negligente a un abogado de Cobralia". Junto a estas informaciones se destacaba la de que el juez de Púnica imputaba a sus antecesoras Cifuentes y Aguirre.

Sea cual sea la razón que haya movido a Díaz Ayuso, sus declaraciones se completan con una alusión con ecos a un pasado reciente de su partido. La presidenta madrileña ha dicho que tenía que "bajar lista de espera, mejorar la red de Metro y seguir construyendo servicios públicos. Las prioridades son las que son". El 29 de noviembre de 2013, el entonces presidente valenciano Alberto Fabra cerraba la radio y televisión autonómica, ya que "el dinero que costaba lo podría invertir en nuevas escuelas y hospitales". Ese curso y el siguiente miles de niños valencianos seguían asistiendo a clase en barracones, y el hospital de Alzira, cedido a manos privadas, se declaraba en suspensión de pagos. El PP perdió las siguientes elecciones y el nuevo gobierno de izquierda tuvo que refundar la radio y televisión autonómica que lucha ahora por reconquistar a los espectadores de esa comunidad.

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