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Ana Taboada, la revolución tranquila de Oviedo

Ana Taboada, la revolución tranquila de Oviedo

El estreno de Ana Taboada Coma (Oviedo, 1972) en el Ayuntamiento de Oviedo fue casi como una jugada magistral de ajedrez en un tablero que la Federación Socialista de Asturias (FSA) había puesto patas arriba a última hora. Contra toda previsión, Somos Oviedo decidió apoyar al cabeza de lista de los socialistas, Wenceslao López, como alcalde. Fue precisamente Taboada, al frente de la candidatura morada, la que le comunicó a un desconcertado López la decisión que el grupo había tomado apenas media hora antes de que comenzase el pleno municipal en el que debían elegir al nuevo alcalde de la capital asturiana. Los segundos sorprendidos fueron, seguramente, los miembros de la FSA que pensaban, según Taboada, que Somos se iba a “enrocar en su postura” provocando que la lista más votada (PP) revalidase mandato como venía haciendo desde 1991. “Siempre ha habido un pacto no escrito entre la FSA y el PP para repartirse el pastel de Asturias. Por un lado, la comunidad autónoma quedaba en manos del Principado [PSOE] y la alcaldía de Oviedo lo hacía en las del PP”, reconoce Taboada.

Abogada “de causas perdidas”, como le gusta decir, antes de desembarcar en el consistorio ovetense con la candidatura de unidad popular avalada por Podemos, Taboada formó parte del servicio jurídico de SOS Racismo Asturias y del Observatorio Ciudadano Anticorrupción del Principado. Habla de manera pausada y tranquila, pese a que en sus primeros cuatro meses como edil de Participación y Transparencia y vicealcaldesa la política municipal ha dado un vuelco considerable. Se confiesa como feminista y abiertamente republicana, aunque, cosas de la vida, fue compañera de clase de Letizia Ortiz, precisamente, en un colegio público. Sus críticas a la institución monárquica y su oposición a la gestión de los Premios Princesa de Asturias –dice que la monarquía “intenta lavar su imagen a costa de [prestigio de] los premiados”– le ha valido un encarnizado cruce de “cartas abiertas” en el periódico asturiano La Nueva España con Graciano García, promotor de la Fundación Princesa de Asturias.

El hoy director emérito respondió a las críticas de Taboada (que había dicho en una entrevista previa que los premios estaban “pasados de moda”) asegurando que durante la protesta el día de la entrega de los galardones el año pasado, Taboada y los miembros de Somos se habían manifestado junto a los “herederos de ETA”. Frente a esto, y sin dejar de colar alguna que otra crítica al anacronismo de la institución monárquica, Taboada defiende que los 350.000 euros que el Ayuntamiento destina anualmente a la Fundación “estaría mejor aplicado en otras prioridades municipales más acuciantes en tiempos de crisis”. Aún más, reflexiona, si tenemos en cuenta que en el Patronato de la Fundación está formado por grandes empresas como el banco Santander, Telefónica, Esther Koplowitz o El Corte Inglés.

En la edición a la que hace mención Graciano García, la ceremonia tuvo que lidiar con las protestas desde la plaza de La Escandalera, situada al frente del Teatro Campoamor. Ahora las críticas vienen directamente del gobierno local, cuyo poder está repartido entre Somos (6 ediles), PSOE (5) e IU (3). Y por si fuera poco haber perdido el apoyo incondicional y la armoniosa relación con el Ayuntamiento de Oviedo, los duros reproches vienen de boca de Taboada, una figura que, pese a ser la segunda de a bordo, tiene tanto o más protagonismo que el propio alcalde. Preguntada por si ella también tiene esa percepción, sonríe y esquiva la pregunta diciendo: “Nosotros lo que buscamos es trabajar en equipo y que no sea un gobierno presidencialista en ese sentido, ya que eso forma parte de los acuerdos”.

Cuando se formó el tripartito, como señala Taboada frente a una taza de café en un bar cerca de su casa ovetense, se acordaron unos mínimos donde se ha priorizado la remunicipalización de los servicios públicos (sólo policía y bomberos están sin externalizar), la auditoría de la deuda y el levantamiento de alfombras. Así las cosas, y aunque ya han salido adelante propuestas como la de cobrar el IBI a la Iglesia por los edificios no dedicados al culto (colegios, residencias de estudiantes o de ancianos) o una estrategia a 10 años para la ciudad; el primer importante escollo ha llegado con la propuesta de Somos de reducir el sueldo de los concejales.

Primer encontronazo del tripartito: el sueldo de los ediles

En la votación en el pleno el pasado mes de septiembre, donde también se proponía rebajar las retribuciones y el número de asesores, además de las subvenciones a los partidos, la formación morada se quedó sola. Sus socios de Gobierno se opusieron a limitar su sueldo a 1.950 euros, mientras que Wenceslao López señalaba los riesgos que supuestamente existen cuando los políticos cobran un salario, a su juicio, escaso. “Si no reciben una retribución legal puede acabar recibiendo retribuciones ilegales, es así de claro”, señaló en la votación.

El tripartito afronta esta legislatura con una importante china en el zapato. Cuando recogieron el bastón de mando del Ayuntamiento ovetense, el consistorio llevaba 24 años en manos de los conservadores. Gabino de Lorenzo, hoy delegado de Gobierno en Asturias, ocupó el cargo desde 1991 a 2012 y su sucesor, Agustín Iglesias Caunedo, lo hizo desde entonces hasta junio de 2015. Tiempo suficiente, pues, para que la panorámica de Oviedo cuente en su haber con un elefante blanco firmado por el arquitecto valenciano Santiago Calatrava. Aunque el hoy Palacio de Exposiciones y Congresos, por su diseño y su bóveda (que en teoría tendría que elevarse, pero un fallo en el sistema hidráulico lo impide), se asemeje más a un cangrejo gigante dispuesto a engullir la ciudad. Los problemas de funcionamiento y las deudas contraidas para su construcción pueden suponer un desembolso de 90 millones de euros para el Ayuntamiento que están siendo reclamados por  el administrador concursal de Jovellanos 21, la empresa que puso en marcha el proyecto.

De cara a corto y medio plazo, Taboada destaca la necesidad que tiene el consistorio de remunicipalizar el cobro de impuestos, algo que durante años ha estado en manos de diferentes empresas privadas. Como dato interesante, la vicealcaldesa señala que “toda la gestión de tributos de Asturias, a excepción de Oviedo, cuesta 13 millones de euros y sólo por la gestión de los tributos en la capital esta empresa [la actual, La Auxiliar de Recaudación] cobraba 8 millones”. El tema es especialmente sensible si se tiene en cuenta que la anterior empresa que se encargaba del cobro de los tributos, Gestión de Ingresos, fue multada por la Audiencia Nacional en 2008 y obligada pagar 3.000 euros por el uso de datos del padrón municipal. 

El discutido sistema de primarias de Podemos

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Taboada, que también forma parte del Consejo Ciudadano de Podemos Oviedo, fue una de las voces críticas que se alzó contra el sistema de primeras en Podemos para elegir la lista que se presentará a las próximas elecciones generales. “Yo creo que era bastante erróneo porque con independencia de que cada uno pueda presentar su lista, si tú no das esa autonomía [para que las organizaciones autonómicas puedan organizar sus propias candidaturas] estás promocionando la lista que se dirige desde Madrid”, reprocha.

Sin embargo se posiciona bastante cerca de las tesis de Pablo Iglesias respecto a la confluencia de la izquierda para el 20-D: “Nosotros no estamos hablando de sumar siglas que hasta ahora siempre se ha hecho, sino que estamos hablando de confluencia de bases, pero este discurso tiene que materializarse. Al final sabemos que Garzón es una persona con un discurso que atrae a mucha gente y además, no es el aparato de IU, sino que es otra cosa. En ese sentido, yo entiendo que Garzón formara parte de la lista que se hiciera en Podemos. El error de Garzón fue crear Ahora en Común porque eso se vio como un intento de salvar, de alguna manera, las siglas del IU”.

La abogada defiende, pues, una vuelta a los orígenes de Podemos ya que “con el discurso un poco más maquillado, más cercano al PSOE, estamos perdiendo realmente la parte movimentista” y, así, dejar a un lado la disputada centralidad del tablero.“Habría que haber seguido manteniendo ese discurso frentista [con el bipartidismo]y seguir generando ese conciencia crítica hacia delante sin perder lo que ya tienes atrás”, concluye.

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