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El futuro de la izquierda

El papel del PCE en la Transición abre un debate de fondo en el seno de IU

El secretario general del PCE, José Luis Centella, en el último congreso del partido.

Es una de las principales discusiones en el seno de IU en los últimos meses: los oficialistas afirman que el PCE debe seguir una estrategia rupturista porque su papel en la Transición fue el de "izquierda domesticada", mientras que los críticos sostienen que esa afirmación es "revisionismo histórico". Estas tesis están relacionadas con el debate existente en la federación sobre cómo debe profundizarse la alianza de IU con Podemos en un momento en el que, además, el partido morado tiene previsto celebrar un congreso en el que decidirá cuál debe ser su relación con la federación que lidera Alberto Garzón.

Hace unos días, el escritor Javier Cercas publicaba un artículo de opinión en El País Semanal en el que criticaba "la disparatada equiparación entre eurocomunismo y populismo" de Garzón y su manera de "desdeñar" el papel del PCE en la Transición. "Uno de los errores fundamentales de la izquierda española consiste en haberle entregado el mérito de la Transición a la derecha, lo que a ésta le permite presentarse como casi única constructora de la democracia", denunciaba Cercas en su artículo, en el que sostenía que esa afirmación era "una flagrante falsificación histórica".

"Acusar a esa gente de ser una 'izquierda domesticada' –a ellos, que se jugaron la vida contra el franquismo y le obligaron a aceptar la democracia durante la Transición– me parece no sólo despreciar lo mejor de la historia del comunismo español, sino faltarles al respeto que se ganaron; acusarlos de eso ahora, desde la comodidad de una vida transcurrida por entero en democracia –a ellos, que conocieron medio siglo de penalidades–, me parece una injusticia brutal", zanjaba Cercas.

Y es que Garzón mantiene desde antes incluso de ser elegido coordinador federal de IU un discurso muy crítico con la actitud del PCE durante la Transición y apuesta por enarbolar una estrategia de "ruptura", frente al eurocomunismo del entonces secretario general Santiago Carrillo o a las tesis del número dos de Podemos, Íñigo Errejón, que a su juicio conducen hacia la moderación. Pero para los críticos de IU, una corriente que tiene en el líder de Izquierda Abierta, Gaspar Llamazares, uno de sus principales referentes, la actitud de Garzón tiene como objetivo la disolución de la federación en Podemos.

La relación con Podemos, en el fondo de la cuestión

"Este revisionismo de la Transición es tan desequilibrado como el elogio que se hace desde otros sectores", sostiene Llamazares en declaraciones a infoLibre. El líder de Izquierda Abierta denuncia que existe una "causa general contra el papel del PCE" en la Transición, y asegura que Garzón utiliza este discurso para sustentar una "estrategia adanista por la cual en el pasado todo fueron errores y, por eso, hay que demolerlo todo para construir el futuro".

"Que esto lo hagan desde dentro del PCE es lo que me deja estupefacto, porque desde fuera siempre intentaron minusvalorar el papel del PCE en la Transición", lamenta el dirigente, que argumenta que este "análisis" es meramente "instrumental". "Es el precio a pagar por una subordinación acrítica a la estrategia de Podemos, una especie de acto de contricción", denuncia Llamazares, que asegura que, además, es "el hermano mayor" –el partido morado– el que "controla los tiempos" de esta supuesta dilución de IU en sus postulados.

No obstante, el entorno de Garzón niega la mayor. El secretario general del Partido Comunista de Madrid (PCM), Álvaro Aguilera, sostiene que el PCE "decidió hace ya dos congresos romper con el régimen del 78" y con actuaciones en las que los comunistas colaboraron, como "los Pactos de la Moncloa", pero asegura que "eso, en ningún caso, supone juzgar lo que hicieron entonces" sus "camaradas". "Esto no es revisionismo ni juzgar la memoria de nadie", asevera Aguilera.

Por ello, y en esa línea, el secretario general del PCM asegura que los comunistas van a "mantener un perfil propio" y no a disolverse en Podemos. "Nosotros seguimos apostando por la confluencia y queremos construir un nuevo movimiento político y social que supere a IU, pero eso no implica una fusión con Podemos", sostiene Aguilera con el mismo discurso con el que Garzón ganó de manera rotunda la Asamblea Federal de IU el pasado mes de junio.

El líder de los comunistas en la Comunidad de Madrid sostiene además que el eje de su estrategia es "construir poder en la calle" y "donde hay conflictos", un discurso muy similar al que mantiene el sector más cercano al secretario general de Podemos, Pablo Iglesias.  Y es que, en los últimos tiempos, Iglesias se ha rodeado de un equipo de asesores que escucha con enorme atención el discurso de Manuel Monereo, diputado de Unidos Podemos e histórico exdirigente del PCE, partido con el que Íñigo Errejón mostró públicamente sus diferencias hace unas semanas en un momento en el que el partido morado tiene pendiente definir lo estrecho de sus lazos con IU.

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En el próximo congreso de Podemos –conocido como Vistalegre II–, la formación decidirá si estrecha su colaboración con IU y camina hacia la construcción de un "bloque histórico" con la federación y otras organizaciones –el proyecto que defiende Iglesias– o si, por el contrario, únicamente contempla un horizonte en el cual la colaboración sea meramente electoral y en el parlamento, pero sin avanzar hacia una unión más profunda –el planteamiento de Errejón–.

Por de pronto, el equipo de Iglesias registró hace semanas ante el Ministerio del Interior la marca Unidos Podemos como partido político, un movimiento que se suma al que realizó el PCE en abril, cuando decidió recuperar sus competencias electorales y de negociación con otras fuerzas políticas, que tenía cedidas a IU desde 1992. No obstante, tanto en Podemos como en la federación de izquierdas, todos los dirigentes rechazan públicamente que exista intención de fusionar ambas organizaciones.

"Yo no estoy de acuerdo en que desaparezcan IU y Podemos para construir un nuevo partido", declaraba hace unos días Iglesias en una entrevista en infoLibre, en la que sostenía que Garzón "tampoco quiere eso", sino que desea "que IU siga existiendo". Aguilera, por su parte, afirma que el PCE mantendrá "su perfil propio", y afirma que IU ha comenzado a hablar "con otras organizaciones y con movimientos sociales y sindicatos" para llevar a término su intención de superar la federación. "Apostamos por un modelo de coordinadora para aunar luchas y propuestas programáticas", sostiene el líder del PCM, sin concretar más detalles.

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