Doble atentado yihadista en Cataluña
Quién nombra y qué requisitos tienen que cumplir los imanes en España
Aunque la investigación sobre el doble atentado de Barcelona y Cambrils (Tarragona) sigue su curso, todo apunta a que Abdelbaki Es Satty, el imán de la mezquita de Ripoll, fue el cerebro de la célula terrorista que el pasado jueves asesinó en la Ciudad Condal y en el municipio tarraconense a quince personas e hirió a más de un centenar. Una sospecha que comparten tanto los Mossos d’Esquadra, que el pasado sábado registraron de arriba abajo la vivienda del líder religioso, como algunos familiares de los once jóvenes yihadistas que perpetraron los ataques. “Ojalá que el imán esté muerto y no haya más gente involucrada”, ha señaló ante las cámaras de televisión la hermana de Driss y Moussa Oukabir.
Según el presidente de la Comunidad Islámica Annour de Ripoll, Ali Assid, el presunto autor intelectual del doble ataque “se marchó” después de solicitar un periodo de vacaciones de tres meses que le fue denegado porque la congregación no podía “estar tanto tiempo” sin líder espiritual. El mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, por su parte, señaló este lunes que disponen de indicios “sólidos” de que el imán murió en la explosión del chalé de Alcanar (Tarragona), donde los terroristas almacenaron bombonas de gas y triperóxido de triacetona (TATP), un explosivo inestable.
Elegido por la Junta Directiva de cada comunidad
Abdelbaki Es Satty no es el único imán que ha saltado a la palestra en los últimos meses por adoctrinar o captar combatientes para grupos terroristas. El pasado mes de octubre, por ejemplo, la Guardia Civil detuvo en Ibiza a otros dos por intentar llevar a menores por el camino del salafismo radical. En marzo de este año, la Policía Nacional actuó del mismo modo en Benetússer (Valencia), donde arrestó a otro presunto adoctrinador y colaborador del Estado Islámico que llevaba varios meses ejerciendo como jefe espiritual en una mezquita de la localidad. Ante hechos de este tipo, que son excepcionales si se tiene en cuenta la enorme cantidad de centros de oración musulmanes, cabe preguntarse: ¿Cómo y en base a qué criterios se nombran en España a los imanes?
A finales de 2016 había en España oficialmente 1.508 lugares de culto musulmanes, según los datos del Observatorio del pluralismo religioso, centros de oración que pueden poner en marcha las comunidades islámicas de cada región, ciudad o barrio inscritas en el Registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia y que formen parte de la Comisión Islámica de España (CIE) o de alguna de sus federaciones adheridas. “El imán lo nombra la Junta Directiva de una comunidad, por lo que recae sobre ellos la responsabilidad. Durante un periodo de tiempo se le deja ejercer para ver la aceptabilidad de los miembros de dicha comunidad y, en caso de tener el visto bueno, se le nombra”, explica en conversación telefónica con infoLibre Riay Tatary, presidente de la CIE.
Sin formación académica en España
El líder espiritual que se ponga al frente de una mezquita debe ser una persona "justa y honesta" con "conocimientos sobre el Corán", señala Mustafá, imán que forma parte de la organización Junta Islámica. Pero, ¿es necesaria formación académica? En este sentido, Mohamed Azahaf, mediador intercultural y experto en prevención de extremismos, señala que en España no existe “una titulación como tal”: “En la UNED hubo hace años un intento que, sin embargo, no llegó a funcionar”, explica. Con el objetivo de poner fin a esta laguna, la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (FEERI) lleva desde 2013 organizando cursos para formar imanes. Dos años y medio de clases y un examen final serán los requisitos necesarios para obtener el certificado.
En este sentido, Tatary asegura que la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE), organización que también dirige, ha solicitado a las diferentes comunidades que pidan a los futuros imanes que vayan a designar “un certificado de formación” que acredite que está perfectamente preparado para ejercer como líder espiritual en su mezquita. “Este título puede conseguirse de manera tradicional, a través de los Consejos Científicos, o por la vía universitaria cursando una carrera de especialidades islámicas”, sostiene el presidente de la Comisión Islámica, que reconoce, sin embargo, que no todas las comunidades están exigiendo estos certificados antes del nombramiento.
En este sentido, Tatary también reconoce que esta formación requerida sólo se puede conseguir actualmente “fuera de España”. En lugares como Egipto, Marruecos o Arabia Saudí, cuna del wahabismo –junto con el salafismo, corriente fundamentalista del Islam suní–. Por eso, en caso de que una comunidad esté interesada en un imán con mayores conocimientos en la materia, lo busca fuera. “La mayoría de los que vienen de otros países son de Marruecos, Argelia y, últimamente, Senegal. De Arabia Saudí vienen algunos porque dan becas para una universidad en Medina, pero son pocos en comparación con el resto de lugares”, asegura el imán.
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¿Con sueldo?
El líder religioso, además, puede cobrar un sueldo mensual por sus labores en la mezquita: “Por la oratoria y por la enseñanza a los más pequeños del árabe y el Corán”, detalla el presidente de la Comisión Islámica de España. "Aunque tradicionalmente no era así, hoy en día todo ha cambiado”, explica el imán Mustafá. Sin embargo, el miembro de la Junta Islámica deja claro que no es una práctica instaurada en todos y cada uno de los centros de oración. Depende de la comunidad que abre la mezquita, de la potencia económica… “No es lo mismo la que pueda haber en la Cañada Real, con un nivel de paro importante, que la del barrio madrileño de Fuencarral, donde las aportaciones económicas son más importantes”, completa Azahaf.
Son estas diferencias, sostiene el experto en prevención de extremismos, las que determinan que en un centro de oración “donde apenas hay recursos” se pueda colar “algún desgraciado”. “Es más difícil, aunque no imposible, que consiga colarse en una comunidad que está bien económicamente que en una con problemas económicos”, afirma el experto. En este sentido, Azahaf pide al Ministerio de Justicia que ayude a conseguir una equidad entre todos estos centros. Y, con el objetivo de mejorar el control sobre los imanes, pide a Justicia e Interior un mayor feedback con las comunidades musulmanas que ayude a frenar mensajes radicales: “Que informen a una comunidad, por ejemplo, sobre los antecedentes penales, en caso de que los tenga, del imán que ha propuesto para dirigir la mezquita”.