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Reforma electoral

Podemos propone una reforma de la ley electoral que perjudicaría al PP y beneficiaría a Ciudadanos

Pablo Iglesias, este miércoles en el Congreso.

Podemos presentó este miércoles su propuesta para reformar la ley electoral de cara a la reunión que mantendrá este jueves con Ciudadanos para comenzar formalmente la negociación sobre este asunto. La iniciativa del partido morado –que mantendría la circunscripción provincial– pasa, fundamentalmente, por cambiar el sistema de reparto D'Hondt por el Sainte-Laguë, de corte más proporcional. Con los resultados de las últimas elecciones en la mano, el partido más perjudicado por la norma de Podemos sería el PP, que pasaría de 137 a 122 escaños, mientras Ciudadanos –la formación más beneficiada por el proyecto– conseguiría 44 actas por las 32 que tiene ahora.

Fue el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, el encargado de encabezar el grupo que presentó la propuesta que este mismo jueves llevará Unidos Podemos a su reunión con los representantes de Ciudadanos. La intención del modelo diseñado por la coalición es la de aumentar la proporcionalidad de la ley electoral, es decir, tratar de que el porcentaje de votos obtenido por cada partido en las elecciones termine traduciéndose en un porcentaje más o menos igual de escaños en el Congreso. El diseño actual de la ley prima la concentración del voto, lo que ha fomentado durante años el bipartidismo e, incluso cuando éste quedó superado, ha beneficiado al PP como partido más votado.

Tal y como expone Podemos, si se toman como referencia las últimas elecciones, el PP obtuvo el 33% de los votos, pero sus 137 diputados se corresponden con el 39,1% de los 350 escaños del Congreso: seis puntos más de los que le corresponderían en un sistema proporcional perfecto. El PSOE y Unidos Podemos, por el contrario, vieron sus resultados reflejados con bastante exactitud en el reparto de actas: los socialistas consiguieron el 22,7% de los votos y el 24,3% de los escaños (un total de 85), mientras la coalición morada vio como su 21,1% de los votos se traducía en 71 diputados, el 20,3% de la Cámara baja. El partido más perjudicado de los cuatro grandes fue Ciudadanos, que consiguió un 13,1% de los votos y tan sólo el 9,1% de los escaños (32).

Tradicionalmente, se ha culpado de esta desproporción a dos características del sistema electoral español: la circunscripción provincial –es decir, que los ciudadanos únicamente escogen a los diputados de su provincia– y el uso de la ley D'Hondt para repartir los escaños. No obstante, al estar la circunscripción provincial recogida en la Constitución, modificar los distritos electorales requeriría una reforma de la Carta Magna que Podemos asume que, ahora mismo, está bloqueada. Y, por ello, su propuesta se centra en cambiar D'Hondt por Sainte-Laguë, algo que sólo requeriría la mayoría absoluta necesaria para enmendar la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (LOREG).

Con este segundo método de reparto –"una fórmula usada en países como Alemania, Suecia o Dinamarca", recuerda el partido–, se conseguiría una traducción a escaños más fiel del porcentaje de voto. Con los resultados de las últimas elecciones, el PP pasaría de 137 a 122 diputados (el 34,9% de los parlamentarios con el 33% de los votos); el PSOE tendría 84 actas (el 24% de ellas con el 22,7% del voto); los 71 sillones de Unidos Podemos pasarían a ser 77 (el 22% del total con el 21,1% de los sufragios); y Ciudadanos pasaría de sus 32 diputados a 44 (el 11,6% del Congreso con el 13,1% del voto).

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Listas cremallera y voto a los 16 años

Además, Podemos propone otra serie de modificaciones en la ley electoral que no implicarían un cambio en el reparto de escaños, pero sí en la composición de las listas o el censo. La propuesta establece que la edad mínima para ejercer el derecho al voto pasaría de los 18 a los 16 años, lo que según el partido beneficiaría a "casi un millón de personas que tienen un sentido formado de los asuntos públicos y que tienen derechos y obligaciones comparables a los de las personas adultas". Además, la nueva ley electoral establecería la obligatoriedad de celebrar dos debates preelectorales entre los candidatos y también impondría la obligación de enviar conjuntamente las papeletas de todos los partidos por correo en lugar de que cada formación lo haga por su cuenta, para ahorrar gasto público.

En materia de igualdad, la propuesta de Podemos busca dar una vuelta de tuerca al sistema actual, que establece que en las listas electorales ninguno de los dos sexos puede copar más del 60% de cada tramo de cinco puestos. El partido morado plantea la necesidad de implantar un modelo de "cremallera", por el cual se alternen hombres y mujeres en la lista. "La cremallera sólo se romperá si es para beneficiar a las mujeres. Dicho de otro modo, detrás de un hombre siempre deberá haber una mujer, pero detrás de una mujer no tiene necesariamente por qué haber un hombre", explica la formación.

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