Mensaje de Navidad del rey
Felipe VI reivindica la "convivencia" entre españoles y asegura que su defensa "exige el respeto a la Constitución"
La "convivencia" es el mayor logro de los 40 años de democracia, y para defenderla es imprescindible respetar la Constitución. Ese fue el argumento principal del tradicional discurso de Nochebuena ofrecido este lunes por el rey Felipe VI, que se dirigió a los ciudadanos por cuarto año desde que fue coronado para asegurar que la Carta Magna —que este año cumplió su 40 aniversario— "no es una realidad inerte, sino una realidad viva que ampara, protege y tutela nuestros derechos y libertades". A diferencia del año pasado, el rey no mencionó expresamente a Cataluña en su discurso, si bien la crisis territorial estuvo bien presente en el mismo.
Después de tres años consecutivos dedicando su discurso de Navidad a Cataluña, Felipe VI rebajó este año el tono y no hizo mención directa a la comunidad en su alocución. No obstante, sus referencias a la importancia de respetar la Constitución y las leyes y los logros y avances conseguidos por España desde la vuelta de la democracia estuvieron inevitablemente ligadas a la crisis territorial que vive España, ante la que el rey insistió en poner en valor una "convivencia" que, aseguró, es "la obra más valiosa de nuestra democracia y el mejor legado que podemos confiar a las generaciones más jóvenes".
Y es que la principal diferencia con la línea discursiva del año pasado no estuvo tanto en el contenido como en la actitud. Si en 2017 el rey se dirigió directamente a los entonces recién elegidos diputados del Parlament de Cataluña para exigirles "afrontar los problemas que afectan a todos los catalanes", respetar "la pluralidad" y no tomar una vía que condujera "de nuevo al enfrentamiento o a la exclusión", en 2018 las palabras de Felipe VI en defensa de la legalidad no tuvieron un destinatario concreto. Pero sí insistieron en la necesidad de preservar "la convivencia", a la que apeló hasta siete veces durante su discurso y que definió como "el mayor patrimonio que tenemos los españoles". Lo hace en un momento en que está a punto de iniciarse el juicio contra los líderes independentistas encarcelados por los sucesos ocurridos en Cataluña hace un año y con el partido ultraderechista Vox en pleno auge tras el éxito electoral que cosechó en las recientes elecciones autonómicas de Andalucía.
"Hoy, que vivimos en una democracia asentada y que compartimos unos mismos principios y valores con otras democracias de nuestro entorno, es imprescindible que aseguremos en todo momento nuestra convivencia. Una convivencia que se basa en la consideración y en el respeto a las personas, a las ideas y a los derechos de los demás, que requiere que cuidemos y reforcemos los profundos vínculos que nos unen y que siempre nos deben unir a todos los españoles", planteó el monarca, que alertó de lo "frágil" que es esa tolerancia mutua.
El rey exige respetar la Constitución
Esa convivencia "es incompatible con el rencor y el resentimiento, porque estas actitudes forman parte de nuestra peor historia y no debemos permitir que renazcan", señaló igualmente Felipe VI en un momento en el que la crisis catalana ha servido como detonante para el ascenso de la extrema derecha de Vox. "Lo que debemos hacer hoy es todo lo que esté en nuestras manos para que esos principios" de "democracia y libertad" en España "no se pierdan ni se olviden" y "para que las reglas que son de todos sean respetadas por todos", insistió.
Quizá la referencia más clara a la situación en Cataluña en el discurso de Felipe VI fue la advertencia de que "la superación de los grandes problemas y de las injusticias nunca puede nacer de la división, ni mucho menos del enfrentamiento, sino del acuerdo y de la unión ante los desafíos y las dificultades", algo que "exige el respeto a nuestra Constitución". Pero estuvo lejos, en cualquier caso, del año pasado, cuando el rey advirtió expresamente de que la Carta Magna permite a cada ciudadano "pensar, defender y contrastar, libre y democráticamente, sus opiniones y sus ideas; pero no imponer las ideas propias frente a los derechos de los demás".
Y en este sentido, Felipe VI puso como ejemplo de manera de superar los desencuentros a la transición en su 40 aniversario. "Quienes vivieron aquellos años saben bien que, si hay algo que los define, fue el valor de trabajar juntos y unidos pensando en nuestro país y en su futuro; fue la voluntad de los españoles de entenderse y la de los líderes políticos, económicos y sociales de llegar a acuerdos, a pesar de estar muy distanciados por sus ideas y sentimientos", relató el rey, que planteó que "de ese éxito nos hemos beneficiado las siguientes generaciones".
"Una deuda pendiente" con la juventud
A quien sí se dirigió directamente Felipe VI fue a los jóvenes, a quienes dedicó la parte más social de su discurso y a los que planteó que sus mayores deben hacer "partícipes de ese período de nuestra historia, de ese camino que permite entender por qué y cómo España ha conseguido el cambio más radical de su historia; por qué y cómo ha avanzado y prosperado tanto nuestra sociedad desde entonces".
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"Yo creo que eso es necesario, sí; pero también creo que no es suficiente, porque como sociedad tenemos una deuda pendiente con nuestros jóvenes. Somos responsables de su futuro y las circunstancias de hoy en día no son, ni mucho menos, las más fáciles", lamentó el monarca, que aseguró que es tarea de toda la sociedad ayudar a la juventud a "construir un proyecto de vida personal y profesional, con un trabajo y un salario dignos, a tener un lugar adecuado donde vivir", y "a formar una familia y poder conciliar con la vida laboral".
Los jóvenes "tenéis talento, creéis en la paz, estáis abiertos al mundo porque sois y os sentís europeos, sois solidarios, estáis comprometidos con las causas sociales, con la lucha contra el cambio climático y la defensa del medio ambiente. Queréis vivir y convivir, pero tenéis problemas serios", afirmó Felipe VI, que destacó lo "muy difícil" que es "encontrar trabajo sin una adecuada formación". "Muchos la tenéis, pero a veces os veis obligados a ocupar un puesto de trabajo que no es para el que os habéis preparado o que no responde a vuestras expectativas [...] Nuestra responsabilidad, la de toda nuestra sociedad, es que vuestra capacidad, vuestra motivación, vuestra ilusión y esfuerzo, venzan a las dificultades", señaló.
Al inicio de su discurso, el rey también hizo una breve referencia a los problemas relacionados con "la economía y el paro o la educación", así como a la "corrupción" o "el terrorismo", y asimismo llamó la atención sobre la lacra de la violencia machista, "de tan triste actualidad y que merece siempre nuestra repulsa y condena más enérgica y el empeño de toda la sociedad para erradicarla de nuestra vida". Y, como lleva haciendo desde el comienzo de su reinado, se despidió deseando felices fiestas en los cuatro idiomas cooficiales de España.