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Detrás de la historia

El cardenal Mendoza: el valido de los Reyes Católicos que impulsó la instauración de la Inquisición

Estatua del cardenal Mendoza ante el Palacio del Infantado (Guadalajara).

José Carlos Huerta

El 1 de noviembre de 1478, la bula Exigit sincerae devotionis del papa Sixto IV autorizaba a los Reyes Católicos a establecer un tribunal eclesiástico para "luchar contra la herejía": nacía así la Inquisición, uno de los principales éxitos del cardenal Mendoza, conocido como "el tercer rey de España" en la Corte de Isabel y Fernando

Pedro González de Mendoza (1428-1495) fue en un primer momento obispo de Calahorra, después de Sigüenza, arzobispo de Sevilla y posteriormente de Toledo, el cargo más importante de la Iglesia española de la época. Pertenecía a la familia noble de los Mendoza, aristócratas castellanos con sede en el área de Guadalajara. Pedro fue el quinto hijo de su padre, por lo que desde su nacimiento su familia lo enfocó a la carrera eclesiástica.

La familia de Mendoza comenzó su encumbramiento antes de que el futuro cardenal se acercara al poder. Partícipes de la Reconquista, apoyaron a la dinastía Trastámara en su carrera hacia la corona un siglo antes de los Reyes Católicos, y algunos de la dinastía se mantuvieron cercanos a Enrique IV, como Beltrán de la Cueva o Diego Hurtado de Mendoza.

El eclesiástico estudió en la Universidad de Salamanca y después ejerció como capellán de la Corte para Juan II, padre de Enrique IV y de Isabel I. Tras la muerte del monarca en 1453, recibió su primer obispado —el de Calahorra— y comenzó a escalar puestos sirviéndose de la posición de su familia en la Corte.

Ambición y cambio de bando

Con Enrique IV, el cardenal Mendoza comienza su ascenso al poder y, tras la muerte de su padre, queda como líder de la familia. El reparto de cargos entre sus familiares y el apoyo al monarca frente a sus detractores en la nobleza serían la tónica general de la política de Mendoza. Así fue como ascendió Beltrán de la Cueva, hermano suyo, tras el nombramiento de Mendoza como miembro del Consejo Real.

 

Retablo del cardenal Mendoza rodeado de obispos, por Juan Rodríguez de Segovia (1484).

El conflicto sucesorio entre Enrique IV e Isabel I debido a la presunta ilegitimidad de la hija del monarca, Juana la Beltranejala Beltraneja —llamada así porque se decía que su verdadero padre era Beltrán de la Cueva— puso de manifiesto que el cardenal se guiaba por la ambición más que por la lealtad. Durante años, Mendoza y su familia habían apoyado a Juana, pero cuando Enrique IV cede los derechos de sucesión a Isabel en 1469, no dudan en pasarse al bando vencedor. En 1473 el papa Sixto IV nombra a Mendoza cardenal y Enrique IV le da el título de Cardenal de España.

En la Corte de Isabel y Fernando, el ya cardenal Mendoza actúa como principal valido de la reina. Es por esto que ha pasado a la historia con el sobrenombre de "tercer rey de España". Además, el religioso tenía una gran influencia en el papado, por lo que actuaba como interlocutor entre los reyes y Roma y era quien tomaba las decisiones en materia religiosa.

La "lucha contra la herejía"

Así, en 1478 la corona pide al papado la bula para establecer la Inquisición, y con Mendoza al frente de la política religiosa, se crea la institución. Se establece un inquisidor general en Castilla y otro en Aragón, aunque ambos cargos quedarán en manos del tristemente célebre Tomás de Torquemada. El cardenal Mendoza apoyó la política real de mano dura con los judíos y los conversos, y así se llegó a la expulsión de estos en 1492, tras años de asaltos a las juderías y hogueras inquisitoriales. 

 

El Tribunal de la Inquisición, cuadro de Goya (entre 1812 y 1819).

Entretanto, la ambición del cardenal sigue prosperando: es nombrado arzobispo de Toledo en 1482 y obtiene la condición de primado de España, líder de la Iglesia en nuestro país. En 1492, fue Mendoza el que presionó a Isabel para que aceptara a un fraile como su confesor, el futuro cardenal Cisneros, que sería su sucesor como "monarca en la sombra" años después.

La intolerancia religiosa de Mendoza no se limita a la Inquisición y la expulsión de los judíos, sino que su familia impulsó la lucha contra el reino nazarí de Granada. De hecho, Mendoza fue el prrimer líder eclesiástico que entró en la Alhambra tras la rendición musulmana en 1492.

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En 1495 moría el cardenal en Guadalajara, dejando tres hijos reconocidos como legítimos con dos mujeres distintas, y fue enterrado en la catedral de Toledo. 

Mendoza ha aparecido como personaje secundario en dos series históricas de TVE: en Águila Roja, donde lo interpretó José Ángel Egido, y en Isabel, interpretado por Andrés Herrera.

 

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