A la mierda con la autoestima Luis García Montero

Si Darwin levantara la cabeza y se pusiera al día de la Humanidad, volvería a su tumba y la cavaría aún más profunda. Charles se daría cuenta de que su teoría de la evolución de las especies, que le hizo inmortal, está hecha pedazos: El hombre no proviene del mono, el hombre deviene en mono.
Los organismos más simples están ganando la partida por goleada a los más complejos. Los más incompetentes, los menos aptos, los menos preparados han tomado el poder sin ningún pudor y casi sin ninguna resistencia. Poder sin pudor.
Estamos sumidos en plena involución.
No tenemos que viajar muy lejos para comprobarlo.
En Valencia, el inútil del colegio, el vago, el que nunca ayuda en los trabajos de grupo, el que se escaquea cuando hay que estar, se acaba de juntar con los macarras de la clase para poder seguir siendo el delegado de la clase. Más bocadillos de los compañeros más débiles para poder repartirse como pillaje.
En Madrid, otra ilustre representante del club de la involución, Isabel Díaz Ayuso, dejó morir a 7291 ancianos sufriendo en sus residencias en vez de trasladarlos a hospitales para que tuvieran una muerte con cuidados paliativos. Una infamia que nunca debería haber dejado de ser noticia y que ha vuelto a las portadas de los medios de comunicación después de la espectacular acogida de la emisión del documental ‘7291’, dirigido por Juanjo Castro, en nuestra televisión pública.
No descarto que siga esta deriva y en un futuro lejano en Madrid, cuando nazcan niños débiles, enfermos o deformes, que no tengan progenitores con una cuenta corriente tan larga como sus apellidos, se firme un protocolo de la vergüenza punto dos para poderlos lanzar desde lo alto del viaducto de Madrid.
Una medida que contaría, por supuesto, con portadas laudatorias en su prensa mamandúrrica, entrevistas con final feliz en las televisiones afines y loas de Templarios de Hacendado y víctimas del fracaso escolar en la red social ahora conocida con una X, cada vez más cerca de la esvástica.
La derecha y la ultraderecha, valga la redundancia, han perdido ya cualquier atisbo de humanidad, de decencia, de vergüenza, de empatía o de respeto por los derechos y obligaciones con los que nos hemos dotado entre todos para poder vivir en sociedad.
Son unos niños salvajes que sólo entienden la ley de la selva.
Esta teoría de la involución partiendo de la nada está alcanzando sus más altas cotas de la miseria en los Estados Unidos de Trump-Musk o en la Argentina de Milei, donde cada noticia que nos llega es más aterradora
Una involución que, por supuesto, no es en absoluto ajena al mundo de la cultura.
Sin salir, una vez más, de nuestra Españita:
Ha sido noticia estos días que una obra de teatro que se estrenó apenas hace unos 2500 años, 'Lisístrata' de Aristófanes, fue suspendida a los cinco minutos por María del Carmen Muñoz, concejala de Igualdad en Linares, del PP, por considerar su contenido “inadecuado” para el público asistente a la obra. Como decía el clásico sketch de los siempre certeros y visionarios Monty Python: “Nobody expects the Spanish Inquisition!” (Nadie espera a la Inquisición Española).
La obra se representaba con motivo del Día Internacional de la Mujer y el público al principio pensó que esta acción de la concejala talibana era una performance que formaba parte del espectáculo. Sólo le faltó, después de suspender la obra, acusar a Aristófanes de woke.
¡Berlanga vive, la lucha sigue!
Recordemos que la obra 'Lisístrata' —la que disuelve los ejércitos—es un clásico del teatro griego en el que se habla de una huelga sexual hecha por las mujeres griegas, hartas de que sus maridos las dejen solas engendrando hijos mientras ellos están guerreando lejos de casa. Una huelga de abstinencia sexual que acaba consiguiendo su propósito, la paz, y que sus maridos acaben por ceder y por elegir hacer el amor y no la guerra.
Una obra más actual que nunca aunque se representara por primera vez allá por el 411 A.C.
A.C., Antes de Cristo, curiosamente las mismas siglas de otros censores de nuestros días: A.C., Abogados Cristianos.
Esta teoría de la involución partiendo de la nada está alcanzando sus más altas cotas de la miseria en los Estados Unidos de Trump-Musk o en la Argentina de Milei, donde cada noticia que nos llega es más aterradora, retrógrada, preocupante y surrealista que la anterior.
El gobierno de Trump está tomando la justicia por su mano desobedeciendo a los jueces que osan poner en duda sus medidas poco democráticas, y su política de aranceles con el resto del mundo está desatando otra vez la fiebre del oro. La vuelta a los tiempos del Salvaje Oeste.
Series como ‘El cuento de la criada’, ‘Black Mirror’ o ‘Years and years’ están pasando de ser distopías futuristas a series costumbristas; crónicas de la muerte de una sociedad anunciadas.
Tenemos que empezar a tener claro que si no hacemos una revolución, la involución acabará adelantando por la derecha, nunca mejor dicho, a la evolución.
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