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Periodista Goytisolo

Un periodista recibe esta semana el Premio Cervantes en la Universidad de Alcalá. ¿Un periodista? Sí, permítanme que les recuerde que, amén de novelista, poeta y ensayista, Juan Goytisolo también puede ser considerado un periodista. Lleva décadas publicando con asiduidad en el diario, El País, y no sólo artículos de opinión, también crónicas y reportajes.

Goytisolo jamás ha vivido en una torre de marfil. Incluso en su casa de la Medina de Marrakech, siempre ha seguido la actualidad política, social y cultural española e internacional. Me consta: lo trato desde los años 1980. No necesita la televisión o Internet para estar al corriente. En la mesa de su salón-comedor hay desplegados periódicos de papel en castellano, francés e inglés. Los amigos le cuentan las novedades por teléfono o en la mesa de un café.

En una conversación con Goytisolo no tardan en salir a relucir las últimas noticias relevantes. Siempre las comenta desde un punto de vista propio. Es un punto de vista nada afecto a razas, patrias y religiones, sesgado más bien a favor de la gente del común y de sus batallas por un poco más de libertad y justicia. Suele teñir con humor ese punto de vista.

Como articulista en un periódico, y como firmante de manifiestos por distintas causas, Goytisolo entronca con la tradición del escritor comprometido con su tiempo, eso que suele llamarse un "intelectual". Quizá el primero de los contemporáneos fuera Voltaire, cuando tomó su pluma para denunciar la atrocidad del affaire Calas. Aún no se había producido el estallido de la Prensa y Voltaire tuvo que expresar su indignación a través de las decenas de cartas que envió a sus conocidos... y de un libro capital, el Tratado sobre la tolerancia.

Detalle de las manos de Juan Goytisolo. EFE

El Zola que publicó su J´acusse en el diario L'Aurore es, sin duda, el ejemplo más célebre de esta figura del intelectual. Zola denunció con detalle las iniquidades del affaire Dreyfus sabiendo que esto le valdría un juicio y una condena. En el siglo XX, Camus, entre otros, seguiría esa tradición de tomar partido aún a costa de perder popularidad y lectores.

En muchos de los debates internacionales del último medio siglo –la URSS, el castrismo, el FLN, el Sáhara...–, Goytisolo ha nadado contra la corriente mayoritaria en el seno de la izquierda. En esto está más emparentado con Camus que con Sartre.

Pero, ya lo adelanté, Goytisolo también ha sido reportero. Andaba por los sesenta años de edad cuando fue enviado especial de El País a varias de las guerras de los años 1990. En Bosnia, Argelia, Palestina y Chechenia se sumó a la tribu de los corresponsales, vivió en sus hoteles, viajó con ellos hasta los lugares más calientes y con ellos charló con los protagonistas de las tragedias. Quería tener un "conocimiento directo" de la realidad, como el que tiene un periodista, explicó El resultado fueron cuatro magníficas series de reportajes publicadas primero en papel de periódico y luego de libro: Cuaderno de Sarajevo, Argelia en el vendaval, Ni guerra ni paz y Paisajes de guerra con Chechenia al fondo.

También en esta materia, Goytisolo tenía ilustres predecesores. Hemingway, Camus, Truman Capote, Norman Mailer, García Márquez y otros practicaron el reporterismo en algunos momentos de sus carreras literarias.

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El que Goytisolo se dedicara con más de sesenta años a hacer de corresponsal de guerra encaja perfectamente en su biografía. Había hecho algo semejante en su juventud, en pleno franquismo, con Campos de Nijar y La Chanca, los libros en los que narró sus andanzas por las entonces míseras tierras almerienses. Uno puede catalogar esas obras como literatura de viajes, documento social o reportaje periodístico, qué mas da. Son, en cualquier caso, buena prosa de no ficción. Como la de sus libros autobiográficos, empezando por "Coto vedado", del que él mismo dijo: "No es una confesión, es sólo un libre examen de conciencia".

El octogenario que esta semana recibe el Premio Cervantes es un trotamundos. La calle le fascina tanto como la biblioteca, y entre ambas ha ido construyendo su vida. Entre 1987 y 1991, también practicó el documental televisivo. Fue el autor de dos series de TVE sobre el mundo árabe y musulmán. Las llamó Alquibla, y desde El Cairo o Estambul, volvió a expresar su defensa de un laicismo democrático y cosmopolita que no satanice a ninguna cultura y ninguna espiritualidad.

Periodista es aquel que ejerce el periodismo. Goytisolo también ha sido, y es, periodista. Siempre he lamentado que nuestro oficio no se tome más en serio la lección que nos transmiten él y autores como los que acabo de citar: contar la verdad no está reñido con escribir bien. Al contrario, la buena escritura multiplica la potencia de la verdad periodística.

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