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Empresas investigadas por financiar al PP son ahora las grandes beneficiadas en la reconstrucción tras la dana

¿Para qué trajo Ayuso a Milei? Para que dijera lo que aquí, de momento, no se atreve a decir ni ella

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Hay una posibilidad inquietante para explicar la esperpéntica visita de Javier Milei a Madrid: que Díaz Ayuso lo trajera para que dijese las cosas que ni ella se atreve a decir, por ahora. Sin embargo, que no lo diga es una cosa, que no lo piense es otra y la tercera es que si uno se remite a los hechos, los discursos de uno y la otra se parecen y los actos que llevan a cabo se parecen más todavía. El neoliberalismo, o la deformación y radicalización de esa doctrina que impone la ultraderecha, ya era un poco eso, su fin último pasaba por demoler el Estado de Derecho tal y como lo conocemos, echar abajo o reducir a la mínima expresión los servicios públicos, favorecer las privatizaciones y llegar a un modelo en el que cada persona sólo pueda tener aquello que se pueda pagar, incluidas la Sanidad o la Educación. Por supuesto, el concepto, por lo visto comunista, de la igualdad les da risa. El resultado, ya lo sabemos: si viene una pandemia y estás en una residencia de pago, te salvas; si estás en una de la Comunidad de Madrid, te encierran en tu habitación, no te proporcionan asistencia médica y te vas de este mundo a solas y con el muerto de al lado como horizonte. Es de una crueldad que provoca escalofríos.

“Cuando el fascismo regrese lo hará en nombre de la libertad”, dijo el escritor Thomas Mann en 1940. Con sus arengas disparatadas, los Milei sin ley y las Ayuso de este mundo pretenden engañar a quien les aplaude, mientras le ciegan con el brillo letárgico de las medallas que se ponen unos a otros, y mientras la gente les oye gritar la palabra libertad subidos al estrado, ellos van apilando dinero y, si les pilla la malvada Prensa que no tengan a sueldo, pues hacen lo que la Renfe con sus demoras: ¿que los trenes llegan tarde? Pues se suprimen las devoluciones por los retrasos y listo. ¿Que los medios de comunicación han encontrado documentación comprometedora para el novio de la presidencia en la base de datos urbanística del Ayuntamiento de Madrid? Pues desaparecen de ella esos papeles y se impide que se puedan descargar. Es como cuando la antigua lideresa del PP en la capital, Esperanza Aguirre, fue a un colegio, alguien, mal hecho, le tiró una tartera y ella dijo: “¡Que se prohíba ir a clase con tuppers!”

Los Milei, las Ayuso, los Trump, los Bolsonaro, las Meloni y Le Pen con que nos castiga este siglo XXI son personajes llegados a la política y a las instituciones que la representan para desacreditarlas y a continuación sacar partido del hartazgo de las y los ciudadanos, lo mismo que las familias y allegados de algunas de ellas lograron grandes beneficios gracias al covid-19: el muerto al hoyo y el vivales al banco. Ya lo dijo el propio Milei, no se sabe si porque no sabía adónde venía ni quién le invitaba o porque se dio el gusto de mentar la soga en casa del ahorcado: “Se dice que las manos de los políticos son porosas, pero a veces no es la o el político sino el hermano o el novio…”

Los Milei, las Ayuso, los Trump, los Bolsonaro, las Meloni y Le Pen con que nos castiga este siglo XXI son personajes llegados a la política y a las instituciones que la representan para desacreditarlas y a continuación sacar partido del hartazgo de las y los ciudadanos, lo mismo que las familias y allegados de algunas de ellas lograron grandes beneficios gracias al covid-19

Pues a este novio se le complica el asunto, porque la acusación popular, encabezada por el PSOE y Más Madrid, solicitó un aplazamiento de su declaración para revisar nuevos datos que, según ellos, muestran indicios de que podrían haberse cometido presuntamente más irregularidades. Veremos en qué queda todo esto y qué dictamina la Justicia. Igual es para eso para lo que se han traído a Milei sin ley: para que se hable de otra cosa. Pan y circo.

La ultraderecha es así y es eso, payasa por un lado y temible por el otro. El presidente del Parlamento de Baleares arranca y parte en pedazos la foto de una víctima del franquismo, una joven de veintiséis años secuestrada, torturada y violada por los golpistas, porque a esos energúmenos lo que les molesta de la memoria democrática son las dos cosas: que no haya olvido y que haya urnas, ellos son más de sublevaciones y dictaduras. Pero mientras no tengan más remedio que atenerse a lo que tenemos, harán todo lo que puedan con su técnica de caballo de Troya o de termita común: devorar desde dentro los organismos en los que no creen. En Zamora se suspenderán las consultas de oncología este verano, porque el desmantelamiento de la Sanidad pública es de tal envergadura que durante esos meses estivales habrá dos especialistas en el cáncer para toda la población de la provincia. Hay pacientes con revisiones pautadas cada seis meses que llevan un año sin ver a un doctor y se les ha anulado la cita. Garrido y Mañueco, el poli malo y el poli bueno, salen muy sonrientes en todas las fotos.

Y en la capital, la financiación de la que presume Ayuso hace que se ingresen cada año seis mil millones de euros menos en base a unas rebajas fiscales que sólo benefician a un cinco por ciento de la población. Blanco y en botella.

Hay una posibilidad inquietante para explicar la esperpéntica visita de Javier Milei a Madrid: que Díaz Ayuso lo trajera para que dijese las cosas que ni ella se atreve a decir, por ahora. Sin embargo, que no lo diga es una cosa, que no lo piense es otra y la tercera es que si uno se remite a los hechos, los discursos de uno y la otra se parecen y los actos que llevan a cabo se parecen más todavía. El neoliberalismo, o la deformación y radicalización de esa doctrina que impone la ultraderecha, ya era un poco eso, su fin último pasaba por demoler el Estado de Derecho tal y como lo conocemos, echar abajo o reducir a la mínima expresión los servicios públicos, favorecer las privatizaciones y llegar a un modelo en el que cada persona sólo pueda tener aquello que se pueda pagar, incluidas la Sanidad o la Educación. Por supuesto, el concepto, por lo visto comunista, de la igualdad les da risa. El resultado, ya lo sabemos: si viene una pandemia y estás en una residencia de pago, te salvas; si estás en una de la Comunidad de Madrid, te encierran en tu habitación, no te proporcionan asistencia médica y te vas de este mundo a solas y con el muerto de al lado como horizonte. Es de una crueldad que provoca escalofríos.

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