Reforma fiscal y el virtuosismo parlamentario Pilar Velasco
Ayuso y el ultranacionalismo de Lamborghini
Para Isabel Díaz Ayuso lo rentable es incendiar. Leer la mayoría absoluta del PP de Madrid en clave ultranacionalista, frentista e identitaria contra todos los demás. Apostar por las formas del trumpismo con letra de Javier Milei. La presidenta madrileña ha elegido el aniversario de la Diada para lanzar un mensaje de tintes xenófobos, clasista y a la vez ilegible. En lugar de felicitar a los catalanes –como se hace el día de Andalucía o de Asturias con andaluces o asturianos– en la Diada más importante de los últimos años, sin liderazgo independentista, bajo el ‘Cataluña no se va, vuelve’ de Salvador Illa, Ayuso se ha descolgado con un ataque directo y gratuito a los nacionalistas, algo así como el 35% de los catalanes que votaron en las elecciones de mayo: “Lo que quieren es que los españoles seamos su mano de obra”.
De la autora del “Madrid es España, dentro de España”, llega en la festividad catalana el envite sin matices a “nacionalistas” y a todo catalán que no haya votado al PP. Esos que tienen una manera “burguesa y presuntuosa” de creerse “más que nadie”, por encima de “todos los españoles, que son de segunda”, ha dicho en EsRadio. Y lo dice desde la comunidad donde también nació Vox, su elegido ex socio de gobierno –lo cambió por Ciudadanos–, y su herencia posfranquista que pide eliminar las autonomías y colocar a Madrid en el centro sistémico.
"Esa gente" pretende crear un negociado del agrario –a saber a qué se refiere–, y el “a mí me lo pagáis todo porque sí”. Y es que “así nos trataron siempre”. La embestida tiene truco. A Ayuso le molesta “tener que pedirles perdón a los ricos de Cataluña porque los importantes no son los ricos de Madrid”. No les importan los pobres de Murcia, dice la presidenta que ha traducido la libertad por sinónimo de neoliberal. Los pobres de Murcia, dice la presidenta que recurrió al Constitucional el impuesto a las grandes fortunas.
Ayuso, la versión dura del PP nacional, no reivindica la igualdad en la inversión en colegios y hospitales, que por cierto Madrid no lidera. Defiende las fortunas madrileñas frente a las catalanas
"Los ricos de Cataluña", insiste la artífice de las becas para familias que ganan más de 100.000 euros en una comunidad con una tasa de pobreza del 23% en menores de 18 años, según el último informe AROPE. Las denuncias de la oposición van en la misma línea. Según el socialista Juan Lobato, los regalos fiscales para grandes fortunas por unos mil millones de euros. El ahorro no ha servido para nada porque sigue habiendo un millón de madrileños en listas de espera, 33.000 jóvenes sin FP. La condonación al impuesto de patrimonio, seña de identidad madrileña, ha privado a las arcas públicas de más de 4.000 millones de euros en cuatro años. El “infierno fiscal” de Ayuso no es para los ricos.
El cupo catalán tiene su polémica y su debate si realmente la recaudación catalana llega a dejar en manos del gobierno autonómico de turno la decisión de cuánto aportar a la caja común. Entonces sí peligraría la igualdad entre españoles y no por la gestión de Salvador Illa. Si fuera un pseudo-concierto, la luz de alarma está precisamente en los futuros y futuras Ayuso. La presidenta madrileña, la versión dura del PP nacional, no reivindica la igualdad en la inversión en colegios y hospitales, que por cierto Madrid no lidera. Defiende las fortunas madrileñas frente a las catalanas. Ese “tener que pedir perdón a los ricos de Cataluña, porque los importantes no son los de Madrid”. Con cupo o sin él, la fiscalidad del Lamborghini de Ayuso es lo que rompe España.
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