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Este sonrojante mercado eléctrico

Iván Calvo | Marta Victoria

El espectacular incremento del precio de la electricidad en el mercado en el comienzo del año ha vuelto a poner de actualidad este absurdo e injusto mecanismo de fijación de precios: desde el día 1 de enero, y en plena ola de frío, el precio de la electricidad en el mercado diario ha crecido nada menos que un 70% (figura 1). En este artículo señalaremos algunos de los problemas de este mercado, pero nuestro principal objetivo no será entrar en los detalles de los mismos sino enumerar propuestas de reformas a distintos niveles.

Figura 1. Fuente: OMIE

El mercado diario, en el que se fija el precio de la electricidad para cada hora del día siguiente, es disfuncional. Su carácter marginalista hace que todas las tecnologías (con muy diversos costes variables) que generan a una hora concreta sean retribuidas al precio de la más cara y, como consecuencia, el precio que pagamos por la electricidad no tiene nada que ver con el coste real de generación. Por otro lado, el reducido número de empresas que realizan el grueso de las ofertas de venta y compra de electricidad en este mercado posee una enorme capacidad de influir en él. A medio plazo necesitamos llevar a cabo una transformación profunda en el sistema de fijación del precio de la electricidad (y del mercado, específicamente), de modo que este refleje adecuadamente el coste de generación de cada tecnología. Esta medida estructural sobrevolará el resto de propuestas que haremos.

Por motivos obvios, un paso previo y necesario consiste en poner en marcha una auditoría de costes del sistema eléctrico que incluya, muy especialmente, un estudio de los costes de generación de las distintas unidades en operación en nuestro país. La auditoría será la base del diseño del nuevo sistema de fijación de precios, pero además aportará una información particular muy relevante: cuantificará con precisión los llamados "beneficios caídos del cielo" que reciben las nucleares e hidroeléctricas. Estas centrales, construidas en un marco normativo anterior a la liberalización, han recuperado sus elevados costes de inversión iniciales. En condiciones ventajosas, disfrutando de bajos costes variables y de los altos precios que marca el mercado eléctrico, las hidroeléctricas y nucleares están ingresando anualmente miles de millones de euros injustificadamente.

Esta situación ha de ser remediada inmediatamente (sin esperar a la reforma completa del mercado): hay que imponer ya un gravamen a la electricidad generada por las centrales hidroeléctricas y las nucleares para reducir drásticamente los beneficios caídos del cielo. El resultado final de la auditoría, cuando llegue, se utilizará para ajustar dicho gravamen.

Por último queremos incidir en un aspecto, a la vez técnico y vital, del aumento del precio de la electricidad en el mercado en enero: con frecuencia, los elevados precios del mercado han sido determinados por las centrales hidroeléctricas ("HI" en la tabla de la figura 2).

Figura 2. Las siglas indican, para cada día y hora, la tecnología que realizó la oferta más alta en el mercado y fijó el precio de retribución: HI (hidroeléctrica), TER (térmica convencional), TCC (ciclo combinado), RE (Régimen Especial), BG (hidroeléctrica de bombeo). Fuente: OMIE.

Este comportamiento contrasta con la función que, en nuestra opinión, debe cumplir esta tecnología.  En un sistema eléctrico renovable, y en la transición hacia él, la hidroeléctrica de embalse, por su capacidad para regular la producción, ha de tener la misión primordial de apoyar a las renovables intermitentes (y, por tanto, no regulables) como la solar fotovoltaica y la eólica. Tal misión es difícilmente compatible con la gestión actual de las hidroeléctricas, basada en maximizar los beneficios producidos en el mercado por el uso del agua embalsada (en 2015 la CNMC ya sancionó a Iberdrola por "manipulación fraudulenta tendente a alterar el precio de la energía" mediante ofertas de algunas de sus hidroeléctricas a finales de 2013).

¡Podemos acabar con la pobreza energética!

Para terminar con el uso especulativo del agua en la generación de electricidad y para garantizar que esta tecnología cumpla su función en la transición hacia un sistema eléctrico renovable, la Administración debería gestionar las hidroeléctricas. Así, proponemos que, desde hoy, se recupere la gestión pública de las centrales hidroeléctricas cuyas concesiones caduquen. La nueva gestión podrá correr a cargo de municipios, confederaciones hidrográficas o del propio Estado. Esta medida permite, por cierto, matar varios pájaros de un tiro, pues cada hidroeléctrica recuperada es una central menos que genera beneficios caídos del cielo para las grandes eléctricas.

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Iván Calvo y Marta Victoria son miembros de laSecretaría de Economía de Podemos.

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