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Después de dos años largos de parón, el pasado día 2 de septiembre se ha constituido el Observatorio de la Vida Militar (OVM). Tengo el honor de ser una de las nueve personas que lo integran y el único que estuvo en la primera configuración de este órgano colegiado, adscrito a las Cortes Generales, de carácter asesor y consultivo, para el análisis permanente de la condición de militar y de la forma con que el Estado vela por los intereses de los miembros de las Fuerzas Armadas.
Considero que en su primera composición el OVM ha prestado un apreciable servicio a las Cortes Generales, singularmente a las comisiones de Defensa del Congreso de los Diputados y del Senado y a las propias Fuerzas Armadas, y a los hombres y mujeres que las componen. Sus memorias anuales, sus informes, los estudios monográficos han sido y son, sin duda, un referente para quienes pretendan acercarse a la realidad de las Fuerzas Armadas y a las cuestiones que conforman la condición militar. Basta ver los debates en sede parlamentaria realizados como consecuencia de las comparecencias del presidente del OVM para exponer los trabajos anuales y las resoluciones contenidas en los dictámenes aprobados por la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados. De todo ello se han derivado iniciativas y acciones directas tanto de los grupos parlamentarios, el Ministerio de Defensa, de los Ejércitos y de la Armada. En este sentido, puede afirmarse que se ha cumplido con la encomienda recibida de las Cámaras al aceptar los nombramientos por los miembros de la primera composición. A todos ellos y ellas, compañeros de trabajo intenso, de debate y discusión y de acuerdos, quiero agradecerles su dedicación. Sería justo que se les reconociera.
En esta segunda etapa que ahora iniciamos se parte de una situación bien distinta. Por una parte, nadie puede discutir la utilidad del órgano ni que su funcionamiento y trabajos no hayan sido positivos para los hombres y mujeres de uniforme de las Fuerzas Armadas. Por otra parte, creo sinceramente que se han disipado los miedos y las prevenciones que pudieron ser la causa de que tardará tanto tiempo en iniciar su andadura. Precisamente por todo ello, este nuevo Observatorio ha de profundizar más en los asuntos que trate y ha de atender lo que desde las dos comisiones parlamentarias de Defensa se ha considerado necesario para mejorar el ejercicio de sus funciones. Por decirlo de alguna manera, esta etapa ha de ser la de la consolidación del OVM.
Para ello ha de abordarse la aprobación del reglamento en el que ha de determinarse el régimen de funcionamiento, el estatuto de sus miembros y la composición y funciones del órgano de trabajo. Además, ha de dotarse de un presupuesto para que su funcionamiento sea eficaz y redunde en la calidad e independencia de sus trabajos y recomendaciones. El órgano de trabajo ha de reforzar su plantilla, integrar personas expertas y dar cabida a todos los ejércitos y escalas de las Fuerzas Armadas. Hay que incrementar las visitas a las unidades, que han demostrado ser un instrumento muy eficaz para conocer la realidad de la vida de los y las militares, sus preocupaciones e inquietudes y las de sus familias y los problemas a corregir en todos los ámbitos.
Tengo la confianza de que en estos próximos cinco años que dura el mandato podremos afianzar el funcionamiento del OVM, su prestigio, derivado de su vocación de servicio y su conocimiento por todos los miembros de las Fuerzas Armadas. De las siete importantes funciones del OVM que se recogen en el artículo 54 de la Ley Orgánica 9/2011, de 27 de julio, de derechos y deberes de los miembros de las Fuerzas Armadas, quiera, para terminar, destacar aquella que se expresa en los siguientes términos: "Promover la adaptación del régimen del personal militar a los cambios que se operen en la sociedad y en la función pública”. Y lo hago porque recoge un mandato imperativo al OVM para que contribuya a que se materialicen las condiciones que hagan del militar un ciudadano pleno tanto en los avances que se produzcan en la sociedad en su conjunto y en el régimen de derechos y deberes de los demás servidores públicos. Este mandato debe impregnar todos los trabajos del OVM. Espero que lo consigamos entre todas las personas que lo componemos.
Después de dos años largos de parón, el pasado día 2 de septiembre se ha constituido el Observatorio de la Vida Militar (OVM). Tengo el honor de ser una de las nueve personas que lo integran y el único que estuvo en la primera configuración de este órgano colegiado, adscrito a las Cortes Generales, de carácter asesor y consultivo, para el análisis permanente de la condición de militar y de la forma con que el Estado vela por los intereses de los miembros de las Fuerzas Armadas.
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